11 de octubre de 2019

TRASPLANTE DE FICUS RETUSA

Este Ficus retusa fue trasplantado en 2017 a una maceta que le venía de perlas, maceta ideal para poderlo exponer, pero ya no tan adecuada para un cultivo continuado por lo que empezaba a resentirse un poco. Es importante recordar que todos los bonsais necesitan descanso, es algo que no cuenta nadie, pero el mantenerlos en macetas demasiado ajustadas termina provocando stress en la planta y una paulatina pérdida de vigor y si no se actúa en consecuencia, pueden provocar la muerte de la misma.

A todos nos gusta ver el resultado de nuestro trabajo plantado en la maceta más adecuada que podemos ofrecerle, pero salvo que se les pueda dispensar un cuidado exquisito, controlando no sólo riegos, calidad del agua, abonado perfecto, sino que también tenemos que controlar la exposición a los vientos e inclemencias del tiempo y sobre todo, el control absoluto de las horas de insolación, capacidades que no están al alcance de un simple aficionado como yo, así que no nos queda más remedio que plantar nuestras plantas en macetas de cultivo, más grandes y que permitan un desarrollo lo más óptimo posible sin exponerla a grandes esfuerzos.

Así que aprovechando que me había quedado una maceta libre, bastante más grande y que no le iba a desentornar demasiado, me puse manos a la obra. Tenemos de darle un buen limpiado a las raíces y eliminar los restos de musgos que permanecían por todos los rincones, de paso, le damos un vistazo al desarrollo de la ramificación, que vista desde la parte baja nos da una gran idea de como va su formación. 
A pesar de la maceta en la que se comprimían, las raíces están perfectas.

No debemos olvidar que cuando fijamos el tronco a la maceta debemos protegerlo, por flojera no quise buscar alguna goma que protegiera la zona de contacto, el resultado fue que dañé superficialmente la corteza.

Una vez efectuado el trasplante podemos observar un síntoma motivado por el poco espacio de que disponían las raíces, el lado derecho ha sido bien alimentado, lo que se traduce en mayor número de hojas, con mejor color pero más grandes. En cambio el lado izquierdo tiene menos cantidad de hojas, más amarillentas pero mucho más pequeñas.  No nos queda otra que compensar la fuerza y recortar la zona más frondosa con la intención de que la parte izquierda recupere el vigor.

Lo sabemos todos, pero cuándo se cortan las ramas o se defolia un ficus, por las heridas emite un látex que además de tóxico, provoca un "desangrado" relativo de la rama cortada. Para cortar la emisión de látex basta con pulverizar agua sobre las heridas.

Una vez plantado y equilibrado el conjunto, ya está preparado para unos años de paz en los que recuperará el vigor y armonía.

Sí, ya sé que los expertos aconsejan que los ficus se poden y transplanten a finales de la primavera.

No hay comentarios: