13 de diciembre de 2022

BOSQUE PENJING CON OLMOS CHINOS.

En una reestructuración de estanterías que hice por 2016 me sobraban plantas y decidí hacer un bosque con pequeños olmos (Ulmus parvifolia) procedentes de los que venden en grandes superficies y que me estaban ocupando un necesitado espacio.

Ingredientes: unas piedras de un baldío cerca de casa, una maceta vieja y descascarillada y algo de musgo, también del baldío. 

 Esta ha sido su evolución durante estos años.



Tras cinco años ya pedía un trasplante, así que manos a la obra. Cambié la ubicación del ejemplar más cercano y no resultó buena idea, perdió todo el orden que tenía en la ramificación y es un auténtico barullo. Como planta de acompañamiento utilicé Saxífraga stolonifera. Aquí os dejo como quedó, frente y cenital.

Así pasó un año, pero por el motivo apuntado el resultado de este último trasplante no quedó tan bien como el original así que decidí añadir dos elementos más al mini bosque, voy a incluir en el mismo un par de pequeños parvifolias procedentes de restos de poda. Pasará a tener cinco olmos.

La idea es plantar ambos ejemplares en la situación que indico, el más pequeño a la izquierda y el semi abatido por el viento entre los dos restantes. Desconozco los motivos pero el ejemplar más grande se niega a otoñar.

La idea final es refinar esos cuatro ejemplares de forma que sus copas formen masas claramente diferenciadas unas de otras, pero para empezar ese trabajo deberé esperar a la primavera, eliminar ramillas secas y cortar sabiendo perfectamente con las ramas que contaré.

Tras un ligero aclarado de ramas ya se aprecian algo más las diferentes copas y todos los troncos quedan perfectamente a la vista. Termino el arreglo plantando unas matitas de Festuca glauca, eliminando saxífraga.

8 de diciembre de 2022

HISTORIA DE PINUS PINEA "BUSHIDO".- EL LARGO Y TORTUOSO CAMINO DEL GUERRERO

Este pino piñonero procede de semilla sembrada por mi sobre 1997, en lo que sería la primera planta de semilla en mi incipiente hobby por entonces. Aquí vemos la evolución fotográfica comparativa en estos años. La primera foto que tengo es de 2003.
 
 
 
Es en 2018 y viendo que el ejemplar ya no da más de si con ese diseño, decido una reducción drástica. Voy a cortar por donde señalo y rehacer la copa con esa rama baja de la izquierda.
 
Veo este arreglo virtual y empiezo a dudar sobre sí será una buena idea. El tronco ya tiene en su parte estrecha más de 3 centímetros de diámetro. Y la rama a mover casi 2 centímetros, lo peor de todo es que tendré que moverla casi 60º para llevarla al lugar donde pienso quedará mejor.

Con el serrucho de la mano lo vuelvo a pensar tres veces, una vez iniciado el trabajo ya no habrá vuelta atrás ni arrepentimientos, mi primer pino de semilla nunca volverá a ser el mismo.

Para facilitar la torsión, con el serrucho abro un hueco en forma de cuña, lo que facilitará el movimiento de la rama. Es importante calcular el ángulo de la cuña ya que quiero que las zonas cortadas queden en perfecta unión, pretendo que se autoinjerten, algo que no es necesario, pero que si se consigue pues parecerá mucho más natural.

Enrafio poniendo especial atención y fuerza en la zona dónde estimo sufrirá mayor tensión. También refuerzo esa misma zona con un par de alambres a modo de collarín. Si se parte esta zona, todo el trabajo se irá al traste.

  Y bajo la rama a subir, fijo la barra de hierro que servirá de palanca.

Una vez llevada a la posición deseada, pongo un tensor provisional de alambre en la parte alta del tronco principal, que aunque la vamos a eliminar, de momento nos servirá de soporte.

