Corría 2008 cuándo dando un paseo por un vivero me encontré varios juníperos a la venta, no eran gran cosa pero por el precio que tenían, quién no se llevaba alguno. Larguiruchos y feos, pero bueno, con experiencia cero en junis pues seguro que para algo me servirían, aunque sólo fuese como conejillos de indias, y al final, pues es para lo que sirvieron.
Debí trasplantar al instante pero un exceso de precaución me llevó a perder un año plantado en ese sustrato perruno del vivero. Así estaba en 2010, cuándo llevaba un año en akadama.
Cuánto más lo miraba más feo era y fue entonces cuándo recordé haber leído unos doblados traumáticos en juníperos, dicho y hecho. Dremmel en mano y primer paso, vaciado de un canal longitudinal en las zonas por las que pretendía doblar, parece mejor que la acanalura quede en la parte interna.
Una vez vaciado procurando no tocar la capa superficial, introduje dos alambres de 4mm a modo de nervios, para reforzar la zona vacía. Tal vez me pasé, el junípero es bastante noble y con un alambre de 5mm hubiese sobrado.
Una vez fijado el alambre, procedí a un enrafiado generoso, desconocía hasta dónde podría llegar y quería apurar al máximo.
Una vez enrafiado y alambrado pues a doblar toca. Este procedimiento tiene grandes ventajas, una de ellas es que podemos convertir una vara larga en una planta llena de sinuosidades a la que podremos sacar más provecho, la otra gran ventaja es que conseguimos acercar el verde a la parte baja, dándole a la planta un aspecto más compacto y tupido.
A continuación la siguiente aproximación.
Me complicó el trabajo el que la planta estuviese en maceta y no pude doblar todo lo que pretendía ya que no tenía espacio de trabajo, ni siquiera ayudado por una sargenta. Con la planta al aire sí que hubiese doblado bastante más la parte baja.
A pesar de haberme limitado a eliminar algunas ramas y no haber tocado las que respeté, ya podemos intuir por dónde irán los tiros. Hemos conseguido ramas en todas las direcciones y muy próximas unas de otras.
De momento ya sólo queda esperar a que el cultivo reponga la fuerza del ejemplar. Espero que para el año que viene pueda realizar un primer prealambrado de las ramas y el giro hacia adelante de la parte media alta del tronco. Será un ejemplar que seguirá sin servir para nada pero me ha permitido adquirir una experiencia que con toda seguridad me será muy útil cuándo posea algún ejemplar de más valor. Ya sabemos que a capar se aprende capando.