15 de mayo de 2024

PRESENTACIÓN EN SOCIEDAD DEL ACEBUCHE "EL CORTAO"

Esta es la historia (hasta hoy) de uno de mis engendros.
 
Con motivo de la compra de un terreno por parte de un familiar tuve la oportunidad de recolectar varios acebuches gordos que fueron eliminados en el desbroce de la finca. Es así como llega a mi poder una bola con ramas gordas que pesaría alrededor de 30 kilos que para mí, supieron a gloria. Tras un primer recorte de las mismas, lo metí en un cajillo grande de akadama y a la sombra, tras varios meses lo saqué al exterior y esto fue lo que me encontré. Empezaba a darme cuenta de lo que me había traído para casa, no sabía como le iba a meter mano.

Tan atascado estaba que pasaron casi cinco años hasta que me autoconvencí de que no servía para nada, así que ni corto ni perezoso usé mi dremmel y un taladro con alguna fresa para eliminar esos feos cilindros de ramas y acortar el ejemplar. Y con una motosierra eliminé la mayor parte de la bola (en la foto anterior está totalmente enterrada), algo que me permitió meterlo en una maceta de bonsai bastante plana. Resultado del trauma fue que se quedó estancado durante mucho tiempo.
 
También intenté sacar un shari en lo que sería mi segundo intento en esta faceta. Si antes era feo, ahora era más feo aún pero me negaba a rendirme.
 
No recuerdo cuándo pero comprendí el error cometido en el despiece de 2012, había dejado el tronco demasiado largo, así varios años perdidos y nuevo corte en altura, ya con una amoladora en condiciones sigo vaciando el shari, el ejemplar ha pasado de los 30 kilos iniciales a unos escasos 4 kilos. De perdidos al río, apenas crece pero tampoco se muere, así que sigue por algún rincón. Lleva ocho años conmigo y con tan nefasta experiencia casi ni le saco fotos y mucho menos me animo a dedicarle una entrada en el blog.

Ya en 2019 el ejemplar sigue sin crecer así que le busco una maceta más honda que ya he visto que les vienen muy bien.

Llega 2020 pero sigue con las mismas ramas, encima sufrió un ataque del famoso gusanillo come brotes, por ahí dicen que es una araña porque hacen telas de araña, pero en mi pesquisa durante la defoliación que le hice, consigo atrapar varios gusanillos pequeños. Tras la defoliación, aplico de forma intensa un fitosanitario con base en el Imidacloprid. Se trataba de Margaronia unionalis también conocida como Palpitra vitealis (Glifodes o Polilla del Jazmín en su fase de bicho volador).

Algún tiempo después veo que el ejemplar empieza a recuperar vigor y el color de sus hojas me dicen que todo va bien. Viendo que el fitosanitario parece surtir efecto, hice algo que no suelo hacer y son los tratamientos preventivos grupales, todos mis acebuches fueron tratados con Kopy (Imidacloprid).

En 2023 el acebuche rebosa vigor, ha sacado numerosas ramas y empieza a parecer un arbolito. Esto empieza a gustarme y me alegro no haberlo despachado en su momento.
 
Estamos en mayo de 2024 y como ya no me repele su imagen pues lo presento en sociedad. Para el mes que viene lo defoliaré completamente e intentaré ordenar las ramas, creo que el diseño básico ya lo tengo, al menos yo no soy capaz de sacarle más rendimiento.
 
Así era en 2008 y así está en 2024.

 

5 de mayo de 2024

PIRACANTA CON PREVISIBLE TRISTE FINAL.- ¿SE OBRÓ EL MILAGRO?

Si hay una especie, probablemente la única, que se me da o daba mal es la piracanta, de tres ejemplares que tengo, he tenido problemas con las tres.
 
A esta piracanta le tengo especial cariño, fue la primera planta que recolecté, puro yamadori de arcén recolectado "in extremis" durante una obras en octubre de 2002. Estaba bajo un paso elevado y le daba poco sol, y menos lluvia, no comprendo como sobrevivía, la planta original tenía cinco ramas cilíndricas que salían del mismo punto y de más de dos metros de largo cada una, sin lugar a dudas, se había esforzado por llegar a la luz, por lo que llegar a una maceta y estar bien atendida, le supo a gloria, cinco meses después ya estaba así y para 2004 seguía estándome agradecida y me obsequió con una floración espectacular.

Le dejé casi a su aire algunos añitos, y en 2007, le tocó primera poda severa, prácticamente todo se fue por la técnica del ATPC. Desde aquí un saludo a su precursor. Y cometí un gran error, al menos eso creo, con el afán de estilizarla un poco eliminé tres de los cinco troncos vivos que tenía y los convertí en jin, aprovechando también el momento para crear unos sharis. Aún no lo sabía pero aquí empezaron los problemas.

