Este es un ficus retusa que lleva conmigo, desde 2004. Forma parte del lote de ficus olvidados.
Estaba en una maceta de micapot, la cual no resultó demasiado bueno para el ejemplar y ese mismo año fue trasplantado a otra maceta, que a pesar de tener unos hundimientos en el fondo interior y susceptibles de almacenar agua más tiempo del debido, era la única disponible. La foto siguiente corresponde a 2007 y ya empezaba a necesitar una recuperación, la maceta seguía siendo pequeña, pero así quedó.
Lo único que le hacía era mantener la forma redondeada y cada vez, más desordenado.
En 2008, seguía en la misma maceta y sin transplantar.
En 2010, tuvo algo más de suerte, y fue defoliado. Sigue en la misma y ya lo pedía a gritos, el musgo, síntoma inequívoco de exceso de humedad aparecía constantemente y me limitaba a quitarlo.
Aquí ya en 2011, parecía que se había recuperado un poco del abandono, brotó bastante bien y sacó nuevas ramas, pero duraría poco, a partir del verano se empezaron a secar muchas de ellas, estaba claro que o hacía algo o horror: ¡Mataría un ficus!
Con demasiados remordimientos de conciencia hice acto de fe, de este año no pasaba. Después de una defoliación completa y eliminación de todas las ramas muy mal colocadas (algunas tenía que dejar) y las que se habían secado, quedó así, también trasplanto a una maceta grande, dónde pueda recuperarse totalmente. El año que viene tal vez ya cambie el ángulo de plantado.
Vista cenital. Las ramas son excesivamente gruesas, pero de momento es lo que hay.