1 de septiembre de 2024

PINUS PINEA "BUSHIDO".- El largo y tortuoso camino del guerrero.

Este pino piñonero procede de semilla sembrada por mi sobre 1997, en lo que sería la primera planta de semilla en mi incipiente hobby por entonces. Aquí vemos la evolución fotográfica comparativa en estos primeros años. La primera foto que tengo es de 2003.
 
 
 
Es en 2018 y viendo que el ejemplar ya no da más de sí con ese diseño, decido una reducción drástica. Voy a cortar por donde señalo y rehacer la copa con esa rama baja de la izquierda.
 
Veo este arreglo virtual y empiezo a dudar sobre sí será una buena idea. El tronco ya tiene en su parte estrecha más de 3 centímetros de diámetro. Y la rama a mover casi 2 centímetros, lo peor de todo es que tendré que moverla casi 60º para llevarla al lugar donde pienso quedará mejor.

Con el serrucho de la mano lo vuelvo a pensar tres veces, una vez iniciado el trabajo ya no habrá vuelta atrás ni arrepentimientos, mi primer pino de semilla nunca volverá a ser el mismo.

Para facilitar la torsión, con el serrucho abro un hueco en forma de cuña, lo que facilitará el movimiento de la rama. Es importante calcular el ángulo de la cuña ya que quiero que las zonas cortadas queden en perfecta unión, pretendo que se autoinjerten, algo que no es necesario, pero que si se consigue pues parecerá mucho más natural.

Enrafio poniendo especial atención y fuerza en la zona dónde estimo sufrirá mayor tensión. También refuerzo esa misma zona con un par de alambres a modo de collarín. Si se parte esta zona, todo el trabajo se irá al traste.

  Y bajo la rama a subir, fijo la barra de hierro que servirá de palanca.

Una vez llevada a la posición deseada, pongo un tensor provisional de alambre en la parte alta del tronco principal, que aunque la vamos a eliminar, de momento nos servirá de soporte.

Con la rama ya aproximada, procedo a la eliminación del tronco principal y demás ramas (las había dejado por un "por si acaso rompe"), de momento dejo la que sale por la derecha, es el plan B, por si por un casual, la rama que estamos doblando se parte, al menos tendríamos una rama verde para intentar hacer algo.
 
Estas son las paradojas del bonsai, la rama que salía horizontal al suelo pues tenemos que levantarla y ahora las que se quedan levantadas, pues tenemos que llevarlas hacia la horizontal, Para asegurarnos pues enrafiamos por los lugares dónde se producirán las torsiones. El tocón central también será reducido, pero de momento lo dejo porque me sirve de soporte para el tensor que mantiene la rama con la que reharé el diseño en su posición.

Como podemos ver, la unión entre ambas partes es casi perfecta, realmente que se autoinjerten no es demasiado importante, pero si lo hacen, mejor que mejor. Por eso es conveniente cortar la cuña pensando en la unión de ambas partes una vez movida la rama. Caso de ser posible, un poco de pasta selladora en los bordes de unión vendría bien.

Para ayudar a la recuperación, trasplanto a una maceta de cultivo. Y así de feo queda el pobre pino, en espera de que la nueva brotación vaya cubriendo las zonas, pero el objetivo está conseguido, tengo una rama principal, una rama de contrapeso, una trasera y un ápice, así que de nuevo empieza el cultivo. 
 
Altura original antes del trabajo, 50 centímetros desde la superficie del sustrato, altura después de la reducción, 30 centímetros. Llegados a este punto es necesario parar, el pino necesita recuperarse, hoy es 28 de diciembre de 2018 y no quiero una inocentada.

Tras un año de recuperación, ya en diciembre de 2019, elimino los alambres y la rafia y procedo a la primera parte de la eliminación del tronco original cortado. No me interesa eliminarlo completamente porque me servirá como relleno del nuevo callo de cicatrización, así que de momento lo trato como si fuese a dejarlo, vaciado del mismo, un toque de soplete para secarlo y otro pequeño retoque de aproximación. Está pegado a la zona de autoinjerto así que mejor ir con precaución.
 
