29 de noviembre de 2021

BOSQUE DE MANZANOS (MALUS DOMÉSTICA)

Sigo en mi empeño de conseguir más aire para mis ejemplares y hoy tocó un plantado múltiple de manzanos. que no sirven para nada y que solo ocupaban espacio en mis baldas. Meteré cinco ejemplares en una maceta y será otro empujoncito para poder seguir separando el resto de ejemplares.
 
 Los dos más antiguos proceden de tocones, resto de acodos, que como siempre, me dió pena tirar.
 
Los tres más pequeños proceden de un trabajo que le mandaron a mi hijo en el colegio, terminó el ejercicio y allí me apareció con un algodón húmedo y tres semillas de manzano ya brotadas. En su momento experimenté con ellas aplicando cerradas curvas buscando algo diferente pero realmente fue un fracaso y por aquí andaban, seguiré intentando compactar esos tirabuzones pero por mero entretenimiento. De momento van para el lote.

En su momento y con hojas efectué varios plantados virtuales intentando lo imposible, encontrar un plantado que no repeliese demasiado, pero no fue posible por lo que las expectativas de conseguir algo agradable con este trabajo eran mínimas.
 
Y aquí tenemos a los cinco ejemplares, ya sin hojas, en el corredor de la muerte, preparados para ir siendo desplantados con el correspondiente lavado y corte de raíces gruesas.
 
 Poco a poco empiezo a encajarlos en la maceta.
 
 Los de los tirabuzones están para tirar.......los. Una piedrecita por aquí y musgo por allá.
 
En el rincón delantero de la izquierda, en vez de musgo he plantado unos restos de Pratia pedunculada y Saxífraga stolonifera. Pratia es una planta tapizante que emite gran cantidad de raíces y muy invasiva y pequeñas flores estrelladas más que bonitas. Saxífraga destaca por unos tallos florales de una delicadez y belleza sin igual, también es invasiva aunque bastante menos que la primera.
 
Y así queda el engendro. Como era previsible todo es un pegote de ramas sin sentido. Al menos el fin perseguido está logrado: conseguir espacio libre en las baldas.
 

22 de noviembre de 2021

ACER GINNALA.- LOS CUATRO JINETES DE LA APOCALIPSIS (IV Y ÚLTIMA)

Acer ginnala o Acer tataricum subsp. ginnala, es también conocido como Arce de Manchuria, Arce del Amur, Amur o Arce Ruso, es una subespecie de Acer tataricum perteneciente a la familia de las sapindáceas.

Crece como planta ornamental en regiones norteñas de Europa y de América, donde es la más tolerante al frío de los arces y por contra, pues es la que más sufre con el calor y la sequedad de verano.

Al igual que tantos arces, el Acer tataricum subespecie ginnala (antes Acer ginnala) hace gala de una colorida otoñada, pero además es una de las especies más rústicas y resistentes a la sequía, ideal por lo tanto para cultivar en gran parte de la Península. Se trata de un árbol pequeño o un arbusto grande multitronco, que crece lentamente hasta desarrollar 5-7 metros de altura y una copa redondeada de un tamaño equivalente. Su zona de origen es el largo valle del río Amur, que recorre el extremo sureste de Rusia y el extremo noreste de China. Tolera la contaminación ambiental y las heladas e incluso ofrece buena resistencia al viento.

Es un árbol de fácil cultivo. Lo ideal es plantarlo en un lugar bien soleado, aunque admite también la sombra parcial. Acepta cualquier tipo de suelo, incluso seco o arcilloso. Solo necesita riego durante el primer año, hasta enraizar; luego puede soportar la falta de agua. No suele presentar problemas serios de plagas o enfermedades. Es suficiente una poda de limpieza para eliminar las ramas secas. Admite los trasplantes dado su sistema radicular superficial y extendido.

Hasta aquí la teoría de la que discrepo totalmente, insisto en que todos mis comentarios se refieren a mi zona de cultivo, Cádiz marítimo.
 
Si las otras tres especies anteriores fueron pésimas ya me quedé sin adjetivos para el Ginnala, que además fue el más caro de todos. Tan mal llegó que en el primer año de mimos y abono no sacó ni una ramita nueva. Y comprobé esa leyenda urbana de árbol fuerte y rústico que aguantaba la sequía y el sol. También estuvo afectado por la clorosis, síntoma de que tampoco era muy amigo del agua dura.

