Desde siempre he tenido en el jardín de casa bouganvillas de varios
colores, la verdad es que es una planta que me encanta. Hace algunos
años y con motivo de las rutinarias podas me quedé con un par de
esquejes para hacer lo que hacemos todos los principiantes, meterlos en
una bandeja y ver un "bonsai". Han pasado algunos años y sigue
resistiendo la campeona, a pesar de haber estado olvidada y sin apenas
trasplantes. La pobre ha sido uno
de los conejillos de indias con los que practicaba cualquier cosa nueva
que aprendía en mis primeros tiempos.
Este es el aspecto que presentaba en 2004, tronco muy delgado y demasiado alta, no obstante, florida a rabiar.
A pesar de que en la foto se ve un alambre, el ejemplar está siendo
modelado prácticamente a base de podas, las ramas tan "crujientes" de
las bouganvillas no hacen buenas migas con las torsiones.
Como curiosidad, señalar que es trasplantada cada siete u ocho años.
Aquí su evolución en los últimos años, mantiene unas medidas de 25
centímetros de alto por 20 de ancho.
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