Tras año y medio de recuperación en mayo de 2020 tocó un nuevo pasito. Primero vuelvo a rebajar la porción de tronco que dejé como jin. En la imagen podemos ver como evolucionó tras la reducción, de forma visual la rama trasera servía para cubrir el hueco de donde debía estar la rama principal (A), una subrama de la rama trasera y girada hacia la derecha hacía las funciones de rama de contrapeso (B) y la rama alta lateral debería hacer de rama trasera (C), y por encima un cúmulo de ramitas de donde debería salir el ápice, vamos un auténtico maremágnum.

Tras el pinzado podemos ver más clara la situación. La rama A que nace hacia atrás, la B una subrama de A y forzada hacia el otro lado para ejercer de contrapeso y la rama C orientada hacia adelante. Marcada con una línea roja la larga porción de tronco sin ninguna rama y que es lo que queremos corregir hoy además de recolocar las ramas.

El trabajo consiste en hacer girar unos 35 grados el tronco principal de manera que la rama A quede como rama principal pero con orientación correcta (hacia la izquierda), la B pasará a rama trasera y C se convertirá en rama de contrapeso. A tener en cuenta que la zona marcada con el óvalo naranja es la zona semiinjertada en 2018 por lo que tendré que pensar en algo para evitar en lo posible que esa zona gire y en cambio sí que lo haga desde dos centímetros más arriba.

Lo primero es enrafiar y alambrar como si no hubiese un mañana, las vueltas de los alambres son muy cerradas, su principal misión será evitar desgarros o separación de corteza y cámbium. Apoyando la barra contra el lateral de la maceta, la aseguro al tronco con un alambre justo en la zona del autoinjerto, esta barra además de impedir el posible desplazamiento lateral de la zona pues me servirá para fijar la barra que ejecutará la torsión y que no podré quitar en una temporada.

Justo a 90 grados he fijado la segunda barra poniendo especial atención en asegurarla fuertemente a la rama A pero de forma que la fuerza se ejerza en el tronco principal, recordemos que debemos girar el tronco principal y no la rama A, que lo único que tiene que hacer es desplazarse con su porción de tronco. La segunda barra queda parcialmente oculta a la vista pero podemos ver su dirección fijándonos en el extremo que sale por delante.

Y con la ayuda de otro par de manos giro la barra de torsión 90 grados al mismo tiempo que con la mano libre ayudo al giro del tronco. Con mayor facilidad de la esperada todo el conjunto se mueve, una vez llevado al máximo posible de giro, fijo ambas barras de hierro con un alambre para impedir el efecto muelle.
Aquí podemos ver que los grados girados del tronco principal nos ha permitido que la rama A tenga una nueva y más correcta orientación. Como previamente había sido enrafiada en parte y alambrada pues el codo que tenía en origen ha desaparecido y ahora luce rectilínea. Por otra parte, la C es ahora una rama de contrapeso correctamente situada en relación al tronco y a la rama principal, con un poco de ángulo hacia adelante como mandan las viejas normas de la Escuela Clásica: son como dos brazos que se abren para abrazar al espectador.
 
Como resultado de esta torsión sobre el eje nos surge un nuevo problema. Cerré una puerta pero se abrió otra. El tronco forma un ángulo recto más evidente al tratarse de una zona de vacío.

Si cambiara el ángulo de plantado buscando una copa algo más vertical, el problema sería más evidente.

Así estaba antes del trabajo y así quedó. Podemos apreciar como la primera rama de la izquerda que antes nacía hacia atrás, ahora queda en el lateral izquierdo y se convierte en la primera rama del pino. El árbol necesita descansar y recuperarse de estos trabajos, así que lo dejaremos hasta el invierno cuando intertaremos hacer algo para eliminar ese ángulo recto.

Tras nueve meses de descanso, el árbol ha tirado con fuerza y toca intentar corregir el ángulo en cuestión, Dios mediante, este trabajo debería ser el último en la formación de la estructura básica del pino, a partir de aquí todo debería ser mucho más fácil, con una rama principal, otra de contrapeso y otra trasera en sus lugares correspondientes, podríamos empezar a la creación de las masas verdes.
 
Pero primero vamos a intentar corregir ese ángulo recto que forma el tronco. Para ello elimino l porción del jin superior que dejé, eliminando de la madera dura interna, esto además de facilitar la torsión evitará en posible astillado que dañe el cámbium o la albura. Hemos tenido en cuenta el corte que hicimos en la primera torsión, evitando en lo posible tocar la zona viva que en estos momentos supone menos del 50% del perímetro de la rama. 

Y fijamos las palancas.

Hay que medir muy bien la fuerza y estar atentos a posibles grietas de la corteza y por eso no he enrafiado. Si parte ahora, adiós al pino, a la basura 23 años de cultivo.
 
Finalizado el desplazamiento vemos como por, tal vez exceso de precaución, no he torsionado lo necesario para que ambas zonas del corte entrasen en contacto. Es de suponer que con el tiempo, el labio de cicatrización unirà las partes, pero al menos en principio tendería a entrar por ese hueco.

Para evitar eso y la existencia de bolsas de aire nada más fácil que utilizar pasta bicomponente y sellar el interior, en estas condiciones el labio de cicatrización encontrará una superficie dura y bajará directamente en busca de la zona de contacto con el tronco.
 
Aquí vemos una comparativa entre el antes y el después de la corrección. Esta torsión ha sido menos drástica que las anteriores, solo ha supuesto 10º de movimiento, pero el aspecto del ejemplar ha mejorado notablemente, aproximándose a un moyogi clásico.

Los ángulos formados han pasado de los 120º originales a los 68º actuales, lo que significa que hemos movido una rama gruesa 52º desde su posición original en un proceso que ha durado dos años sin poner en peligro en ningún momento la vida del ejemplar. ¿Que podríamos haberlo hecho de una tacada? Pues sí, pero el bonsai como en la vida, todo es evolución y lo que ayer nos parecía bien, hoy puede que ya no lo veamos tan bien, así que tenemos que ir aplicando las correcciones necesarias sin obcecarnos en demasía por mantener la idea original y sobre todo, sin prisas y adaptándolo a nuestras posibilidades.
 
Estamos en 2022 y han pasado casi dos años desde el último trabajo y la herida abierta del tronco ha evolucionado satisfactoriamente, casi ha desaparecido, digo casi porque sé dónde hay que mirar, para otros ojos sería totalmente imperceptible. Y lo mejor de todo, el tronco empieza a craquelarse.

Así quedó en 2018 tras la reducción drástica y así está cuatro años después.
 
Tras el limpiado de las acículas secas y viejas, hago un ligero alambrado de aproximación que me permitirá eliminar brotes y ramillas inservibles y nos dará una idea de por dónde irá el diseño.

Tras casi dos años de descanso y crecimiento libre hoy ha tocado una limpieza de acículas viejas, tanto secas como verdes.

Así estaba en el momento de meterle mano, estamos a primeros de septiembre de 2024.

Tras la limpieza y aclarado, también le doy un repasito a la maceta y así queda. Para más adelante quitaré algunas ramas y daré un alambrado completo.
 
Algunos dirán que mucho trabajo para un pino piñonero que no es lo más acertado para bonsai, y llevan razón, pero los ratos de entretenimiento y aprendizaje que estoy obteniendo con él, bien lo valen.

COMENTARIOS ANTERIORES:
Blogger Unknown dijo...

Vaya trabajo!!! Eres un valiente...te va a quedar de maravilla...ya nos mostraras

28 de diciembre de 2018, 23:34
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Blogger Kai dijo...

De héroes está el cementerio lleno, espero que mi pino no sea el daño colateral. Gracias tu visita, y por supuesto que seguiré informando. Un saludo.