No fue hasta cuatro años después cuando pareció que se animaba a crecer, fue el momento de meterle esos monstruosos doblados que a veces realizo, sin dudas es más fácil "desdoblar un tronco grueso" que doblarlo.
 
Rápidamente me di cuenta del error, al quitar el amarre, no me gustó como quedó, así que a "destorsionar" un poco. El ejemplar seguía brotando bien, sin demasiada fuerza pero de forma aceptable, pero era llegar el calor del verano y el viento de levante y se churruscaba totalmente.

En 2018 lo estuve protegiendo todo lo que pude del sol, utilicé una mezcla con alto porcentaje de pómice que dicen retiene más humedad que la akadama, sin descuidar el riego, sin dudas de algo sirvió, aguantó bien el verano y tuvo una aceptable otoñada, pero el pómice es muy ligero y cada vez que soplaba el fuerte viento de levante, me llenaba el suelo de gránulos, hoy día sigo quitando pómice del suelo cada vez que sopla el viento y eso que el saco de 25 kilos que compré, lo gasté hace tiempo.

En los dos años siguientes también aguantó relativamente bien, había decidido deshacerme del ejemplar pero quise darle una quinta oportunidad, que por falta de ganas no sea.

A finales de 2020 eliminé la malla de sombreo que tenía para intentar sustituirla por plantas naturales, el caso es que he plantado varios ejemplares de glicinias con la intención de conseguir una capa sombreadora con esta especie trepadora y de fuerte crecimiento, y como son ejemplares jóvenes pues no hubo prácticamente sombra para ninguna planta, excepto palmatums que están en su lugar específico, así que el resultado es el que os imagináis, hojas churruscadas desde principios del verano, así que ni pongo fotos, da pena.

8 de noviembre de 2021

EVOLUCIÓN DE UN ACER MONSPESSULANUM (ARCE DE MONTPELLIER)

Este que os presento es el tercer ejemplar de la compra maldita y probablemente la especie que mejor se ha recuperado y adaptado a mis posibilidades. Se trata de Acer monspessulanum, también conocido como Arce de Montpellier.
 
Aparece en buena parte de las áreas montañosas de la Península, con más abundancia en la mitad oriental. Ampliamente distribuida por toda la región mediterránea, más escasa hacia el centro de Europa.
 
Tolera un cierto grado de aridez, pero necesita suelos relativamente frescos y preferentemente calizos. Soporta bien los fríos invernales y las altas temperaturas estivales. Habita igualmente en suelos calizos o silíceos, con frecuencia muy pedregosos. Prefiere los lugares soleados, desde el nivel del mar hasta los 1600 m., aunque en honor a la verdad y en mi caso, los mejores crecimientos y colores los he obtenido cuando han estado sombreados.
 
 Curiosamente no es muy difundido en bonsai y es algo incomprensible, su rusticidad, resistencia a las enfermedades y descuidos, aceptable crecimiento, totalmente adaptado al clima mediterráneo, resistente a todas las labores habituales en bonsai, delicadeza de sus ramas y aceptable ramificación y pinzados, si a esto le añadimos su facilidad para florecer y sacar semillas y su espectacular otoñada pues lo hacen una especie ideal para bonsai.

En la foto de 2007 vemos como llegó a casa, un palito delgado, totalmente recto y con algo de verde en la parte alta, vamos, lo que viene a ser un plumero. Tras un año de adaptación llegó lo primero que tenía que arreglar que no era otra cosa que intentar dar un poco de movimiento al tronco, esto es fundamental, cuanto más grueso y lignificado, más difícil.
 
El primer tensor con el tope no sirvió de mucho, así que tiré de fuerza bruta, el ejemplar brotaba bien y el tronco había engordado aceptablemente pero al efectuar esta nueva curvatura pues me pasó como al campestre, necesitaba una rama en la parte exterior de la misma, así que recurrí a los viejos trucos de esperar una brotación espontánea, hacer pequeños cortes que provocaran la brotación, etc... pero no funcionó.
 
Así que aprovechando una rama que había que eliminar sí o sí pues en 2017 realicé un injerto por el sistema del taladro que no prosperó, por lo que en 2018 lo volví a realizar, esta ver por aproximación. En esta ocasión fui más paciente y estuvo unido a la rama madre más de un año.

Una de las características de esta especie es que en otoño y si el cultivo es correcto, podemos verlo tricolor. Por un lado las hojas verdes habituales que aún no han empezado a otoñar, luego en tonos amarillos del otoñado y para acabar y justo antes de su caída, un rojo sangre espectacular. Sin dudas, estos inicios de la otoñada son los más bonitos. Pero tenía dos grandes problemas.

