22 de mayo de 2018

RETOQUES EN FICUS RETUSA.

Este ficus retusa fue transplantado en diciembre de 2017 (sí, ya lo sé) ¿porqué fuera de fechas idóneas? Pues por lo mismo que otras veces, el clima de mi tierra es muy benigno y me permite bastantes licencias, por otra parte, aunque el ficus es una especie durísima pues si hacemos coincidir transplante, con poda de ramas y raíces, con defoliación y alambrado, pues tiene la fea costumbre de secar ramillas, así que si se trasplanta, se deja reponer y luego se finaliza el trabajo, pues todo es mucho más seguro.

Así esta a finales de diciembre de 2017, el día de su transplante. Después de varios años sin hacerle nada pues se había quedado en una bolita a la que hay que dar forma, y sobre todo, le hacía falta el levantado de alguna rama para mostrar un ápice.

Empezamos a defoliar y de paso, con sólo el ligero recorte de alguna ramilla ya empezamos a tener ápice.

De una poda anterior había quedado el tocón de un antiguo ápice, así que serrucho al canto.

Una rebaja importante en altura dejó una gran cicatriz que poco a poco va cerrando. Al lado, la huella del tocón recién cortado, cuándo cortamos de cuajo una rama viva suelen provocarse heridas que tienen que cerrar y con tiempo, los labios de cicatrización terminan ocultándola, como el caso de esta que vamos a sanear, en cambio si cortamos como se hace con los pinos, dejando un pequeño tocón, pues esa rama se seca, con el tiempo se corta y las heridas son casi inexistentes, luego basta con pasar un poco una lima y la herida está totalmente disimulada y desaparecerá mucho antes. OJO: para esta técnica no podemos dejar que el tocón termine pudriéndose ya que afectaría a la zona viva del tronco, en este caso, el tocón llevaría no más de un año y como podemos ver, la zona de corte está perfectamente viva.

Para el saneo usamos la dremel y una fresa pequeña de desbaste, quitamos la zona muerta superficial y limpiamos bien los bordes bajos del labio de cicatrización, procurando raspar parcialmente la corteza para acelerar la formación de labio. No es necesario sellar, la forma inclinada del corte permite que el agua no se estanque en ella.

Me encanta el uso de tensores, son mucho menos agresivos con las ramas, son más fáciles de eliminar y no dejan marcas pero sólo lo recomiendo, como en este caso, cuándo las ramas a doblar son gruesas y cortas, con un alambrado tradicional habría que usar un calibre muy grueso y sería trabajoso conseguir los cambios de dirección deseados, en cambio con el tensor es de lo más fácil y seguro.
Caso de ramas largas, el tensor no es recomendable ya que producen "efecto arco" y nuestras ramas terminarían pareciendo las varillas de un paragüas, salvo que previamente al tensor, se alambre y se le dote de la forma deseada, pero entonces el tensor sería casi innecesario.

CONSEJO: Cuándo tenemos ejemplares avanzados siempre es conveniente tener recursos que hagan frente a posibles problemas que puedan surgir, así que usaremos las ramillas recién podadas para esquejes, esto nos permitirá tener algunos ejemplares procedente de la planta original para hacer frente a posibles injertos o sustituciones de ramas o ápice., caso de necesidad.

Si comparamos la imagen de 2004 y la de 2017, podemos observar (a pesar de las diferentes escalas), que en sólo trece años, y a pesar del notable engrose del tronco, la altura del ejemplar es prácticamente la mitad. A partir de ahora lo más importante será la fijación de las ramas principales, eliminación de las que vayan sobrando y trabajar "a lo ancho" con la subramificación.

17 de mayo de 2018

INJERTO EN ULMUS PARVIFOLIA

Este Ulmus parvifolia lo compré (es el único ejemplar que compré ya siendo prebonsai) en 2009, entonces era una especie de boomerang con una ramificación en forma de bolita y en el que casi ninguna rama nacía en la dirección correcta, cuándo tenía hojas daba el pego, pero desnudo lo único que daba era pena.

Tras nueve años de cultivo su forma ha cambiado totalmente y tras rehacer todas las ramas y acortar el segundo tramo (zona del verde), ya no se ve tan recta, pero le veo tiene un gran problema, cuándo lo compre tenía tres grandes cicatrices y las trabajé para convertirlas en una sóla y facilitar su cerrado, pero por inexperiencia y excesiva prudencia, no profundicé lo suficiente en ella, por lo que pasado el tiempo y a pesar de estar casi completamente cerrada ha provocado un abultamiento muy feo y para intentar eliminarlo tendría que volver a escarbar y volver a esperar un mejor resultado y no estoy dispuesto a ello, así que ¿porqué no injertar una rama en ese lugar?

De hecho, el abultamiento disimularía la situación de ser una rama nacida desde dentro de una curva. Por otra parte, una rama con buen volumen daría un poco de originalidad al diseño tan tradicional que actualmente tiene.

Con este convencimiento, la temporada pasada saqué unos esquejes para poder realizar el injerto. Y como suele ser habitual, probablemente sea un defecto profesional, siempre me gusta tener un plan B o más bien, como en este caso, una segunda oportunidad y ante la posibilidad de rotura al pasar el brote por la zona taladrada pues dejé dos ramas así que si se fastidia una, siempre tendría una sustituta, no es plan de tener el tronco taladrado y sin rama que meter.

Una vez limpiado el tronco, así queda el engendro, ya preparado y con un ángulo de brotación que me permite pasar el brote con la máxima comodidad.

El mundo del bonsai está lleno de mitos y leyendas urbanas y los que me conocen ya saben mi apetencia por ir probando todo eso que "no se puedo o no se debe hacer", en el caso de los olmos está muy extendido no se pueden hacer injertos de perforación, que sólo funcionan los de aproximación, así que vamos a comprobar si "cazo otro mito" o por contra, puedo comprobar su veracidad.
Taladro en mano, efectúo el agujero, el cual tengo que hacerlo un poco desplazado del eje central al no tener una broca lo suficientemente larga y despejo el interior de algún posible resto de viruta.

El tronco del esqueje creció más de lo previsto por lo que a pesar de haber estado medido pues no permite que la macetilla repose en la superficie del sustrato.

Afortunadamente los olmos son agradecidos y con un poco de presión enderezo lo suficiente la macetilla de forma que me permita regarla con facilidad, con eso llega.

 Aseguro la maceta para evitar movimientos indeseados y tapo los agujeros con pasta selladora.

Como tampoco tengo decidido cual será el frente definitivo, hago otra chapuza/simulación de como se vería por el actual frente "B". Ahora toca esperar.

Por ahí dicen que el injerto a traves del "taladro" no es viable para los olmos, no sé si será cierto, pero este intento de injerto falló.

12 de mayo de 2018

FOTOS DE LA XIII EXPOSICIÓN DE BONSAIS DE FUENGIROLA (MAYO 2018)

Aquí tenéis todos los árboles expuestos en la Casa de la Cultura de Fuengirola, dónde una de sus salas ha acogido la XIII Exposición de Bonsais, organizada por la Asociación de Amigos del Bonsai de Arroyo de la Miel. La sala es relativamente pequeña por lo que exige una selección municiosa de ejemplares que, sin dudas, repercute en la extraordinaria calidad de los árboles presentados.

Los organizadores decidieron exponer con esquema de iluminación basado en la utilización de focos direccionales y una luz ambiental tenue, lo que sin dudas, dotó de un extraordinario dramatismo a todos los árboles expuestos, algo que sin dudas es todo un acierto, pero tiene un gran inconveniente, este constraste entre claros y oscuros son perjudiciales para la toma de fotos de calidad, y para conseguir una imagen lo más equilibrada posible, habría que usar el trípode y las saqué a pulso lo que ha repercutivo en la nitidez de las tomas y por otra parte, y ya difícilmente solucionable, y debido a los focos direccionales, se producen feas sombras que ensucian la toma. Podría haber utilizado el flash, pero quiero ser fiel a la intención de los organizadores e intentar enseñaros la expo, lo más fiel posible, así que fotos a luz ambiente y en el orden que se exponían.

Para abrir boca y en la antesala, dos magníficos tokonomas, el primero con un acebuche de Francisco Barranquero.

Y el segundo, una encina de Manuel Vargas.

Y dentro de la sala, los demás:

Boungavilla de Francisco López.

Sabina de Luis López.

Romero de César Caraset.

Un impresionante Arce burgerianum  de Miguel Ángel González. Con un tronco y una conicidad sorberbios.

Tejo de Adolfo Chica.

Higuera de Francisco Gómez.

Ciprés de los pantanos de Valeriano Claros.

Acebuche de David Pérez de Lara.

Acebuche de Francisco López.

Álamo blanco Juan Alberto Jaime.

Junípero de Manuel Vargas. No os podéis hacer una idea del tamaño de este ejemplar, al menos de 110 centímetros de altura.

Olmo chino de Valeriano Claros.

Quejigo de Antonio Valenzuela.

Acebuche de Rubén Sevillano.

Sabina de Miguel Ángel González.

Tuya de Jairo Ocaña.

Acebuche de José Cara.

Otro ejemplar soberbio, Algarrobo de Sebastián Luque.

Romero de César Caraset.

Acebuche de Rubén Sevillano.

Bosque de carpes de Francisco Gómez.

Acebuche de Francisco Barranquero.

Junípero de Valeriano Claros.

Acebuche de Sebastián Luque.

Y para terminar, algunas fotos generales, aunque por olvido mío, las tuve que sacar con el móvil, así que son de poca calidad, pero bueno, peor es ninguna.








Espero que os guste tanto como a mi. Desde aquí darles las gracias a todos los organizadores por el trabajo realizado y permitirme una buena tarde entre bonsais.