En 2008 estuvo a punto de morir, secó muchas ramitas y las que quedaron, presentaban un aspecto lánguido. La madera muerta y a pesar de los contínuos pintados con líquido de jin, empezaba a presentar síntomas de putrefacción.

Como seguía sin estar en plenitud de forma, decidí transplantar y cambiar el esquema del sustrato, el cepellón que salió embotaba la maceta y estaba totalmente apelmazado, sin lugar a dudas, era parte del problema. En 2009 tocó nuevamente técnica ATPC, había perdido algunas ramitas más quedándose en el chasis, sólo con ramas primarias.

En el año 2010  recobró su vigor, verde a rabiar pero no floreció y la madera muerta seguía deteriorándose. Fue entonces cuando buscando información tuve conocimiento de una enfermedad conocida como "Fuego bacteriano" y que la única forma de combatirlo era con antibióticos pero que no daban buenos resultados. Así que ni corto ni perezoso y como en mi calle había una tienda de canarios pregunté si tenían algún antibiótico en formato grande y compré uno de 250 ml. con el que traté a mi piracanta.

Pudiera ser que funcionara ya que en mayo de 2011 por fin volvió a florecer como antaño, muchas de ellas fueron polinizadas pero las bayas cayeron antes de madurar. La parte baja del shari iba desprendiendo porciones de madera podrida con solo mirarla. En el último trasplante aumenté el porcentaje de sustrato orgánico y esto aunque fue bueno para la parte viva, el aumento de humedad aceleró el degradado de la madera muerta, estaba en un callejón sin salida.

Aunque los síntomas del Fuego Bacteriano no se correspondían exactamente con lo que estaba sufriendo mi piracanta, bien podría ser un ataque leve y me puse nuevamente en acción. El Fuego Bacteriano es una enfermedad producida por la bacteria Erwinia Amylovora que afecta a diversas especies de la familia de las rosáceas, aunque no a todas con la misma virulencia. Las plantas afectadas suelen padecer chancros y exudaciones y son la principal fuente de contagio, aunque este síntoma tampoco lo ha sufrido mi piracanta. Lo peor de todo es que esta bacteriosis no tiene cura y lo recomendable es quemar la planta o plantas afectadas.
 
A pesar de los malos augurios y al no estar seguro, pues no la quemé y comencé un programa estricto de desinfectado de herramientas, esterilizado de sustratos y macetas y el tratamiento periódico con Aliette Express (Fosetil Al), también es recomendable y caso de infección leve, el eliminar las ramas afectadas, sobre la marcha.
 
En 2016 y ya con solo cinco ramas en un sólo tronco, parece que las medidas adoptadas consiguen detener que no curar la posible infección y la planta comienza a brotar con más fuerza.

El síntoma era siempre el mismo, estaba perfecta y de pronto las hojas empezaban a secarse desde la punta hacia el peciolo rama que tenía estos síntomas, rama que moría.

En 2019 la situación era dramática, solo quedaba una ramita en toda la zona media alta del tronco. En la foto se ve otra rama brotada pero es una rama larga que viene de abajo, así que de nuevo tratamiento de choque, Aliette y al no encontrar el mismo antibiótico para canarios, empecé a regar mezclando también 1 mg de amoxilicina en polvo por cada litro de agua. Desde poco después, la planta dejó se secar hojas y ramas (quedaban pocas), volvió la floración y la rama principal recobró un gran vigor (la foto corresponde a este momento) pero la zona alta ya estaba perdida, con una sola ramita no podía hacer nada, así que ¿por qué no cortar y rehacer el diseño con la única rama fuerte que me quedaba?

Tras meter el serrucho comprobé que todo el centro del tronco estaba totalmente pulverizado, tal como suena, era polvo fino, así que fui eliminando absolutamente todas las zonas blandas y la curiosa zona central totalmente convertida en harina marrón. Tras solo dejar las zonas duras y ya sin evaluar las posibles consecuencias, traté absolutamente toda la zona interior y cortes con Paraloid B72, una resina usada por los arqueólogos y otros profesionales cuando quieren compactar algún hueso o algún objeto descompuesto. Para la madera muerta es ideal pero desconozco si tendrá algún efecto nocivo al aplicarlo a zonas vivas, tales como la herida provocada por el serrucho. Y así quedó, si resiste todavía sería posible un modelado. En el próximo trasplante plantaré inclinándolo un poco hacia la derecha y quitaré la piedra que en su momento puse para que sirviese de apoyo y evitase la caída hacia ese lado que estaba totalmente podrido y carente de raíces.
 