29 de diciembre de 2018, 1:03

13 de junio de 2024

TIPUANA TIPU.- PRESENTACIÓN EN SOCIEDAD

Este proyecto se inició en 2020.
 
Otro de los árboles que rondan por mi azotea y del que pienso nunca llegará a nada, entre otras cosas porque nunca lo cultivé pensando en bonsai, fue una planta de jardín hasta que una remodelación lo puso en un brete de la basura, pasa que como siempre, me dió pena, serruchazo y para una maceta.

Me parece que esta especie sólo podría ser adecuada para cultivarla en tamaño grande pero aquí estoy yo desafiando el sentido común e intentando sacar algo de tamaño medio. De cualquier forma, tras una búsqueda por la web no he encontrado ningún ejemplar de esta especie convertido en bonsai y por algo debe ser.

Tipuana tipu es un árbol de rápido crecimiento, corpulento. De altura media llegando a alcanzar 18 metros, con el tronco cilíndrico con la corteza agrietada de color gris oscuro, con la copa muy aparasolada y muy ramificada con ramas que se extienden en quebrados segmentos rectilíneos. Hojas compuestas de color verde claro con 11 a 29 foliolos oblongos. 

Fruto legumbre alada (tipo sámara), de 4-7 cm de longitud con una sola semilla en su interior. Aunque no lo parecen, son totalmente aerodinámicas, siempre encuentro alguna en mi casa y los árboles están al menos a 250 metros en línea recta y encima tienen edificaciones que hacen de pantalla al viento, así que realmente sorprendente la facilidad con la que vuelan.

Las flores son amarillas, agrupadas en inflorescencia.
 
 
Y fue gracias al viento como llegó la semilla a casa y como sólo tenía macetas pequeñas de bonsai pues terminó en una de ellas, sin ninguna intención de trabajarla como bonsai, sólo sería un lugar provisional hasta que la llevase al parterre donde la plantaría. La primera foto que tengo es de 2005, primer año en el que floreció y antes de ser plantada en lo que suponía sería su lugar definitivo.
 
 
Tras quince años en el parterre y a pesar de las contínuas podas, pues había crecido demasiado y dejé de verla interesante, así que fue arracanda sin mucho cuidado por lo que las raíces me levantaron todo lo plantado allí, iba a remodelar aquello así que casi lo agradecí. Primero intenté donarla pero nadie la quería, también pensé en plantarla por algún lado pero tampoco encontré un lugar adecuado, así que sólo le quedaba ir al contenedor de la basura pero me daba pena, por lo que sin pensarlo demasiado le metí el serrucho y la dejé en un tamaño manejable.
 
 
La información encontrada dejaba claro que esta especie tenía tendencia a tomar una forma aparasolada, así que ¿para qué nos vamos a complicar la vida? La intentaré modelar según gusta a la planta. Una sombrilla al canto. De momento dejo alguna rama baja para intentar conseguir algo de conicidad. Año 2020 primera brotación como planta en maceta con técnicas de bonsai. 😅😅😅

 
 Año 2023, la sombrilla va tomando forma.
 
 Año 2024. Primera floración tras la metamorfosis.
 
A finales de junio comienzan a madurar las semillas y se cierra el ciclo. Me gusta pensar que alguna de ellas volará impulsada por el viento hasta un jardín o azotea próxima y su dueño, la vea y termine plantada, sería una cadena maravillosa.
 
Si pudiese conseguir ramas menos vigorosas y más cortas pues tendría una opción, pero los crecimientos son exagerados como para conseguir algo creible y natural, pero bueno, otro entretenimiento más. Lo que no tiene solución son esas hojas compuestas tan grandes.