Con la rama ya aproximada, procedo a la eliminación del tronco principal y demás ramas (las había dejado por un "por si acaso rompe"), de momento dejo la que sale por la derecha, es el plan B, por si por un casual, la rama que estamos doblando se parte, al menos tendríamos una rama verde para intentar hacer algo.
Estas son las paradojas del bonsai, la rama que salía horizontal al suelo pues tenemos que levantarla y ahora las que se quedan levantadas, pues tenemos que llevarlas hacia la horizontal, Para asegurarnos pues enrafiamos por los lugares dónde se producirán las torsiones. El tocón central también será reducido, pero de momento lo dejo porque me sirve de soporte para el tensor que mantiene la rama en su posición, con la que reharé el diseño.

Como podemos ver, la unión entre ambas partes es casi perfecta, realmente que se autoinjerten no es demasiado importante, pero si lo hacen, mejor que mejor. Por eso es conveniente cortar la cuña pensando en la unión de ambas partes una vez movida la rama. Caso de ser posible, un poco de pasta selladora en los bordes de unión vendría bien.

Para ayudar a la recuperación, trasplanto a una maceta de cultivo. Y así de feo queda el pobre pino, en espera de que la nueva brotación vaya cubriendo las zonas, pero el objetivo está conseguido, tengo una rama principal, una rama de contrapeso, una trasera y un ápice, así que de nuevo empieza el cultivo. Altura original antes del trabajo, 50 centímetros desde la superficie del sustrato, altura después de la reducción, 30 centímetros. Llegados a este punto es necesario parar, el pino necesita recuperarse, hoy es 28 de diciembre de 2018 y no quiero una inocentada.

Tras un año de recuperación, ya en diciembre de 2019, elimino los alambres y la rafia y procedo a la primera parte de la eliminación del tronco original cortado. No me interesa eliminarlo completamente porque me servirá como relleno del nuevo callo de cicatrización, así que de momento lo trato como si fuese a dejarlo, vaciado del mismo, un toque de soplete para secarlo y otro pequeño retoque de aproximación. Está pegado a la zona de autoinjerto así que mejor ir con precaución.
 
Tras año y medio de recuperación en mayo de 2020 tocó un nuevo pasito. Primero vuelvo a rebajar la porción de tronco que dejé como jin. En la imagen podemos ver como evolucionó tras la reducción, de forma visual la rama trasera servía para cubrir el hueco de donde debía estar la rama principal (A), una subrama de la rama trasera y girada hacia la derecha hacía las funciones de rama de contrapeso (B) y la rama alta lateral debería hacer de rama trasera (C), y por encima un cúmulo de ramitas de donde debería salir el ápice, vamos un auténtico maremágnum.

Tras el pinzado podemos ver más clara la situación. La rama A que nace hacia atrás, la B una subrama de A y forzada hacia el otro lado para ejercer de contrapeso y la rama C orientada hacia adelante. Marcada con una línea roja la larga porción de tronco sin ninguna rama y que es lo que queremos corregir hoy además de recolocar las ramas.

El trabajo consistirá en hacer girar unos 35 grados el tronco principal de manera que la rama A quede como rama principal pero con orientación correcta (hacia la izquierda), la B pasará a rama trasera y C se convertirá en rama de contrapeso. A tener en cuenta que la zona marcada con el óvalo naranja es la zona semiinjertada en 2018 por lo que tendré que pensar en algo para evitar en lo posible que esa zona gire y en cambio sí que lo haga desde dos centímetros más arriba.

Lo primero es enrafiar y alambrar como si no hubiese un mañana, las vueltas de los alambres son muy cerradas, su principal misión será evitar desgarros o separación de corteza y cámbium. Apoyando la barra contra el lateral de la maceta, la aseguro al tronco con un alambre justo en la zona del autoinjerto, esta barra además de impedir el posible desplazamiento lateral de la zona pues me servirá para fijar la barra que ejecutará la torsión y que no podré quitar en una temporada.

Justo a 90 grados he fijado la segunda barra poniendo especial atención en asegurarla fuertemente a la rama A pero de forma que la fuerza se ejerza en el tronco principal, recordemos que debemos girar el tronco principal y no la rama A, que lo único que tiene que hacer es desplazarse con su porción de tronco. La segunda barra queda parcialmente oculta a la vista pero podemos ver su dirección fijándonos en el extremo que sale por delante.

Y con la ayuda de otro par de manos giro la barra de torsión 90 grados al mismo tiempo que con la mano libre ayudo al giro del tronco. Con mayor facilidad de la esperada todo el conjunto se mueve, una vez llevado al máximo posible de giro, fijo ambas barras de hierro con un alambre para impedir el efecto muelle.
Aquí podemos ver que los grados girados del tronco principal nos ha permitido que la rama A tenga una nueva y más correcta orientación. Como previamente había sido enrafiada en parte y alambrada pues el codo que tenía en origen ha desaparecido y ahora luce rectilínea. Por otra parte, la C es ahora una rama de contrapeso correctamente situada en relación al tronco y a la rama principal, con un poco de ángulo hacia adelante como mandan las viejas normas de la Escuela Clásica: son como dos brazos que se abren para abrazar al espectador.
 
Como resultado de esta torsión sobre el eje nos surge un nuevo problema. Cerré una puerta pero se abrió otra. El tronco forma un ángulo recto más evidente al tratarse de una zona de vacío.

Si cambiara el ángulo de plantado buscando una copa algo más vertical, el problema sería más evidente.

Así estaba antes del trabajo y así quedó. Podemos apreciar como la primera rama de la izquerda que antes nacía hacia atrás, ahora queda en el lateral izquierdo y se convierte en la primera rama del pino. El árbol necesita descansar y recuperarse de estos trabajos, así que lo dejaremos hasta el invierno cuando intertaremos hacer algo para eliminar ese ángulo recto.

Tras nueve meses de descanso, el árbol ha tirado con fuerza y toca intentar corregir el ángulo en cuestión, Dios mediante, este trabajo debería ser el último en la formación de la estructura básica del pino, a partir de aquí todo debería ser mucho más fácil, con una rama principal, otra de contrapeso y otra trasera en sus lugares correspondientes, podríamos empezar a la creación de las masas verdes.
 
Pero primero vamos a intentar corregir ese ángulo recto que forma el tronco. Para ello elimino l porción del jin superior que dejé, eliminando de la madera dura interna, esto además de facilitar la torsión evitará en posible astillado que dañe el cámbium o la albura. Hemos tenido en cuenta el corte que hicimos en la primera torsión, evitando en lo posible tocar la zona viva que en estos momentos supone menos del 50% del perímetro de la rama. 

Y fijamos las palancas.

Hay que medir muy bien la fuerza y estar atentos a posibles grietas de la corteza y por eso no he enrafiado. Si parte ahora, adiós al pino, a la basura 23 años de cultivo.
 
Finalizado el desplazamiento vemos como por, tal vez exceso de precaución, no he torsionado lo necesario para que ambas zonas del corte entrasen en contacto. Es de suponer que con el tiempo, el labio de cicatrización unirà las partes, pero al menos en principio tendería a entrar por ese hueco.

Para evitar eso y la existencia de bolsas de aire nada más fácil que utilizar pasta bicomponente y sellar el interior, en estas condiciones el labio de cicatrización encontrará una superficie dura y bajará directamente en busca de la zona de contacto con el tronco.
 
Aquí vemos una comparativa entre el antes y el después de la corrección. Esta torsión ha sido menos drástica que las anteriores, solo ha supuesto 10º de movimiento, pero el aspecto del ejemplar ha mejorado notablemente, aproximándose a un moyogi clásico.

Los ángulos formados han pasado de los 120º originales a los 68º actuales, lo que significa que hemos movido una rama gruesa 52º desde su posición original en un proceso que ha durado dos años sin poner en peligro en ningún momento la vida del ejemplar. ¿Que podríamos haberlo hecho de una tacada? Pues sí, pero el bonsai como en la vida, todo es evolución y lo que ayer nos parecía bien, hoy puede que ya no lo veamos tan bien, así que tenemos que ir aplicando las correcciones necesarias sin obcecarnos en demasía por mantener la idea original y sobre todo, sin prisas y adaptándolo a nuestras posibilidades.
 