Por el frente pues pasaba pero si le daba la vuelta parecía como si al ejemplar le hubiesen pegado un par de bocados, el marcado con la letra A era un espacio en vías de solución, aunque la rama injertada había pegado correctamente, tenía poca vitalidad, pero al menos iba brotando. En cambio en la zona B no había ninguna rama que pudiese servir para cubrirlo, nuevamente empecé a pensar en otro injerto.

El segundo problema (ver segunda foto), era la que supuestamente tiene que ser la rama principal, por un lado está algo baja y lo peor es que era totalmente rectilínea, aún no sé que haré, de momento sirve para ir engordando el tachiagari, pero si la quiero conservar pues tengo dos opciones para acortarla, en fin, lo mismo si corto pues consigo que la rama injertada por encima tenga más fuerza, así que con la duda sigo.
 
Una labor fundamental para la buena remificación del Acer es el pinzado de yemas anuales. Aquí tenemos casi toda la casuística posible con las yemas, algunas de ellas sólo nacen por pares y que salvo que alarguen demasiado la rama, no las tocaremos (1), otras ramillas con tres yemas o más, de las que dejaremos sólo las laterales (2), otra dónde una de las yemas está muy fuerte (marcada con el círculo azul) y que eliminaremos en favor de la débil (3) y en la parte baja, una rama con varias yemas contínuas, pero en una rama que nos interesa que crezca, así que las dejaremos todas, salvo la central, que será eliminada (4).

Es un trabajo algo laborioso, sobre todo si tenemos muchos ejemplares en los que hay que hacer estas labores, pero nos aseguran un buen desarrollo primaveral y poco a poco nos encontraremos con un montón de ramas bien estructuradas que nos permitirá una mayor diversidad en las posibilidades de modelado.
 
En 2020 hubo suerte y en el hueco superior brotó una ramita ideal que será la que cubrirá el bocado, en cambio la rama injertada sigue sin tomar protagonismo a pesar de que en 2021 ya corté un tramo de la rama fuerte inmediatamente inferior.

Y aquí una comparativa del cambio sufrido desde 2007, fecha en la que llegó a casa, hasta la primavera de 2021. Altura 42 centímetros, anchura 35 centímetros, nebari 8 centímetros. En 14 años  la altura se ha casi duplicado, la anchura cuatriplicado y el nebari se ha multiplicado pr 16.

CONCLUSIONES:
Planta resistente y con fuerte crecimiento pero sin dispararse. Soporta diferentes tipos de sustrato aunque los prefiere ligeramente calizos.
Cultivado en akadama con un 20% de sustrato orgánico.
Algo durilla para los injertos.
Se puede formar a base de pinzados y podas.
Forma nebaris aceptables con relativa facilidad.
Si queremos un otoñado espectacular hay que sombrearla todo lo posible en verano.

4 de noviembre de 2021

ACER CAMPESTRE.- LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS (II).

El Acer campestre, conocido con los nombres comunes de Arce campestre, Alciro, Bordo común, Arce común o Arce menor, es un árbol caducifolio originario de Europa, Argelia, Asia Menor y Persia. En España podemos encontrarlo en la mitad norte, en las sierras; también puede verse alguno en Extremadura y en Andalucía.
 
Se caracteriza por ser un árbol de copa densa y redondeada, con hojas estrelladas de color verde por ambas caras y con un tronco tortuoso. Las flores son hermafroditas y aparecen agrupadas en racimos erectos ramificados.

Es un árbol de pleno sol poco exigente con la calidad del sustrato aunque los prefiere algo calizos y riegos moderados, vamos, que en principio no debería tener problemas para hacerlo crecer a las mil maravillas pero no ha sido así.
 
Al ejemplar le pasaba igual que a los otros tres, un palito raquítico y totalmente recto, así que lo único que pude hacerle en los primeros años fue cultivarlo y hacerle ligeros arreglos a las raíces y corte de ramas que nacían del mismo lugar, poco más.
 
Para 2010 las brotaciones eran adecuadas pero no le había puesto solución al tronco totalmente recto, así que no podía esperar más, en la primavera siguiente, rafia, alambres gruesos y tensores. Doblé más de lo necesario pensando en que siempre recuperan un poco y que con los nuevos crecimientos tendería a enderezar un poco.

Predicción errónea, al quitar el "entablillado" se quedó tal cual, feo como pegarle a un padre con un calcetín sudado, así que tuve que enderezar de forma artesanal y surgió otro problema, por el lado exterior de la curva ni tenía ramas ni era previsible que las sacase, así que injerto al canto que aunque despacio, pegó perfectamente. Ya en 2018 me obsequió con lo más bonito que tiene la especie y es la otoñada en amarillo intenso que realmente me sorprendió, a pesar de saberlo no esperaba esa intensidad de color.
 
La última foto que tengo es de la primavera de 2020. La rama injertada crece fuerte y la estructura primaria ya está formada, ahora toca lo más fácil, esperar y cultivar, esperar y cultivar. Yo no tengo recursos para sembrar en el suelo, así que no me queda otra que tener paciencia. Altura 49 centímetros, anchura 38 centímetros y nebari 3 centímetros.
 
CONCLUSIONES:
Planta resistente a las enfermedades y de crecimiento lento en maceta.
Admite muy bien los injertos.
Se puede formar a base de podas y pinzados.
Gusta de terrenos frescos y algo calizos.
A pesar de la bibliografía, para un desarrollo aceptable debe estar sombreada. Insisto en lo mismo, todas estas referencias se refieren a su cultivo en Cádiz y a pleno sol y en un lugar donde el viento seco de levante le pega de lleno.
Se la puede abonar de forma ligera durante todo el año.

30 de octubre de 2021

ZELKOVA SERRATA.- LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS (I).-

Con esta especie empiezo una serie de cuatro entradas en las que voy a hablar de la peor compra que hice en mi vida. Todo empezó cuando en 2007 realicé un pedido de una Zelkova Serrata y tres áceres, monspessulanum, campestre y ginnala a Garden Center Ejea, un vivero de Zaragoza en el que disponían de un amplio surtido de plantas, muchas de ellas interesantes para bonsai.

Los precios no eran baratos así que el trauma fue mayúsculo cuando en una cajita llegaron cuatro plantas cuyos troncos en la más grande, no llegaba a los cinco milíímetros, totalmente raquíticas, de unos 15 o 20 centímetros de altura y casi sin hojas a pesar de que estábamos a media primavera. Los primeros años fueron todo un trabajo mantener los ejemplares vivos con problemas de hongos y secados constantes de ramas. Me costó diez años que empezaran a lucir con algo fuerza, salvo el ejemplar de Acer ginnala que es el que peor ha respondido a todo y que dejaré para cerrar la serie de esta fatídica compra.

Empiezo con el que más ha engordado de los cuatro, que en maceta son lentísimos de cultivar, al menos yo no he sido capaz de encontrarles su punto ideal de cultivo.

Zelkova serrata es una especie es muy común en bonsai y ampliamente modelada en estilo escoba, así estaba al año siguiente de llegar a casa, con la desilusión de lo recibido, ni siquiera le saqué foto, la primera que tengo es de 2008, un año más tarde.
Tras unos chutes de abono dignos de un enfermo terminal, el ejemplar cobró algo de fuerza y brotaba bien, pero cuando llegaba el verano secaba todas las hojas. 

Lo menos malo es que desde un ángulo, el tronco tenía algo de movimiento, lo peor pues todo lo demás, un tronco largo y cilíndrido que solo tenía ramitas en su parte superior. Para 2012 había conseguido algunas ramas bajas pero la parte central del tronco que había secado alguna rama que tenía, se negaba a sacar alguna nueva, si esto continuaba así me tendría que plantear seriamente el acodar por esa parte y cultivar la parte baja en busca de la clásica escoba de esta especie algo que no me entusiasmaba,

Siguieron pasando los años y como no brotaban ramas de esa zona pues recurrí a injertarlas, pero fue pegar el injerto y empezar a brotar en toda la zona despoblada, ¡la madre que lo parió! 💀💀💀💀
 
Pero seguía con el mismo problema del secado de hojas en verano, lo tenía en un sustrato con un buen porcentaje de orgánico y lo regaba el doble que a los demás, pero sirvió de poco. A pesar de tenerlo bajo un techo sombreador que le quitaba el sol directo desde las tres de la tarde, solo había conseguido retrasar el secado hasta finales del verano, pero a partir de ahí, todo churruscado. Tendría que sombrearlo más pero no disponía de espacio suficiente para él.
 
