3 de mayo de 2019

REMODELACIÓN DE MI AZOTEA.- FASE III

Esta tercera fase afecta a un lateral de la azotea de 8 metros lineales y que hasta ahora sólo había sido utilizada de forma eventual cuándo necesitaba sombra en verano o para poner todas aquellas piltrafillas que no tenían espacio por otra parte. Será la nueva zona dónde ubicaré todos los acers que tengo, o al menos, lo intentaré.

La idea es igualar la altura de ambos tramos de muro, levantar un tabique delantero para ensancharlo y ponerle solería con una leve inclinación que permita la evacuación de aguas hacia mi azotea evitando posibles molestias a los vecinos. También cambiaré de lugar las líneas del riego automático con la intención de ocultarlas y por supuesto, la colocación de un sombreador que cubra bien la zona. Esta pared está orientada hacia el noreste por lo que en verano, dará sol desde su salida hasta prácticamente mediodía y con el sombreador le quitaré la mitad de horas de insolación, así que a partir de las 11 de la mañana, más o menos, ya estarán con sol filtrado en un 50%, tal vez algo más.

Ladrillo aquí, ladrillo allá, el poyete va tomando forma y lo mejor de todo, tomando la forma calculada.

Una vez los ladrillos puestos, toca la solería superior y tirar las maestras, que aunque no tiene mucha importancia, tampoco es que el enfoscado salga hecho un churro.

Al tercer día esto empieza a molar, un poco más de hormigón y listo. Esto avanza de forma totalmente ajustada a los cálculos.

Unas horas más tarde lo más farragoso del asunto queda finiquitado.

De forma excepcional dejo que me pueda la impaciencia y pongo unas macetas para ver como quedan. Realmente está perfecto y clavado a la idea original. Ya puestos también modificaré la línea de pulverizado incluyendo esta zona para que también disfrute de ese refrescado nocturno veraniego.

Tras tres de días dejando secar el hormigón, doy una primera mano de pintura y empiezo con el sombreador.

Wow! ¡Cómo mola! Tanto que hasta los palmatums esperan impacientes en el suelo deseando saltar sobre su nuevo hogar. Los tengo que tranquilizar, aún les queda un ratillo para ubicarlos.

Tras acabar con las líneas de riego, los voy subiendo sin mucho cuidado, antes de nada tengo que valorar cuántos ejemplares caben allí y poder reubicar los de la Fase II.

Tras probar la nueva instalación del riego, les coloco esas cutre mesitas que tan bien les sientan. Y por fin, y tras unos meses de maduración y casi tres semanas de trabajo con los debidos descansos, mi idea hecha realidad. Sin dudas, el esfuerzo ha merecido la pena.
 
Así era la Zona I. Sol total para acebuches, juníperos, prunus y algunos ficus y acacias.

Así queda.

Así era la Zona II. Sol desde que sale hasta las tres o cuatro de la tarde, a partir de ahí, sol tamizado por el sombreador. Pues allí va de todo, juníperos, pinos, otros ficus, olmos, zelkova, piracantas, higueras, más frutales y algunas coníferas más.

Y así queda.

Y la Zona III, exclusiva para palmatums. Así era.

Y así queda.