Acer shirasawanum Jordan probablemente sea una de las variedades
menos recomendadas para mi zona o al menos para mi, pero por intentarlo que no quede. Sus
exigencias en cuánto a suelos ácidos, calidad del agua y necesidad de
frío son condiciones que no podré darle. Este es el segundo ejemplar con
el que lo intento, el primero murió al poco tiempo de estar en mis
manos y nunca dió señales esperanzadoras.
Este Jordan lo compré en noviembre de 2017 y será la segunda y última
oportunidad que me doy para cultivar esta especie que tan mal se me ha dado. Como es
habitual fue trasplantado y efectuado un corte importante de raíces,
nada más llegar a casa. En honor a la verdad tengo que decir que nunca he visto un
Jordan convertido en un bonsai convincente y si nadie lo ha conseguido por algo será, aún así, lo intento por segunda vez.
Fue el último en llegar y el primero en brotar en la primavera de 2018. Año I de su andadura en el mundo del bonsai.
Tiene un color amarillo verdoso fosforito cautivador y aunque aún no ha
alcanzado su color habitual, conformen madureb un poco más las hojas son espectaculares.
Los temporales de fuerte viento y lluvias del otoño de 2018 me dejaron los acer temblando, prácticamente pelados sin
llegar a otoñar, aún así pongo alguna foto para
el recuerdo, ha soportado bastante bien la bienvenida a casa con el drástico corte de raíces y ramas y sus colores son
espectaculares. Si resiste mi clima y a mi creo que ocupará algún lugar de
honor en las estanterías, albergo grandes esperanzas.
Aquí empezando a otoñar.
Y en esta, ya tirando hojas.
Para 2019 volvió a brotar bien pero sólo de los brotes que ya tenía, no había sacado ni una nueva rama.
Esto hizo que en 2020 lo metiese en un colador, nunca me han resultado bien los coladores pero la gente sigue hablando maravillas de ellos, así que al no saber que hacer, hice lo que hacen muchos, al colador con la esperanza de que aumentasen las raíces y por tanto, la posibilidad de nueva ramificación.
Esto hizo que en 2020 lo metiese en un colador, nunca me han resultado bien los coladores pero la gente sigue hablando maravillas de ellos, así que al no saber que hacer, hice lo que hacen muchos, al colador con la esperanza de que aumentasen las raíces y por tanto, la posibilidad de nueva ramificación.
En
este primer año de colador el ejemplar no creció nada y las raíces
tampoco, seguía igual que el año anterior. Lo único agradable fue que
emitió muchas flores.
En
2022 seguía en el colador pero no había servido de nada. Brotaba bien y
con hojas muy bonitas pero ni una triste rama nueva, salvo alguna
subramificación en las ya existentes, esto hizo que intentase injertar
alguna, intento que falló estrepitosamente.Lo único positivo de 2023 es que uno de las ramitas recortadas en 2020 utilizada como esqueje y tras permanecer un año completo en estado latente, había enraizado y lucía bien bonita. Pero el ejemplar padre seguía estancando y empezaba a recordarme a la primera vez que lo intenté con esta especie.
CONTINUARÁ
No hay comentarios:
Publicar un comentario