ABRIL DE 2018
Es lo bueno que tenemos los que empezamos proyectos desde cero, que tienes la oportunidad de ir evolucionando al mismo tiempo que tus árboles, a veces no sabemos que hacer y casi siempre estaremos en la duda de cual será el camino que nuestro bonsai nos marque, porque al fin y al cabo, todo se reduce a dejar que la planta nos vaya diciendo qué es lo que quiere. Pero lo que es evidente, es que desde el primer momento hay que ir promocionando la planta y haciéndole algunos trabajillos que poco a poco le ayuden a decidir qué quiere ser de mayor. Hay que darles alternativas.
Es lo bueno que tenemos los que empezamos proyectos desde cero, que tienes la oportunidad de ir evolucionando al mismo tiempo que tus árboles, a veces no sabemos que hacer y casi siempre estaremos en la duda de cual será el camino que nuestro bonsai nos marque, porque al fin y al cabo, todo se reduce a dejar que la planta nos vaya diciendo qué es lo que quiere. Pero lo que es evidente, es que desde el primer momento hay que ir promocionando la planta y haciéndole algunos trabajillos que poco a poco le ayuden a decidir qué quiere ser de mayor. Hay que darles alternativas.
Para el trabajo de hoy voy a utilizar un Acer monspessulanum
(Arce de Montpellier), que después de varios años de aclimatación y
recuperación, y tras llegar a casa en una situación pésima, empieza a
verse con alegría y al que le realizaré una selección de yemas con
intención de retrasar las brotaciónes y densificar el ejemplar.
A principios de esta primavera le realicé el injerto de aproximación que podemos ver la foto, existe demasiada distancia entre la primera rama y la segunda, así que tenía que solucionarlo y para esto, el injerto de aproximación es ideal.
A principios de esta primavera le realicé el injerto de aproximación que podemos ver la foto, existe demasiada distancia entre la primera rama y la segunda, así que tenía que solucionarlo y para esto, el injerto de aproximación es ideal.
Para
la labor a realizar (selección de yemas) vamos a utilizar una tijeras y
una pinzadora, aunque también podremos usar las manos.
En esta imagen vemos el caso típico, una yema central muy fuerte y dos
laterales más pequeñas, iremos revisando rama por rama, eliminando los
brotes fuertes o innecesarios, dejándo sólo dos que nos abrirá la rama
en dos nuevas ramas, al mismo tiempo que facilitará a los brotes
latentes traseros a su propia brotación.
El
momento adecuado es cortar antes de que abran, así no desperdiciaremos
la energía de la planta. La pinzadora nos vendrá genial para entrar
cerca del nacimiento del brote central.
También
podremos hacerlo con los dedos, al modo de como se quitan las acículas a
los pinos, una vez tenemos presionado el brote a eliminar, lo hacemos
girar entre el pulgar y el índice y el brote sale fácilmente.
Otra
posibilidad que podemos encontramos es que una de las yemas laterales
tenga mucha fuerza, mientras que la del otro extremo quedan mucho más
débil, o como en este caso, encima sean varios los brotes que reparten
lo que les llega. En estos casos lo mejor es eliminar completamente la
yema fuerte, facilitando la llegada por igual a los otros brotes, de los
qué sólo dejaremos los antagonistas, eliminando los centrales, y de
paso conseguimos cambiar la dirección de la recta rama.
Si
hacemos esta selección algo tarde puede que nos encontremos que la
fuerte yema central ya está brotada, pues no pasa nada, la cortamos y
dejamos dos yemas laterales, una a cada lado que serán la que bifurquen y
darán continuidad a la rama.
Aquí
tenemos casi toda la casuística posible con las yemas, algunas de ellas
sólo nacen por pares y que salvo que alarguen demasiado la rama, no las
tocaremos (1), otras ramillas con tres yemas o más, de las que dejaremos
sólo las laterales (2), otra dónde una de las yemas está muy fuerte (marcada
con el círculo azul) y que eliminaremos en favor de la débil (3) y en la
parte baja, una rama con varias yemas contínuas, pero en una rama que
nos interesa que crezca, así que las dejaremos todas, salvo la central,
que será eliminada (4).
Es
un trabajo algo laborioso, sobre todo si tenemos muchos ejemplares en
los que hay que hacer estas labores, pero nos aseguran un buen
desarrollo primaveral y poco a poco nos encontraremos con un montón de
ramas bien estructuradas que nos permitirá una mayor diversidad en las
posibilidades de modelado.
Otra
posibilidad que nos podemos encontrar es que las yemas ya estén
brotadas, da igual, procedemos de igual forma, cortaremos la central.
Al
principio hablaba del aprovechamiento de todos los recursos que nos
ofrezca la planta, en este caso había una rama que había que eliminar sí
o sí, así que aprovecho y hago lo que llamo un injerto de oportunidad,
no lo tenía en mente pero tengo la rama, así que ¿por qué no? no sé si
terminará sirviendo para el diseño de la planta pero para cortarla
siempre habrá tiempo, además al realizarlo por la parte trasera, las
marcas quedarán ocultas, así que ya hemos aprovechado esa rama inútil y cubierto un espacio dónde hacía falta una rama que no nacía espontáneamente.
La
rama más baja sólo la dejé para el engrosamiento del tachigiari, no
obstante, la mantengo con dos alturas, el tramo principal es muy recto
por lo que si algún día decido incorporarla al diseño podré elegir entre
una de las dos, incluso usar la ramilla más baja para rehacerla
completamente como tercera opción. Pensar en futuro siempre nos dará
múltiples posibilidades.
De paso, también eliminamos esas otras ramillas que. como en este caso, nacen hacia el tronco y que nunca nos servirían.
Ni que decir tiene que desde el comienzo de las brotaciones tendremos que revisar diariamente todos
nuestros ejemplares susceptibles de esta labor, sobre todo los
palmatums que crecen como locos.
NOVIEMBRE DE 2019
Una de las características de esta especie es que en otoño y si el cultivo es correcto, podemos verlo tricolor. Por un lado las hojas verdes habituales que aún no han empezado a otoñar, luego en tonos amarillos del otoñado y para acabar y justo antes de su caída, un rojo sangre espectacular. Sin dudas, estos inicios de la otoñada son los más bonitos.
NOVIEMBRE DE 2019
Una de las características de esta especie es que en otoño y si el cultivo es correcto, podemos verlo tricolor. Por un lado las hojas verdes habituales que aún no han empezado a otoñar, luego en tonos amarillos del otoñado y para acabar y justo antes de su caída, un rojo sangre espectacular. Sin dudas, estos inicios de la otoñada son los más bonitos.
La rama injertada ha progresado adecuadamente pero esta especie requiere más precaución que otras más amigables por lo que no separaré la rama injertada hasta el verano que viene. A principios de la próxima primavera injertaré una segunda rama con lo que la estructura básica quedará completada. Desde el frente no se echa en falta ninguna rama más, pero si lo miramos desde atrás, la cosa cambia.
El hueco A será tapado por la rama ya en fase de injerto. Pero nos queda un segundo hueco que será tapado por un futuro injerto, espacio marcado en B.
Continuará.