Los trabajos y técnicas visto hasta ahora han sido realizados sobre macetas pequeñas pero ahora vamos a restaurar una maceta grande y esto presenta un problema, que es el consumo de material, poner un cordón en una cerámica de dos o tres milímetros de gruesa no reviste problemas pero en cambio, si el cordón es sobre un tiesto que, según zonas, tiene entre seis y diez milímetros pues ya supone un reto y sobre todo un gasto de material excesivo. Con esta técnica que os voy a mostar, además de tiempo, ahorraremos material que que evitaremos el consumo del caro polvo de oro en partes interiores de las zonas pegadas.
Es un trabajo a mano, sin usar ningún tipo de aplicador consiguiéndose un cordón irregular, yo diría que incluso anárquico de auténtica belleza y es algo que me entusiasma, tiene el inconveniente de que gana mucho protagonismo y en algunos casos puede llegar a distraer de lo realmente importante, que es el ejemplar plantado.
El primer paso consiste en pegar nuestra maceta de una forma convencional, vamos, nuestro pegamento preferido procurando que no rebose hacia afuera de los filos de rotura, todo lo que rebose tendremos que eliminarlo después con el conseguimiento aumento de trabajo y tiempo empleado. Aquí tenemos nuestra maceta ya pegada. Y por supuesto, bien limpia y libre de restos salinos y otras incrustaciones.
Para este trabajo utilizaremos el material siguiente: cacito para mezclas, palillos de madera, polvo de oro y pegamento bicomponente, aunque en este caso, en vez de usar el de fraguado rápido usaremos el normal, esto nos permitirá hacer más cantidad de mezcla y trabajar tranquilamente sin temor a que se endurezca antes de lo previsto.
Y para rematar el trabajo, también necesitaremos un cúter, alcohol, acetona y bastoncillos de los oídos.
Y para rematar el trabajo, también necesitaremos un cúter, alcohol, acetona y bastoncillos de los oídos.
Antes de nada debemos repasar nuestra maceta y eliminar con el cúter cualquier resto de pegamento que haya podido aflorar al exterior.
A continuación limpiaremos bien todos los bordes de pegado usando los bastoncillos de oídos impregnados en alcohol.
A continuación limpiaremos bien todos los bordes de pegado usando los bastoncillos de oídos impregnados en alcohol.
Con nuestra maceta perfectamente limpiz de restos de pegamento, prepararemos la mezclando el bicomponente y el polvo dorado, hasta obtener una pasta homogénea.
Con la ayuda de uno de los palitos comenzaremos a ir aplicando nuestro cordón dorado por todas las uniones, intentaremos no manchar demasiado (algo imposible de conseguir totalmente), ya que luego nos tocará limpiarlo. Una vez finalizado este paso, dejaremos fraguar el pegamento durante 24 horas.
Han pasado las 24 horas, ahora con la ayuda del cúter, iremos repasando todas las zonas por las que hemos aplicado el cordón dorado, eliminando hilillos y posibles gotas que se salgan del perfil del cordón dorado, refinándolo completamente. Este paso es un poco tedioso pero de la escrupulosidad con que lo realicemos dependerá el mejor acabado.
Tras el trabajo con el cúter sólo nos queda limpiar profundamente todos los márgenes del cordón, frotando enérgicamente un bastoncillo de los oídos impregnados en acetona. Interesa hacer un pase generoso con acetona para conseguir un reblandecimiento de los posibles restos a eliminar y un segundo pase frotando enérgicamente que será el definitivo.
Para rematar el trabajo procederemos al hidratado de la maceta y pase por la sesión de fotos. Así fue el resultado final.
Con la ayuda de uno de los palitos comenzaremos a ir aplicando nuestro cordón dorado por todas las uniones, intentaremos no manchar demasiado (algo imposible de conseguir totalmente), ya que luego nos tocará limpiarlo. Una vez finalizado este paso, dejaremos fraguar el pegamento durante 24 horas.
Han pasado las 24 horas, ahora con la ayuda del cúter, iremos repasando todas las zonas por las que hemos aplicado el cordón dorado, eliminando hilillos y posibles gotas que se salgan del perfil del cordón dorado, refinándolo completamente. Este paso es un poco tedioso pero de la escrupulosidad con que lo realicemos dependerá el mejor acabado.
Tras el trabajo con el cúter sólo nos queda limpiar profundamente todos los márgenes del cordón, frotando enérgicamente un bastoncillo de los oídos impregnados en acetona. Interesa hacer un pase generoso con acetona para conseguir un reblandecimiento de los posibles restos a eliminar y un segundo pase frotando enérgicamente que será el definitivo.
Para rematar el trabajo procederemos al hidratado de la maceta y pase por la sesión de fotos. Así fue el resultado final.
Ya tiene inquilino, un Acer palmatum Red Wine (lo primero que cayó en mis manos para trasplantar). Una pena que la rotura de la cara trasera sea tan simétrica.
Para terminar os dejo un video de todo el proceso.