Pasó el tiempo y con el tratamiento intensivo con el Aliette y la Amoxicilina, la planta se recuperó y brotaba con una fuerza brutal. El Paraloid también surtió efecto y detuvo el deterioro de la parte muerta del tronco, así que tras una fuerte poda lo trasplanté a una "escupidera" que encontré en un vivero a muy buen precio. Ya sólo falta que para el próximo florezca como en sus viejos tiempos, si lo consigo, habrá merecido la pena el esfuerzo en salvarla.
 
Ya estamos en mayo de 2024 y la piracanta no sólo ha brotado con fuerza sino que también está floreciendo, empiezo a tener esperanzas de que todo el esfuerzo haya merecido la pena. Al final me acostumbré a ver la piedra y se queda.



2 de mayo de 2024

ACER PALMATUM KATSURA DESDE CERO.

Este proyecto comenzó en 2009.
 
Katsura es un cultivar perteneciente al Grupo Palmatum-verde. Esta deliciosa variedad es bastante sorprendente en su crecimiento primaveral, cuando las hojas son de un color amarillo anaranjado con márgenes blancos que se difuminan en un naranja más brillante. Las hojas se vuelven de un verde claro a amarillo verdoso en los veranos. Los colores del otoño son amarillo brillante y naranja. Las hojas pequeñas tienen cinco lóbulos ovado-lanceolados, ahusados en una punta larga y bastantes separados. Los márgenes están poco dentados. El lóbulo central siempre es más largo. Plantado en el suelo este cultivar produce un árbol denso y erguido, de hasta 5 m de altura. Se adapta bien al cultivo como bonsái. Katsura significa peluca.
 
Estos son once años en la evolución de un Katsura, regalo de mi amigo Marc Gesalí, al que desde aquí mando un saludo.
 
Así era en 2009, el día de su llegada a casa. Tenía un poco de conicidad invertida por debajo del injerto.

Para 2012 la incipiente ramificación primaria ya iba formándose.
 
 En 2017 y con un buen pan de raíces recibe el único ordenado de las mismas que ha recibido, pequeños ajustes fijados con rafia.
 
En 2018 la ramificación primaria y secundaria de la mitad baja del tronco ya está encarrilada. De la parte alta aún no me preocupa mucho porque no sé cual será su altura definitiva.
 
Esa primavera hace su primera brotación espectacular. Ramas maduras es igual a hojas maduras.

Esta foto es de 2019 en verano, el ejemplar casi completamente virado al verde.

Para 2020, brotando ya con sus colores identificativos de la variedad. He recortado las ramas de la parte central y se nota pero no quedaba más remedio. La conicidad invertida ya está totalmente corregida. Tenía que haberlo trasplantado esta temporada pero se me pasó, cagonlá. 😖😖😖😖

Y así fue la evolución durante las cuatro estaciones de 2021, los nuevos brotes centrales empiezan a corregir la "cintura de bailarina".

Llevo un tiempo en el que observo que este ejemplar está algo estancado, el caso es que con motivo del poco vigor que aparenta, perdió una rama trasera alta que ha dejado esa cara un tanto desnuda y aunque no molesta demasiado debería ir pensando en algún injerto. En esta foto de 2022 podemos apreciar lo que digo.
 
El año 2023 pasó sin incidencias y el estado de vigor no ha empeorado, incluso me parece verlo algo mejor, pero debería ir pensando en que el próximo trasplante sea a una maceta de cultivo, lleva mucho tiempo en bandejas de bonsai.
 
Llegó 2024 y tocaba trasplante, sea como fuere, olvidé que tenía que meterlo en maceta de cultivo, así que tras el trasplante reglamentario, fue a parar a otra bandeja. Las raíces también necesitan un buen repaso. Por una de las zonas están muy retraídas mientras que en la opuesta, como podemos ver en la foto, nacen dos con muchísima fuerza.
 
A finales de abril de 2024 procedo al autoinjerto por aproximación de una rama en la parte trasera. Además del encintado con la clásica cinta, aprieto bien con una sargenta pequeña, he comprobado que ayuda a eliminar esos feos abultamientos que provocan este tipo de injerto.
 
 Ahora toca esperar a que pegue correctamente y problema trasero solucionado.
 
NOTA: Cada vez estoy más convencido de la necesidad de llevar un cuaderno de trabajo dónde vayamos anotando todas estas cosillas que son necesarias hacer para el correcto mantenimiento y cultivo de nuestros ejemplares, que luego llega la hora y si no lo tenemos anotado pues podríamos pasarlos por alto como me acaba de pasar a mí. Suelo usar como cuaderno de labores este propio blog pero me da pereza tener que repasar una entrada completa cuando podría tener un resumen por el lugar de trabajo. Lección aprendida.
 
Este olvido implica que tendré que adelantar el nuevo trasplante al año, de momento esta temporada dejaré que tiré libremente, nada de pinzados ni corte de brotes.
 

