23 de abril de 2018

ESQUEJADO DE PINOS

En uno de los frecuentes paseos que doy por la sierra me encontré una piña de pino negro (Pinus uncinata), y curiosamente estaba intacta y llenita de pequeños piñones, los pinares de pino negro aunque no son frecuentes por las sierras gaditanas sí que podemos encontrarlos con relativa facilidad pero siempre que lo había intentado nunca sus piñas tenían piñones, así que esta vez tuve suerte.

Después de tenerlas 48 horas en remojo y desechadas las que flotaban, síntoma evidente de que no serían viables, pasé a plantarlas y en menos de tres semanas brotaron como locas. Empezar un posible bonsai desde semilla es una ardua labor, pero si encima es una conífera pues necesitaríamos dos vidas para ver algo bonito, pero bueno, tengo ese defecto de fábrica, suelo ser defensor de causas perdidas.

El problema de los pinos es que si lo dejamos que enraicen libremente, desarrollarán una larga raíz pivotante que nos impedirá cualquier intento de obtener un nacimiento radial de raíces óptimo, así que es necesario esquejarlo.

Para esto sólo necesitamos un cúter o una navaja que corte bien. Se trata de sacar el brote y cortarle la raíz, preferiblemente antes de que el tallo oscurezca demasiado. En un principio el tallo será verde pero pronto irá tomando color marrón, pues es antes de que oscurezca del todo cuándo debemos sacar el plantón de la tierra y cortar la raíz pivotante que con toda seguridad, será la única que tenga en ese momento.
Una vez cortado interesa impregnar la zona de corte con alguna hormona de enraizamiento. En mi caso utilicé unas de reconocida efectividad, la Clonex en formato gel.
 
Acto seguido se planta de forma individual y se protege el brote del sol directo y del viento hasta que dé señales de recuperación. Un par de semanas suelen bastar para que podamos observar que se reactiva el crecimiento. En este momento ya podemos ponerlas al sol, cosa que sin dudas agradecerán.

Esta foto corresponde a uno de los ejemplares a los dos meses de su esquejado, Están recién repicados procurando no tocar las nuevas raíces, y plantados tumbados y ayudados de un alambre, el movimiento del tronco siempre es importante y en este momento, conseguirlo es de lo más fácil.

Un plantón de pino negro del año pasado, esquejado y tumbado como describo antes. El grosor de su tronco ya supera los 5 milímetros.

Para finales de septiembre volveré a cambiarle la orientación de plantado y ya se irá adaptado a lo que pueda ser su posible ángulo de plantado y formación.

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