13 de diciembre de 2018

ACER PALMATUM DISSECTUM VIRIDIS DESDE CERO.

Esta es la evolución de un dissectum más bien "perruno", fue adquirido en 2012 dentro de unos días cumplirá seis años de cultivo de preparación.
Así estaba cuándo llegó a mis manos, y como suele ser habitual, sufrió los tratos de bienvenida, poda de todas las ramas largas y de aquellas que a todas luces serían innecesarias y trasplante a akadama y sustrato orgánico.
Mi primera prioridad fué dar al tronco algo de movimiento, era totalmente recto, y esto o lo hacía ya o nunca podría corregirlo, de ahí las patentes marcas que dejó el alambre.

Lo peor de todo era el injerto perruno que tenía y que lo invalidaba para bonsai, esto habría que arreglarlo, sí o sí. En un caso normal, y recién llegado pues hubiese efectuado un corte radical de raíces, dejando sólo las que permitieran un crecimiento radial, por pocas que fueran pero en este caso y viendo la necesidad del acodo pues no toqué las raíces.

Permaneció en cultivo durante dos años y medios y en la primavera de 2015, fue acodado por el método de la corona.

En septiembre del mismo año y debido a su buen enraizamiento, fue separado y replantado. Viendo la imagen podemos comprobar dónde quedó la línea de injerto, prácticamente imperceptible a la vista, y mejorará con el paso del tiempo.

Estuvo desde entonces, septiembe de 2015 sin trasplantar, habiéndome dedicado exclusivamente al cultivo y orientación ligera de ramas. El alambrado debe efectuarse con mucha precaución, ya que marca fácilmente la corteza y sobre todo, por la fragilidad de sus ramas, el Disectum es de los palmatums con ramas más quebradizas y tenemos que ir poco a poco, el concepto paciencia adquiere con esta variedad, toda su importancia.
Así lucía en la primavera de 2018, lo que me permitía ilusionarme con una otoñada espectacular, los tonos, primero dorados y luego rojos intensos que adquiere esta especie, justifica cualquier sacrificio por mantenerla.

Desgraciadamente, dos temporales de fuertes vientos y aguaceros en el peor momento, lo dejó sin apenas hojas, quedando en este deplorable estado, que aunque no afectó a la salud de la planta si que truncó mis expectativas otoñales. Otro año será.

Con las raíces bien establecidas y numerosas, hace unos días ha sido transplantado a una maceta plana que favorecerá el crecimiento lateral de las raíces y consecuentemente, la formación de un nebari adecuado. Después de una selección de ramas, ha sido alambrado forzando todo lo posible pero sin llevarlo al límite de sus posibilidades, es mejor hacerlo en dos o tres años, a quedarnos con la rama en la mano. A partir de ahora tendré que ir llevando las ramas a unas inclinaciones más armónicas entre ellas y dependerá de lo que la planta me ayude.
He tardado seis años en llevarlo al punto de partida para su cultivo como bonsai, probablemente pueda hacerse en menos tiempo, pero yo trabajo así, tranquilo por naturaleza, me ralentizo totalmente cuándo pienso en "bonsai". Ya estoy ansioso porque llegue la primavera.

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