12 de febrero de 2020

EVOLUCIÓN DE UN ALMENDRO (PRUNUS DULCIS)

El almendro es un árbol caducifolio de la familia de las rosáceas. Esta especie pertenece al subgénero Amygdalus del género Prunus. Bastante rústico que aguanta muy bien los fríos y las aguas ligeramente alcalinas. En cambio, es muy sensible a la putrefacción de raíces, por lo que debemos evitar a toda costa el encharcamiento del sustrato, y en caso de dudas, siempre es preferible regar un poco menos. Necesita de forma imprescindible una exposición a pleno sol.

Pero si por algo se distingue el almendro es por su espectacular y tempranera floración, sin dudas, es nuestro Prunus mume español. Floración que justifica cualquier esfuerzo por mantener uno en nuestra colección.
Este almendro procede de lo que probablemente, fuese la primera semilla que planté. La primera foto que tengo se remonta a 2003.

Es una planta de fuerte crecimiento cuándo encuentra espacio para que sus raíces se expandan, pero por contra, tira con varas largas y cilíndricas que lo invalidan como bonsai, aunque si lo recolectamos a tiempo, puede ser controlado. El mío siempre ha estado en maceta pequeña, por lo que su crecimiento está siendo lento, pero he conseguido una ramificación muy compacta y libre de grandes cortes. Aquí la brotación en 2004.
Tres años después apenas había cambiado su forma, pero su tronco había engordardo y la parte baja se había empezado a craquelar.

Como sabiendo cual podría su futuro, emitió un brote más que interesante para cuando le llegue el momento del corte para su reducción, cosa que no tengo decidido aún, sería lo más inteligente pero...

Así florecía en 2012 y la ramita para la sustitución seguía allí, ¿pero quién renuncia a este espectáculo invernal? Lo más sorprendente de este ejemplar es que llevo desde 2011 sin cortar una sola ramita, ni una, ha llegado a un punto de equilibrio que lo único que hace es engordar y florecer, sin que alarguen las ramas salvo la pequeñita nueva.

 Este invierno de 2020 vuelve a deleitarme con su magnífica floración.

 
Todos los años se llena de almendras y aunque las elimino todas, es difícil resistirse a dejar algunas durante alguna semana más.

 
Así era y así está.