Han pasado casi dos años desde el último trabajo y la herida abierta del tronco ha evolucionado satisfactoriamente, casi ha desaparecido, digo casi porque sé dónde hay que mirar, para otros ojos sería totalmente imperceptible. Y lo mejor de todo, el tronco empieza a craquelarse.

Así quedó en 2018 tras la reducción drástica y así está cuatro años después.
 
Tras el limpiado de las acículas secas y viejas, hago un ligero alambrado de aproximación que me permitirá eliminar brotes y ramillas inservibles y nos dará una idea de por dónde irá el diseño.

Algunos dirán que mucho trabajo para un pino piñonero que no es lo más acertado para bonsai, y llevarán razón, pero los ratos de entretenimiento y aprendizaje que estoy obteniendo con él, bien lo valen.

COMENTARIOS ANTERIORES:
Blogger Unknown dijo...

Vaya trabajo!!! Eres un valiente...te va a quedar de maravilla...ya nos mostraras

28 de diciembre de 2018, 23:34
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Blogger Kai dijo...

De héroes está el cementerio lleno, espero que mi pino no sea el daño colateral. Gracias tu visita, y por supuesto que seguiré informando. Un saludo.

29 de diciembre de 2018, 1:03

5 de diciembre de 2022

ACER PALMATUM KOTOHIME.- CULTIVO DESDE CERO

Kotohime pertenece al grupo de enanos (Dwarf) verdes. Tiene una de las hojas más pequeñas de todos los arces japoneses. Las hojas se dividen en cinco lóbulos ovados con puntas en forma de cola y dos pequeños lóbulos basales. Los márgenes están profundamente dentados. Los tallos de las hojas son muy cortos. Las hojas nuevas emergen como una rosa brillante o rojo anaranjado, más intenso en los bordes de las hojas y sombreando el centro verde claro. El follaje de verano es verde claro brillante. Los colores del otoño son amarillo claro mezclado con naranja. Esta pequeña planta robusta, muy densa, erguida y redondeada es útil en lugares especiales como jardines alpinos. También es popular entre los especialistas en bonsai y se puede entrenar en forma de escoba muy apretada. El nombre "Kotohime" significa arpa pequeña.
 
Este es otro de los ejemplares canallas del lote que compré a Lotta Plants en lo que sin dudas fue la peor compra de mi vida en cuanto a arces se refiere. Queda claro que no recomiendo esta tienda ni para que te regalen ejemplares. Además de ser un ejemplar minúsculo y raquítico, tenía el injerto más perruno que he visto en mi vida. Este es uno de los inconvenientes de comprar online, pero ya estaba en casa.

Al tener claro que lo iba a acodar pues no toqué las raíces y me limité a trasplantarlo, tras un año de recuperación, ya en marzo 2019 preparo el acodo por la forma tradicional del pelado de anillo, siendo separado en el mes de septiembre.

Para 2020 y plantado en la mezcla que uso en estos casos (60% akadama y 40% sustrato orgánico), brotó fuerte y las hojas recién nacidas fueron todo un espectáculo de tonalidades girando desde el amarillo hasta el rojo intenso, aunque rápidamente viró al verde. Lo mejor de todo es que el tachigiari había engrosado bastante.
 
En 2021 la fuerza del ejemplar despega y empieza a mostrar lo que es esta variedad, crecimiento fuerte y unos entrenudos muy cortos y con una densidad tremenda de hojas. La parte negativa es que no se lleva muy bien con el sol, aunque ahora en otroño tiene las hojas perfectas también es cierto que ha estado situado siempre en sombra o recibiendo sol en muy cortos periodos de tiempo. Este invierno le toca trasplante y si veo que tiene un buen pan de raíces, la próxima primavera lo situaré en un lugar expuesto al sol y veremos como reacciona.

