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7 de mayo de 2018

MI SISTEMA DE ABONADO

El mundo del bonsai está sometido a una inmensa tiranía en relación a los precios del material procedente de Japón, sin dudas los gastos de envío, aranceles, y lógicas ganancias de todos los intermediarios hacen que los precios en artículos japoneses sean carísimos, y el abono no es algo que escape a esta dinámica, unos ejemplos, tomando como referencia los sacos de 4 o 5 kilos que siempre salen mejor de precio:

Biogold a 17 euros kilo.
Hanagokoro a 11,2 euros kilo.
Tamahi a 14 euros kilo.
Aburakasu a 13 euros kilo.
Green King a 11,6 euros kilo.

Y no digo nada, cuándo miramos los abonos líquidos:
Green King a 75 euros litro.
Bachumus a 14 euros litro.
Bioestimulante Green King a 130 euros litro. 😖😖😖
Nutritech a 15 euros litro.

Para los que tengan pocos árboles y ganas de gastarse el dinero pues vale, pero para los aficionados que tenemos muchos, en mi caso, más de 150 plantas, abonar con estos productos sería descabellado, por eso necesitamos alternativas y a poco que busquemos, las tenemos y son tan buenos abonos orgánicos como el mejor japonés, pero infinitamente más baratos.

Tenemos varias opciones, señalar que sólo hablaré de los que yo tengo usados.

1.- Abonos químicos. Son baratos pero tienen varios inconvenientes, si son sólidos dejarán restos en el sustrato y si son líquidos también dejaran restos pero en forma de sales que terminan rompiendo la permeabilidad de la superficie y además son antiestéticos. Generalmente vienen con un porcentaje alto de Nitrógeno.

Precio imbatible, un litro a 1,99 euros. Es de liberación rápida y hay que controlar muy bien las dosis.
En sólidos nos costará sobre 12 euros  el kilo. Es de liberación rápida y hay que controlar muy bien las dosis. Podemos encontrar este mismo tipo de abono a precios bastante más baratos.
 
2.- Si queremos usar abonos líquidos orgánicos, tenemos dos opciones muy interesantes. La primera, un producto usado por los amigos del cannabis, que tendrán muchas cosas malas, pero a la hora de cuidar sus plantas, lo hacen bien, se trata del Bio Canabium que por unos 12 euros, tenemos un litro que nos permitirá preparar unos mil litros de agua de riego abonada, en mi caso serían para unos seis regados completos. El nitrógeno lo tiene un poco alto, su porcentaje es del 10%. Es un abono completísimo.

La segunda opción es el abono orgánico de huerta de la casa Massó, fácil de encontrar en Leroy Merlin, y su precio es fantástico, el litro nos cuesta a 4,75 euros. Es de liberación lenta y bajo en nitrógeno, tiene un 4%. Abono muy completo y totalmente recomendable.
3.- Usar orgánicos sólidos en forma de pellets. Actualmente es el que utilizo. Un saco de 25 kilos a unos 11 euros. Tiene el problema de que durante los primeros días dan mal olor.

Empecé utilizándolos con el tradicional sistema de cestillas que no impedían la caída de restos a la superficie del sustrato, los pájaros incluso las desclavaban ya que bajo las cestillas se criaban gusanos que a gorriones y mirlos, les debe resultar muy apetitosos. Aparte del mal olor, las macetas se veían feas con las cestillas. Realmente antiestéticas. Usando las bolsitas de té, solucionaríamos el problema de los resíduos pero no el de los olores, la estética y los gusanos. Además es un incordio cada vez que había que abonar, teniendo que rellenar casi 300 cestillas.

Luego estaba el inconveniente de que al vivir en un lugar relativamente seco, el abono de disolución lenta sólido no era eficaz ya que las bolas y los pellets se secaban enseguida por lo que tenía que ampliar el tiempo con las cestillas colocadas y cuándo las limpiaba, se podía apreciar que no se había agotado lo suficiente. Es un buen sistema para Galicia, pero aquí no parece serlo demasiado.

El problema del olor lo solucioné en parte, cuándo empecé a enterrar los pellets en el contorno interior del sustrato, además los pájaros no lo veían y no causaban estropicios, pero no todas las macetas permitían este uso. Cuándo tenían bastantes raíces era totalmente imposible hacerlo así y seguía siendo incómodo andar escarbando y ocultando los pellets y por otra parte, aumentaba el problema de la pérdida de drenaje. Si utilizaba las bolas de Hanagokoro, les daba un entretenimiento fantástico a los pájaros que incluso se traían a las crías a enseñarles como levantarlas.

Seguía convencido de la comodidad y efectividad del abono líquido y entonces fue cuándo me vino la idea, usaría los pellets pero metidos dentro de un ¡calcetín de lana! que a su vez introduciría en el bidón dónde acumulo el agua de riego. El abono disuelve sus nutrientes, poco a poco, en el agua de riego. Se acabaron los malos olores, los pájaros tirando sustrato y arrancando las cestillas, los resíduos en la superficie del sustrato y más cómodo, barato y eficaz, imposible. El agua se tiñe al igual que con el abono líquido tradicional y cuándo empieza a salir clarita ya indica que los pellets no dan para más. Y se aprovecha la capacidad nutricional del pellet al cien por cien.
El calcetín está sumergido totalmente en agua con el depósito lleno, lo saqué para la foto. Una infusión de lo más nutritiva.

Resumiendo, abonando con Hanagokoro me gastaba anualmente más de doscientos euros. Con el líquido orgánico gastaba tres botes, eran sobre catorce euros (cantidad totalmente asumible y razonable y funciona muy bien), ahora con el método del "calcetín", consumo tres kilos de pellets, lo que traducido a dinero da la irrisoria cantidad de menos de DOS EUROS al año. Y si vemos la composición, no está nada de mal. Aunque contiene elementos traza, lo hace en muy bajas concentraciones, pero otros abonos ni los tienen.

Según resulte esta temporada, aunque los resultados son más que halagueños, probabelmente alternaré mi abono líquido casero, con el abono líquido comercial de la casa Massó. Son todo ventajas y las plantas lo agradecen. Vida a la fertirrigación.