10 de junio de 2024

EVOLUCIÓN DE LAGERSTROEMIA INDICA "SARUSUBERI"

 Otra planta tan bonita como lenta de crecimiento, al menos en maceta. Lagerstroemia indica es un árbol o arbusto caducifolio que plantado en el suelo puede alcanzar unos 8 m de altura. Muy ramificado, forma una copa amplia y chata. La corteza, lisa y de color marrón medio (café), se desprende anualmente. Hojas ovales, opuestas, de color verde oscuro. Las hojas nacen de color cobrizo y en otoño adquieren matices amarillos,anaranjados y rojos. La inflorescencia es una panícula terminal de unos 9 cm de largo. Flores acampanadas con 6 pétalos de bordes rizados de color blanco, rosa o malva. Hay variedades púrpuras y rojas. El fruto es una cápsula negruzca de poco más de 1 cm.
 
Esta planta admite prácticamente todas las labores habituales en bonsai aunque hay que tener cuidado con los alambrados, sus ramas son quebradizas y cuando alcanzan cierto grosor (5 mm) ya empiezan a ser casi imposibles doblar.

En japonés se las conoce como «Sarusuberi», concepto que podría traducirse como: "donde los monos resbalan", en referencia a lo suave y liso de su corteza.
Verano de 2008
 
Esta que os enseño fue un plantoncillo comprado en un vivero ornamental en 2008 y desde el primer momento me ha deleitado con sus numerosas y magníficas flores. Es una planta resistente y casi imposible de matar, entonces podemos preguntarnos ¿si tan buena es por qué se utiliza tan poco en bonsai? La respuesta es simple, tiene un crecimiento lento, al menos en maceta y gran tendencia a brotar de forma anárquica.
Primavera de 2011
 
Otra cosa buena de la especie es su otoñada, un cautivador rojo sangre nos hará que esperemos impacientes el otoño. Diez años después de su compra sólo había duplicado la altura y el grosor de tronco, y aunque había conseguido darle ciertas curvas nunca le he encontrado un diseño acorde. Durante algunos años fue un "abatido por el viento" pero la costumbre de la criaturita en brotar por cualquier lado menos por donde me interesaba, hizo que desistiese en el intento.
Otoñada de 2018
 
Probablemente sea una de las especies que más se me resisten pero viendo sus otoñadas y sus floraciones ¿quién no tiene un hueco para una de ellas?
Floración veraniega
 
Intentando acelerar su crecimiento en 2022 la planté en una maceta grande y así llegó a 2024, año que estuve a punto de deshacerme de Sarusuberi pero tras cortar una rama frontal y alambrar otra para cubrir un hueco ya tengo ramas por los lugares adecuados y empecé a verle futuro, así que de nuevo a su estantería. A seguir creciendo.
Colorido primaveral


6 de junio de 2024

I EXPOSICIÓN DE BONSAIS DE LA ASOCIACIÓN DE BONSAI MELKART (CHICLANA DE LA FRONTERA)

Los días 30,31 y 1 de junio se ha celebrado la Primera Exposición de Bonsais "Ciudad de Chiclana", organizada por la recientemente creada Asociación de Bonsai Melkart, son pocos socios aún pero el núcleo fundamental está compuesto por aficionados muy experimentados y eso se ha notado en el muestrario expuesto que al principio se intuía "más bien básico", pero nada de eso, magníficos ejemplares presentados cuidadosamente y con muy buen gusto.

Desde aquí darles la enhorabuena y a por el año que viene, que este grupo promete.

Empiezo con unas vistas generales del espacio ocupado en una de las salas del Centro de Interpretación del Vino y la Sal, lugar dónde tuvo lugar el evento. Una gran pantalla completaba la presentación en sociedad de este animoso y experimentado grupo.

Y aquí algunos de los ejemplares expuestos, no están todos ya que como viene siendo habitual, las iluminaciones existentes aunque permitiendo una bonita puesta en escena, no son las más adecuadas para la fotografía.
 
 

























PD. Fue todo un placer el ratito de "palique" con Ignacio y Amador, a los que desde aquí mando un fuerte abrazo y a por la próxima, que aunque con esta primera expo habéis puesto el listón muy alto seguro que la mejoráis.