22 de abril de 2020
21 de abril de 2020
MEMBRILLO (CYDONIA OBLONGA)
Hoy le tocó el turno a un membrillo común (Cydonia oblonga), recolectado a principios de 2010 y que desde entonces lleva deambulando por mi azotea sin que le haya prestado mucha atención. En el mes de Junio de dicho año, presentaba este aspecto.
Como principales defectos pues que tenía pocas ramas y todas largas y era demasiado alto para el grueso de su tronco y muy pocas y gruesas raíces. Y en corregir estos defectos es en lo que estoy.
Como suele ser habitual (por mí), al finalizar el segundo año desde la recolección hago un transplante para proceder a ese arreglo de raíces que por prudencia no suelo realizar conforme los recolecto. Siempre dejó más de la cuenta a sabiendas que para cortar, siempre hay tiempo. Como era previsible el cepellón se había desarrollado considerablemente, aquí una vez recortado, las raíces gruesas fuera, y de las nuevas aproximadamente la mitad. También aprovecho para alambrar (de forma bastante chapuza por cierto, pero efectiva) algunas ramas que están excesivamente fuera de lugar. Al año siguiente, ya en 2011 el asunto de las raíces estuvo solucionado.
El asunto de la ramificación iba más lento, no emite demasiadas ramas nuevas y por otra parte, todas crecían hacia arriba y debía ir bajándolas poco a poco lo que unido la fuerza apical de los brotes y el poco interés que despertaba en mi pues hicieron el resto. En los cuatro primeros años no era muy lo que había mejorado aunque el aumento grosor del tronco sí era evidente.
Para 2017 empezaba a gustarme, ya tenía algo de subramificación, pero en el tronco padre la primera rama salía casi a la mitad de la longitud total del mismo. En la foto de 2020 vemos el gran vacío y lo que es peor, el último tercio del tronco no tenía conocidad, era recto y demasiado largo.
Y en esto último ha consistido el trabajo de hoy, por un lado acortaré los ápices de ambos troncos y por otro, pues injertaré una ramita en este tramo bajo que se niega a darme una rama "original". Esta rama es de vital importancia ya que será la primera rama de todo el árbol y por tanto, debe ser potente.
Una de las porciones cortadas la utilizo para el injerto de púa, encinto con Buddy Tape y cubro con una bolsita de plástico para mantener protegido la rama injertada.
14 de abril de 2020
LA TRASTIENDA QUE NADIE ENSEÑA.- MIS HERRAMIENTAS DE BONSAI.
Como de tiempo vamos sobrados pues voy a poner las herramientas de uso en bonsai que con el paso del tiempo he ido acumulando y aunque algunas las utilizo muy poco pues aquí están, una visita al trastero que todos tenemos pero nadie enseña.
Por un lado tenemos las clásicas de todo bonsaista, tijeras de varios tamaños, podadoras cóncavas y rectas, partidoras de troncos, hoces, punzones, sierras finas y algunos alicates de corte tan efectivos como los especiales para bonsais pero mucho más baratos.
Otras herramientas de tortura pueden ser las palanquetas, barras de
hierro y algún jack, una vez te acostumbras a usarlas ya no puedes vivir digo modelar
sin ellas. No pueden faltar en nuestro armario.
Unas madejas de rafia listas para su uso y a mano, también son útiles.
La Dremel es otra imprescindible en nuestro cajón y una amoladora de corte recto con las fresas adecuadas.
Otra herramienta eléctrica bastante útil es la sierra de sable.
Como arma pesada tengo una motosierra, ideal para grandes cortes y reducciones drásticas.
Los alambres suelen ser un incordio a la hora de almacenarlos y tenerlos ordenados por diámetros, un tubo de pvc y unos carreteles artesanales nos solucionan el problema.
No podía faltar el estudio de fotografía, una simple tela negra y solucionado el problema, una buena foto embellece notablemente nuestros ejemplares.
El botiquín con un poquito de todo. Los tornillos aunque a veces los utilizo, no son para bonsai, estos no cuentan.
Algunas baldas nos sirven para cedazos, macetas y bandejas esmaltadas sin uso y otros adornos.
Y al aire libre para que sufran las inclemencias del tiempo, pues las macetas sin esmaltar y que nos van sobrando tras las rotaciones.
Solo me falta echarle un par de ganas y ordenarlo todo para que se viese bonito, pero me puede la pereza, además un lugar de trabajo no es una exposición, digo yo. ;)
Solo me falta echarle un par de ganas y ordenarlo todo para que se viese bonito, pero me puede la pereza, además un lugar de trabajo no es una exposición, digo yo. ;)
7 de abril de 2020
2 de abril de 2020
MODELO MATEMÁTICO PARA ELEGIR ADECUADAMENTE UNA MACETA DE BONSAI.
