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12 de febrero de 2023

MYRTUS COMMUNIS

El mirto es una planta llena de simbología: En la Grecia Clásica, el mirto o arrayán, estaba asociado a la diosa Venus o Afrodita y simbolizaba tanto la fecundidad como la fidelidad. Plinio el Viejo describe, en su Historia Natura ritos nupciales en los que los esposos iban coronados con mirto durante el banquete. En época romana la planta no pierde su significado erótico, pues se utilizaban ramilletes de mirto para azotar a las mujeres durante las festividades de la Bona Dea, con el fin de aumentar su fertilidad, tal y como describe Ovidio en sus Fastos.
Otra historia del mundo clásico relaciona el mirto con significados funerarios: la de Baco o Dionisio bajando al Hades para rescatar a su madre, muerta por los rayos de Júpiter. La tradición cuenta que tuvo que dejar un arbusto de mirto en el inframundo para poder sacar a su progenitora.
El cristianismo continúa utilizando el mirto, esta vez con su sentido de pureza y fidelidad, para coronar a los nuevos cristianos en épocas tempranas o representando a la Virgen con una rama en señal de virginidad.

Otro de mis perejiles. Este mirto que presento fue adquirido a finales de  2008 y fue sometido a un intenso aclarado, eliminando muchas ramas y recortándolo en altura. Para 2011 había pillado fuerza y me dió ánimos.

Ya en 2012,  recibió su primera formación como bonsai, adquiriendo la forma pretendida para su modelado y que ha mantenido hasta hoy día. Un dato importante para esta planta es que le gusta la humedad pero necesita un sustrato muy drenante pero a la vez con una parte importante de orgánico, pero tanto el exceso de humedad como la falta de nutrientes lo hace resentirse seriamente. Esto es un binomio que para mi tierra es difícil de conseguir y no podemos perderlo de vista, pero es preferible que pase sed a que pudra las raíces por exceso de humedad con el consiguiente perjuicio para la planta.

Fue trasplantado cada tres años por lo que el siguiente trasplante le tocaría para finales de 2019, pero la maceta estaba muy sucia y necesitaba un limpiadito, así de paso, también efectúo un cepillado del nebari, bastante cubierto de musgo y una reposición de la capa superficial del sustrato, algo saturada de restos de abono.

La maceta es sumergida en salfumán lo que en unos minutos la deja totalmente limpia de restos salinos y otras incrustaciones.

Una vez bien enjuagada la maceta, replantamos reponiendo el sustrato eliminado.

Diez años separan ambas imágenes. Esta planta florece de brotes nuevos así que si queremos floración y posterior fructificación, no debemos pinzar ninguna de los brotes nuevos, por lo que si queremos mantener la forma, perderemos la floración. Este año lo dejaré sin pinzar para que recobre vitalidad y de paso, disfrutar de la floración que en buenas condiciones de cultivo, es espectacular.
 
Por motivos que desconozco, este último trasplante no le sentó nada bien y aunque floreció y fructificó en pequeña medida, la planta no presentaba buen aspecto.

Así que este año lo he puesto en una maceta algo mayor, si no recupera vigor pues pasará otra vez a maceta de cultivo. Lo extraño es que las raíces presentaban un aspecto magnífico, infinidad de raices finas y todas sanas, tal vez debería haber abonado más, la verdad es que me desconcierta un poco, precisamente este último año he sido muy generoso con el abono.