Ya en 2021 lo coloqué en el lugar menos soleado dentro de la zona de sol total e incrementé aún más el régimen de regado y parece que algo mejoró, pasó el verano bastante verde y ha llegado a finales de octubre con un incipiente color otoñal que ha sido la única alegría en los catorce años que lleva en mi poder. Solo secó algunas hojas aisladas. Lo más positivo es que el tronco ha engordado y adquirido algo de conicidad, incluso se atisba un principio de nebari. Altura a día de hoy 58 centímetros, anchura 30 centímetros, nebari 6 centímetros.

CONCLUSIONES: A pesar de que por ahí leemos que es una planta de pleno sol, aquí por mi tierra no es así, sufren con una condenada y seca hojas sin previo aviso a pesar de que las plantemos con un buen porcentaje de sustrato orgánico, tampoco permite un descuido en los riegos, les gusta el agua tanto como a los olmos, así hay que regar en demasía, también son amantes del buen agua, y esto es algo que no puedo darle, agua del grifo es la que tengo y ni me planteo un sistema de ósmosis, el planeta no se puede permitir el derroche de agua que supone un osmotizador funcionando 24 horas al día durante 365 días al año.
 
Lo ideal (en Cádiz) sería ubicarla en un lugar donde no recibiese más de tres horas de sol diarias en verano, y buscarle el sitio más fresco y húmedo posible (utopía), regándolo el doble que cualquier otra planta, incluidos palmatums. Se hace imprescindible utilizar un sustrato con alto contenido en materia orgánica y regar con agua exenta de sales o procedente de un equipo de ósmosis inversa pero manteniendo siempre un buen drenaje.

Si alguno tiene experiencia con esta especie y me sugiere alguna mejora en el cultivo pues soy todo oídos.

25 de octubre de 2021

EVOLUCIÓN DE MIS DOS ACER PALMATUM "ORANGE DREAM"

Orange Dream pertenece al grupo de Palmatums verdes. Seleccionado por su follaje refrescante de color primaveral, esta hermosa variedad produce hojas de color naranja oscuro que rápidamente se vuelven de color amarillo limón con bordes y puntas teñidos de naranja. "Orange Dream" es similar al popular "Katsura", pero las hojas aparecen más tarde, por lo que es menos probable que se dañen con los fríos de principios de la primavera, y conservan su amarillo brillante durante mucho más tiempo, cambiando lentamente a verde claro en el verano. El color del otoño es amarillo dorado. Las hojas de tamaño pequeño a mediano se dividen profundamente en siete lóbulos. Ligeramente más anchos que largos, los lóbulos tienen puntas puntiagudas en forma de cola cortas con márgenes dentados gruesos. Los tallos de las hojas de color rojo son rígidos. Esta deseable variedad se convierte en un arbusto tupido erguido, que alcanza los 3-5 metros de altura. Como la mayoría de los cultivares con hojas de color claro, es mejor en sombra parcial.
 
Esta fue la segunda variedad que compré tras el gran éxito de mi primer palmatum, no sòlo había conseguido mantenerlo vivo sino que además año tras año lucía más bonito. Era una época en la que cultivar Acer palmatum en Cádiz era considerado como una insentatez, no conocía a nadie que lo hiciese y todos decían lo mismo:" el clima no lo permite, se va a morir". Pero a pesar de la experiencia ya conseguida seguía con las mismas precauciones, toda mi atención iba dirigida a que no se muriese, por lo que a pesar de los años transcurridos, la evolución no podemos considerarla adecuada, no obstante, todo proceso de aprendizaje lleva su tiempo y aquí estaba yo dispuesto. 
 
Esto hizo que pasaran varios años sin que ni siquiera le sacase una foto y sin hacerle prácticamente nada salvo el que sería mi primer acodo, el ejemplar original tenía dos ramas grandes formando una horquilla, así que acodé la de la izquierda sin tener muy claro ni la idea ni el procedimiento a seguir. En la toma de 2011 ya podemos ver el espacio dejado por la rama recién separada.

No fue hasta cinco años después cuando los volví a fotografiar, curiosamente la rama acodada había crecido espectacularmente aunque sin engordar en exceso su tronco y el ejemplar "padre" aunque había engordado el tronco, llevaba una existencia más penosa a pesar de ser cultivado, regado y abonado de igual manera. Sin dudas el tamaño de la maceta resultó un factor definitivo para el mejor desarrollo del palmatum (algo por otra parte, común a todas las especies), también estuvo expuesto en un lugar más soleado y probablemente también influyó.

