Es
difícil resistir la tentación de plantar aquellos brotes y ramas
podadas, siempre pueden venir bien para injertos de ramas o raíces, o
para hacer probaturas de resistencia.
Esta es la historia de uno de ellos. El esqueje fue plantado en 2010.
Estuvo en un pequeño parterre que tengo con fines decorativos, pero en abril de 2012 y tras una reestructuración pues terminó sobrando y como no lo iba a tirar pues me entretuve con él. Lo primero a corregir era ese tronco tan larguirucho.
Estuvo en un pequeño parterre que tengo con fines decorativos, pero en abril de 2012 y tras una reestructuración pues terminó sobrando y como no lo iba a tirar pues me entretuve con él. Lo primero a corregir era ese tronco tan larguirucho.
Así que con rafia y alambre, a retorcer toca. Los juníperos acumulan mucha agua en sus troncos por lo que cuando hay que hacer fuertes torsiones es conveniente dejarlos pasar sed entre cuatro y cinco días.
Por aquellos entonces nunca había realizado algo parecido así que por excesiva prudencia dejé la parte baja del tronco sin doblar, un par de años después intenté solventar el problema, pero el tronco había engordado mucho.
Así estuvo hasta noviembre de 2019, que tras unos años de descanso y pillando fuerzas, le tocaba otro repasito. La evolución del tronco así como el movimiento de este primer jin me obliga a cambiar el ángulo de plantado.
Es demasiado cambio de ángulo para hacerlo de una tacada, así que me tengo que conformar con girarlo unos 20 grados, y son necesarios otros 20 más. Pero tendré que esperar al próximo trasplante, de hacerlo en esta ocasión hubiesen quedado muchas raíces fuera.
Para terminar, aligero el verde y hago un par de jines más y de momento lo dejo tranquilo. Las ramas ya las tengo seleccionadas, aunque aún sobran un par de ellas. No me molesté en alambrar el verde, sería un trabajo baldío.
El movimiento del tronco no se aprecia, la foto salió muy oscura, pero cuando pinte los jines, la estructura básica quedará así. Gracias a los giros imprimidos desde joven, el tronco parece ser mucho más grueso de lo que es realidad.