Estamos en diciembre de 2022 y tras dos años, toca trasplante. En este segundo trasplante reduciré el porcentaje de sustrato orgánico, trataré de hacer un 70-30. Acaba de perder las hojas así que vamos por el siguiente paso. Veo con agrado que el primer tercio del tronco ha engordado bastante, mientras que el resto aunque también engordó, lo hizo en menor medida, es evidente que dejar más ramas de la cuenta en la zona baja ha incentivado el engorde de la misma, incrementado el efecto por la rama de sacrificio apical que acabo de eliminar, justo antes de tomar la foto. También elimino varias ramas que habían engordado demasiado en los dos tercios superiores, así como la mitad de las sobrantes del primer tercio.
 
En la zona baja se atisba un incipiente nebari y un buen número de raíces radiales. Todo parece correcto así que a trasplantar.

Tras eliminar la tierra y darle un buen lavado a todo el ejemplar, lo primero que hago es eliminar el alambre con que ahorqué en la fase del acodo, me gusta dejarlo puesto una vez separada la zona acodada, en el momento de la separación no es conveniente ajustar demasiado el corte por lo que si quitamos el alambre, a veces parte de la fuerza de engorde se van en el esa pequeña porción, dejando el tronco ahorcado nos aseguramos de que el flujo de savia seguirá cortado desde el nacimiento de las raíces nuevas y ayudará a la formación del nebari. El alambre nos marca como era el tronco cuando se cortó y podemos compararlo con lo que hay ahora mismo, el engrose ha sido más que satisfactorio, en dos años se ha triplicado el diámetro.

Ya lavadas las raíces también podemos apreciar la más que correcta distribución de las mismas, así como ese primer tramo horizontal que facilitará la creación de un buen nebari. Esta uniformidad de raíces solo se consigue con el acodo.

El siguiente paso es la preparación del sustrato que como dije al principio será un 70% akadama y un 30% orgánico. En el primer trasplante fue un 60-40, en este segundo reduzco un 10% el porcentaje de orgánico, reducción que repetiré en el próximo trasplante., dejándolo en el definitivo 80-20. Tengo la costumbre de hacer un cono central con akadama pura desde la capa de drenaje, de forma que la zona bajo el tronco siempre será más drenante que la zona "nutritiva", una vez tengo el cono de akadama pues relleno alrededor con la mezcla preparada.

Con un par de alambres aseguro el ejemplar y termino el relleno de sustrato.

A pesar de que tiene una relativa conocidad y algo de movimiento, esta zona marcada en amarillo es demasiado rectilínea así que cortaré según la segunda foto, aunque de momento lo he dejado tal cual, estoy planteándome acodar la zona alta y reproducir el ejemplar. Tengo un par de meses para meditarlo así que de momento, se queda. La meditación duró poco, ya he cortado.

COMENTARIOS ANTERIORES:
Blogger Javier, Pamplona dijo...
Buenos dias,
He comprado recientemente un acer kotohime para hacer acodos.
Mientras espero a si van adelante, preguntarte que tal ramifica y saca brotes para ir posicionando ramas.
Y dado que saca hojas muy juntas(muy tupido), si es conveniente hacer aclarados de las mismas.
Me encantan sus fotografias, a ver si se anima y actualiza como va progresando esta variedad.
Saludos y muchas gracias.
Javier G.
26 de mayo de 2022, 10:22
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Blogger Kai dijo...
Hola Javier, ramifican bien y como dices, el problema es que sacan yemas de forma muy tupida por lo que en caso de quererlo cultivar como bonsai sí que interesa aclararlas pero habría que hacerlo una vez haya alcanzado un mínimo de formación, aunque si no te importa que se ralentice el crecimiento pues entonces mejor hacerlo desde un primer momento, todo depende de lo que priorices, si la formación de ramas o el engorde del tronco.
26 de mayo de 2022, 21:12