24 de febrero de 2019

EVOLUCIÓN JUNÍPERO PHOENICEA II

Corría 2008 cuándo dando un paseo por un vivero me encontré varios juníperos a la venta, no eran gran cosa pero por el precio que tenían, quién no se llevaba alguno. Larguiruchos y feos, pero bueno, con experiencia cero en junis pues seguro que para algo me servirían, aunque sólo fuese como conejillos de indias. Este de la foto es el segundo de ellos.

Cuánto más lo miraba más feo era y fue entonces cuándo recordé haber leído unos doblados traumáticos en juníperos, dicho y hecho. Dremmel en mano y primer paso, vaciado de un canal longitudinal en las zonas por las que pretendía doblar, parece mejor que la acanalura quede en la parte interna.

Una vez vaciado procurando no tocar la capa superficial, introduje dos alambres de 4mm a modo de nervios, para reforzar la zona vacía. Tal vez me pasé, el junípero es bastante noble y con un alambre de 5mm hubiese sobrado.

Una vez fijado el alambre, procedí a un enrafiado generoso, desconocía hasta dónde podría llegar y quería apurar al máximo.

Una vez enrafiado y alambrado pues a doblar toca. Este procedimiento tiene grandes ventajas, una de ellas es que podemos convertir una vara larga en un tronco lleno de sinuosidades al que podremos sacar más provecho, la otra gran ventaja es que conseguimos acercar el verde a la parte baja, dándole a la planta un aspecto más compacto y tupido. Al no ser fecha de transplante pues el plegado de la zona baja no quedó como quería, así que tendría que dejarlo para más adelante.

Después de la paliza había que dejar que el ejemplar recuperara fuerzas. En diciembre de 2012 lucía una salud estupenda después del transplante de esa primavera, dándole un cambio en el ángulo de plantado.

En mayo de 2018 y aunque con el ángulo anterior no quedaba mal, los juníperos destacan por sus troncos tortuosos y agredidos por las inclemencias del tiempo, así que debía seguir retorciendo y entonces me acordé de que en el doblado de 2011, la zona baja había quedado a medias. Como anticipo al nuevo trabajo y como primeros jines, utilizaría las dos ramas más bajas de la derecha, las cuales fueron bajadas.

Aquí una aproximación de las ramas, que más adelante convertiría en jin. Aproveché para darle un aligerado a la copa y que dejara de parecer un seto.

A principios de febrero de 2019 y como anticipo a la nueva torsión y diseño, pelé las ramas y jines. También elimino aquellas ramas que estoy seguro no me servirán para lo que tengo en mente.

Y hoy 24 de febrero de 2019 llegó el día. Aquí vemos el ángulo que queremos corregir, tiene unos 115 grados de abertura, a ver hasta dónde lo podemos llevar.

El procedimiento es el ya conocido, hacer un vaciado generoso en la zona de torsión.

Poner unos nervios de alambre que reforzarán parcialmente la zona evitando la posible rotura.

Enrafiado generoso, poniendo especial atención en apretar bien en la zona que sufrirá mayores tensiones. Después de esto, lo clásico es volver a alambrar exteriormente, pero en este caso, no lo veo necesario, los tensores que luego pondré deben aguantar bien.

Al ser un ángulo grande no puedo utilizar el jack, así que echo mano del sistema tradicional de las barras de hierro y a torcer. Quito la música para poder escuchar los crujidos que nos marcarán cuándo estamos llegando al máximo posible.

Una vez asegurado con el tensor, procedo al plantado. El junípero debe caer un poco más a la izquierda, pero no quiero que los jines toquen el sustrato, así hago el plantado un poco caído a la derecha, ya habrá tiempo de cambiarlo. Como véis, ahora el ángulo del tronco será de unos 45 grados, hemos cerrado sobre 70 grados la torsión original.

Y así queda, de nuevo hay que dejar que recobre fuerzas. De los tres tensores que véis en la foto, sólo queda uno, pasa que lo quité una vez tomada la imagen. En el próximo trabajo tocará cambio de maceta a una adecuada y arreglado del verde.

Así empezó y así está (de momento).

17 de febrero de 2019

PENJING DE OLMOS PARVIFOLIA

En una reestructuración de estanterías que hice por 2016 me sobraban plantas y decidí hacer un bosque con pequeños olmos procedentes de los que venden en grandes superficies y que me estaban ocupando un necesitado espacio.

Ingredientes: unas piedras de un baldío cerca de casa, una maceta vieja y descascarillada y algo de musgo, también del baldío. 






 Y así quedó el día de su plantación en 2016.


La brotación de 2017 fue totalmente verde.

Hoy, 17 de febrero de 2019, y tras el añadido de unas plantillas y una figurita de porcelana, parece que llega al máximo de sus posibilidades. Por primera vez brota con los tonos rojizos y anaranjados típicos en esta especie.

7 de febrero de 2019

FIGURAS DE PORCELANA

Las tradicionales figuras de cerámica chinas se han usado desde muy antiguo para decorar los bonsáis, especialmente los que tienen forma de bosques y paisajes, dando así una sensación de enormidad a los árboles.


Cada figura tiene su propia alma, su parte de energía, la cual creará una sintonía con su árbol. Las figuras de cerámica se han usado desde la antigüedad, siendo algo tradicional en los jardines de bonsái

El pescador es uno de los motivos más utilizados en la cerámica tradicional china. Estas figuras representan personajes de los proverbios tradicionales chinos y representan la paciencia.

La constancia y el amor a la tierra, viene representadas por el campesino que al atardecer vuelve cansado a casa.

Las representaciones de viejos representan la paz espiritual y la sabiduría.

Las linternas no faltan nunca en los jardines japoneses. De noche su tenue luz da una gran impresión de serenidad.


 Y como no podía ser de otra manera, el placer de la contemplación.

Estas figuras de cerámica son regalo de mi queridísima hija y ocuparán un lugar de honor en mis mejores árboles.

2 de febrero de 2019

PRUNUS DULCIS.- ALMENDRO

El almendro es un árbol caducifolio de la familia de las rosáceas. Esta especie pertenece al subgénero Amygdalus del género Prunus. Bastante rústico que aguanta muy bien los fríos y las aguas ligeramente alcalinas. En cambio, es muy sensible a la putrefacción de raíces, por lo que debemos evitar a toda costa el encharcamiento del sustrato, y en caso de dudas, siempre es preferible regar un poco menos. Necesita de forma imprescindible una exposición a pleno sol.
Pero si por algo se distingue el almendro es por su espectacular y tempranera floración, sin dudas, es nuestro Prunus mume particular. Floración que justifica cualquier esfuerzo por mantener uno en nuestra colección.
Este almendro procede de lo que probablemente, fuese la primera semilla que planté. La primera foto que tengo se remonta a 2003.

Es una planta de fuerte crecimiento cuándo encuentra espacio para que sus raíces se expandan, pero por contra, tira con varas largas y cilíndricas que lo invalidan como bonsai, aunque si lo recolectamos a tiempo, puede ser controlado. El mío siempre ha estado en maceta pequeña, por lo que su crecimiento está siendo lento, pero he conseguido una ramificación muy compacta y libre de grandes cortes. Aquí la brotación en 2004.
Tres años después apenas había cambiado su forma, pero su tronco había engordardo y la parte baja se había empezado a craquelar.

Como sabiendo cual podría su futuro, emitió un brote más que interesante para cuando le llegue el momento del corte para su reducción, cosa que no tengo decidido aún, sería lo más inteligente pero...

Así florecía en 2012 y la ramita para la sustitución seguía allí, ¿pero quién renuncia a este espectáculo invernal?

 Hoy 2 de febrero de 2019 vuelve a deleitarme con su magnífica floración.


Así era y así está.

 Una última foto a finales de febrero y antes de quitarles todas las almendras.