27 de abril de 2024

ACER PALMATUM YAMAMOMIJI SEMICASCADA

La denominación "Yamamomiji" hace referencia de forma genérica al Acer palmatum de montaña y que representa al palmatum primigenio que reúne las caracteristicas de la variedad silvestre y se encuadra dentro del grupo "Matsumurae", nombre más técnico por el que en algunos lugares también se conoce al "Yamamomiji".
 
El grupo Matsumurae se caracteriza por variedades con hojas más grandes y profundamente divididas a más de tres cuartas partes del tamaño de la hoja y márgenes dentados gruesos. Dentro de este grupo se encuadran cultivares tan afamados como Ariadne, Higasa Yama, Moonfire o Yasemin.

Aquí os presento un ejemplar de Yamamomiji procedente de un patrón sobrante de un acodo. Cuando acodamos un ejemplar al objeto de mejorar sus raíces o camuflar un injerto perruno, siempre nos quedará un tocón que a veces tiene capacidad para rebrotar. Esta es la historia de uno de ellos que además está siendo modelado en estilo semicascada, un estilo poco visto en los palmatums.
 
Tras la separación del acodo el tocón sobrante emitió un brote que fue dejado crecer libremente para favorecer la recuperación de la planta y que de paso, fuese ayudando al cerrado de la herida.

Para mayor fortuna y justo por debajo del corte emitió otro brote, que también fue dejado crecer libremente, consiguiendo en dos años la desaparición de la herida.

Ya tengo muchos palmatums pero ninguno modelado en cascada o semicascada, un diseño nada visto en los palmatums por lo que la gran rama lateral fue alambrada y forzada hacia abajo cortando la que salía hacia arriba al objeto de conseguir un ápice muy bajo (esta foto está tomada por la otra cara del ejemplar)

La primera foto corresponde a 2019 y la segunda a 2020.
 
Y así estaba en la primavera y verano de 2021. Tengo que hacer un aclarado de brotes para incentivar el nacimiento de algunas de las yemas dormidas de la parte central que como vemos carece de ramas. También debo decidir si será un cascada o semicascada, aunque todo dependerá del tipo de maceta que le busque y que determinará si la rama que cae se queda así o pierde ángulo de caida.

Una vez aclarada la rama en cascada queda así, podemos ver claramente el sector sin ningún brote. En 2022 tampoco emitió brotes en ese tramo. Tengo que ir pensando en un injerto.

Tras el aclarado de brotes, el ejemplar queda así.

Trasplanto utilizando una maceta más adecuada y así quedó.
 
El año 2023 evolucionó mejor de lo esperado y las subramificaciones fueron naciendo. Y por supuesto me deleitó con sus cambios estacionales. Aquí uno de mis clásicos "Cuatro estaciones".

En 2024 este ejemplar completa la ramificación y me deleita con la brotación primaveral. Este ejemplar se ha formado prácticamente sólo.

25 de abril de 2024

ACER PALMATUM YAMAMOMIJI DE TRIPLE TRONCO

Esta es la historia de uno de mis dos multitroncos de Acer palmatum Yamamomiji que comienza a finales de diciembre de 2012, cuando después de un año de haber obtenido esquejes con restos de podas y haber estado plantados en una misma maceta fueron separados y preparados para que iniciaran su andadura individual.

Y así fueron engordando poco a poco. En mayo de 2016, ya estaban pidiendo a gritos que hiciera algo con ellos y más bien movido por la necesidad de hacer sitio para otras macetas, decidí hacer una plantación conjunta, por cosas del azar, estos ejemplares que "nacieron" juntos, volverían a estar unidos.

Tras varias pruebas y eliminación de algunas raíces que impedían los acercamientos, quedaron listos para su plantado, intentando acercarlos lo suficiente para que cuando pasen los años y desarrollen nebaris, éstos terminen uniéndose.

Tras diversas probaturas así quedaron plantados a finales de mayo de 2016.

 Y empezó a pasar el tiempo, aquí el verano y otoño de 2017. Frente y espalda, respectivamente.

Finales de primavera y principios del otoño de 2018. Los temporales de viento y agua del otoño me lo dejaron prácticamente pelado sin darle casi tiempo a las hojas para otoñar.
 
Otoño e invierno de 2019.

Mediados de la primavera y otoño de 2020.

Así fueron las cuatro estaciones de 2021.
 
A principios de 2023 fue trasplantado a una maceta experimental procedente de un taller de cerámica realizado por mí. La bandeja tiene varios defectos pero me hace ilusión.

Tras el fuerte clareo de ramas de 2024, este ejemplar va tomando lo que pienso puede ser su forma definitiva, aunque ya sabemos que en bonsai nada es definitivo.

Así es su otoñada.