Comprar una maceta de bonsai es algo que nunca se hace a la ligera, sobre todo por el precio que tienen y a nadie le gusta comprar una maceta que luego no le vendrá bien a nuestra planta. Miramos una y mil veces el tamaño, el color, si esmaltada para caducos, sin esmaltar para coníferas, alturas, y un sinfín de detalles más, pero casi nadie presta atención a lo que probablemente sea el detalle más importante: que la maceta elegida sea un buen contenedor que proteja la salud de nuestra planta, porque digan lo que digan, si una planta no tiene raíces sanas nunca lucirá en plenitud, la salud de las raíces lo es todo, y para tener unas raíces sanas, antes que nada, debemos usar una maceta adecuada y todo esto pasa por los agujeros de drenaje, sí sí, esos agujeritos que tienen las macetas en su parte baja, es lo más importante de una maceta, al igual que los espacios vacíos son imprescindibles en el modelado del bonsai, estos espacios vacíos son imprescindibles para la salud de nuestra planta.
Lo normal es que a poco tiempo que llevemos como aficionados nos baste con ver los agujeros de drenaje para saber si un recipiente es adecuado o no, incluso los más adelantados pueden determinar la calidad de la maceta con el simple hecho de mirar dichos agujeros, pero aquí vamos a hacerlo de una manera más científica, vamos a desarrollar un modelo matemático que nos permita distinguir con claridad meridiana la idoneidad de la maceta teniendo en cuenta exclusivamente los agujeros de drenaje.
Y eso es lo que vamos a aprender hoy, calcular si los agujeros de drenaje guardan equilibrio con el tamaño de la maceta.
Para esto solo tenemos que calcular el volumen de la maceta, así como el área que ocupan los agujeros de drenaje y obtener la proporción correspondiente entre ambas.
Básicamente, en el mercado podemos encontrar tres formas de macetas, las ovaladas, las rectangulares y las redondas.
Para hallar el volumen de una maceta oval tenemos que medir el largo y el ancho que es lo mismo que medir sus diámetros, al ser ovalada pues tiene dos y dividirlos por la mitad, esto nos dará los radios. Pues si multiplicamos el radio mayor por el radio menor por la altura (h) y por Pi (3,14) tendremos el volumen.
En el caso de una maceta rectangular es mucho más fácil, el volumen se calcula multiplicando el largo por el ancho por el alto.
Para hallar el volumen de una maceta redonda solo tendremos que multiplicar Pi (3,14) por el radio al cuadrado por la altura.
Vamos a un caso práctico y vamos a calcular el volumen de las macetas que tomamos como ejemplo.
Aplicamos la fórmula r1 x r2 x h x lo que resulta 17 x 12,5 x 1,5 x 3,14 = 1.000,88 centímetros cúbicos.
Para calcular el Coeficiente de drenaje solo tenemos que realizar un cálculo sencillo: Dividir el volumen de la maceta entre el área de los agujeros de drenaje multiplicado por cien: Cd= V/(d*100)
Hacemos la misma operación pero con la maceta cuadrada, aquí para hallar el volumen total basta con multiplicar largo por ancho por alto. 30 x 20 x 10 = 6000 centímetros cúbicos.
Y el área ocupada por los agujeros de drenaje es 3,14 centímetros cuadrados cada uno de los pequeños y 3,14x6,25= 19,63 cm² el grande. Como son cuatro agujeros pequeños pues (4 x 3,14 ) + 19,63 = 32,19 cm².
El coeficiente de drenaje será 1,86.
Para hallar el volumen de la maceta redonda aplicaremos la fórmula: V = 𝚷 * r² * h
3,14x240,25x4= 3.017,54 centímetros cúbicos.
Y el área ocupada por los agujeros de drenaje es 3,14 centímetros cuadrados cada uno de los pequeños y 3,14x2,25= 7,07 cm². Como son cuatro agujeros pequeños pues (3 x 3,14 ) + 7,07 = 16,49 cm².
Ya solo nos quedaría buscar la cantidad resultante en esta tabla y comprobar la calidad de nuestra maceta, atendiendo exclusivamente a su coeficiente de drenaje.
Lo habitual en el mercado es encontrar macetas cuyos Coeficientes de Drenaje se situan entre 1,5 y 2. También podríamos comprobar que las macetas con Coeficientes de Drenaje menores a 1,5 suelen de las mejores calidades y por tanto, mucho más caras, lo que no implica que por que una maceta sea cara y de gran calidad, deba tener gran Coeficiente de Drenaje. En cambio con coeficientes mayores de 2 estarían las más baratas.
Seguro que a poco que busquemos podremos encontrar excepciones en las que no serían aplicables estas fórmulas y alguno se preguntará para que sirve toda esta historia, pues yo también me lo pregunto, pero encontrar las excepciones es trabajo vuestro. Esto solo un entretenimiento de una tarde de lluvia.
Por motivos lógicos esto no es aplicable a las macetas sin agujeros de drenaje, ya que si aplicamos la fórmula obtendríamos infinito y ya sabemos que en bonsai el vacío es importante pero el infinito no.
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