Si hay un pájaro de ciudad simpático, listo y sobre todo descarado, sin dudas es el mirlo. Es un pájaro que ha encontrado en la ciudad y los parques un hábitat más que ideal para sus habilidades, habiéndose adaptado perfectamente al entorno urbano y nos alegran con sus cantos, pero tienen un problemilla y es su innata tendencia a escarbar en busca de pequeños gusanos e insectos que colonizan nuestros suelos y esto, para los que cultivamos en maceta puede ser todo un problema, también afecta a huertos y jardines pero el remedio que os propongo solo es efectivo para los que cultivamos en maceta, sean de bonsai o de plantas tradicionales.
Al mirlo no se le espanta salvo que tengamos la suerte de tener cerca un lugar donde anide alguna rapaz, tal como es mi caso, desde hace algunos años una pareja de Cernícalos Primillas anidan cerca y dentro de su área de caza se encuentra mi vivienda lo que me permite verlos y sobre todo oirlos prácticamente a diario y esto ha influido favorablemente para desplazar a una colonia de mirlos que siempre rondaban la zona. Incluso en una ocasión tuve la fortuna de ver a escasos metros la caza de un gorrión de los que también abundan en mi azotea, la caída del cernícalo totalmente silenciosa y efectiva, fue un espectáculo que nunca olvidaré.
Antes de esto, lo había intentado todo, pero cualquier sistema de espantarlos era inútil, podías pasar todo el día vigilando para darles un susto y en el momento que te descuidabas, allí estaban, esparciendo toda la akadama por el suelo y arrancando trozos de musgo, además parece que mi azotea es la única en kilómetros que dispone de plantas y agua en abundancia, lo que la había convertido en el lugar favorito para la colonia y sus polluelos que desde temprana edad me visitaban.
Como decía antes, al mirlo no podemos asustarlo y el único sistema efectivo para librarnos de ellos es convencerlos de la inutilidad de que vengan a buscar comida a nuestras macetas, con el tiempo se acostumbran y pierden querencia por el lugar, aunque como dije, mis esfuerzos se han visto favorecidos por la aparición de los cernícalos.
Todo pasa por usar malla de plástico que recortaremos a medida del perímetro interior de nuestas macetas y recortando, por supuesto, el lugar de paso de la planta. Este tipo de malla las encontramos en colores blancos y verdes, aunque os aconsejo el verde por cuestiones estéticas. Con esta defensa los mirlos terminarán aburriéndose de pasear por ellas y buscarán lugares más propicios para sus intereses.
A veces pueden llegar a levantarlas y quitarlas de su lugar por lo que también es conveniente usar algún sistema para fijarlas al sustrato, con alambre preparo unas especies de U que clavadas al sustrato impiden que levanten la rejilla.
Es un sistema barato, inocuo para los mirlos y totalmente efectivo, y el color verde no incide negativamente en la estética de nuestra planta. Aunque esta entrada está dedicada al mirlo, también el sistema es efectivo contra los gorriones que también tienen la sana costumbre de levantar y picotear en las macetas.