Para 2018 ya con el segundo ejemplar asentado empecé realmente a disfrutar de la indudable calidad de Orange Dream, la intensidad y variedad cromática de sus hojas eran realmente cautivadoras y aquí empezó mi delirio por los palmatums, una necesidad de ampliar mi colección que aún no ha tocado fondo.

A pesar de tratarse de dos ejemplares clónicos mantienen una leve diferencia en relación al momento de brotación y esto hace que podamos ver diferencias comparándolos el mismo día.

El mantenerlos en macetas pequeñas los tiene un poco rezagados pero sus brotaciones cada año son más bonitas.



Y termino con unas imágenes de 2021, estas primeras son del verano. Aunque levemente, podemos apreciar como la ramita acodada ya ha superado en grosor al ejemplar "padre". Puede que en  el próximo trasplante vayan ambos ejemplares a maceta de cultivo grande, creo que necesitan un respiro, es una pena no poder disfrutarlos así pero es lo que habría que hacer.

Y estas son de principios de noviembre, a medio otoñar.

Y una comparativa en cada estación del año 2021. Ejemplar núm. 1

Ejemplar núm.2

Así están a principios de la primavera de 2024. Han brotado con poco vigor por lo que para la temporada que viene pasarán a maceta de cultivo, llevan ocho años en bandeaas de bonsai y necesitan una buena recuperación.


21 de octubre de 2021

EVOLUCIÓN DEL ACEBUCHE "EL ESTIRAO".

Este acebuche fue recolectado a principios de 2008 y a los diez meses ya había brotado con fuerza. Era un palo largo y cilíndrico del que poco se podía esperar, vamos, uno de esos ejemplares perdidos que a mi me gustan.
En 2009 fue dejado crecer libremente, limitándome a acortar los brotes excesivamente largos y trabajé los dos tocones intentando conseguir unas cabezas de delfines, que no todo van a ser dragones, digo yo. Parecía un chupa chups.

Y así estuvo hasta 2011. Aunque la parte alta había ramificado bien, existía un gran tramo sin ninguna rama, cosa imprescindible para tapar ese cilindro si quería mantener la altura. Así estaba en abril de dicho año tras una defoliación.

Hasta dicho año estuve esperando algún brote que pudiese servir para cubrir esa porción de tronco tan larga y desprovista de ramas, pero fue una espera infructuosa, así que aproveché un brote bajo con el que efectuaría un primer injerto. El brote en cuestión fue llevado hasta la zona dónde sería injertado así que desde ese momento ya podría ir viendo como quedaría.

El principal problema de este tipo de injertos es el feo abultamiento que suele quedar en la zona de unión y lo que voy a tratar de conseguir es injertar una rama con una zona de unión lo más suave posible. En un principio tendría poca importancia porque queda en la parte trasera del tronco, pero bueno, mejor si no se nota. Ya pasado el mini parón veraniero llegó el momento. Para eso efectúo un canal en el tronco del diámetro de la rama a injertar. Ato fuertemente con rafia, sello con pasta y vuelvo a enrafiar encima. Una vez vuelto a enrafiar, comprimo con una sargenta antes de que se seque la pasta. Esta presión extra facilitará la unión y de paso, evitará en parte que se produzca un excesivo engrosamiento de la zona de unión. Podría haber injertado la parte de la curva para que también quedase oculta, pero la rama que me interesa y con la que reharé, es la marcada con la flecha.

En 2012 y tras la defoliación de la rama injertada, fue cortada la unión. Quería dejar la rama en latencia de forma que cuándo empezase a brotar en primavera, el brote tirase ya del tronco principal. La idea funcionó a las mil maravillas.

Y nuevamente pasaron varios años en los que estuvo recuperando fuerzas en una maceta de cultivo, hasta que a principios de 2018 lo puse en una maceta bastante más plana. Viendo las fotos más recientes creo que este es el diseño que mejor podría darle.

El principal problema que tenía es que la rama que marco con la flecha está muy alta y está justo a la misma altura que la que tiene enfrente y que por diseño, no puedo eliminar, quedando un gran hueco vacío y que marco con el círculo verde, así que nuevo injerto al canto, utilizando la misma técnica.
 
En octubre de 2021 trasplanto a lo que puede ser su maceta definitiva, el trabajo está casi acabado a falta de refinar, alargar alguna rama y sobre todo estilizar el ápice y las que se vayan a quedar. Creo que empiezo a desechar la idea del literati, el tronco no me ayuda. De momento me toca devolver al ejemplar la fuerza que tenía en 2018, no sé el motivo pero se ha venido abajo.