18 de diciembre de 2018

JUNÍPERO PHOENICEA.- EL HERMANO POBRE DEL BONSAI.

Corría 2008 cuándo dando un paseo por un vivero me encontré varios juníperos a la venta, no eran gran cosa pero por el precio que tenían, quién no se llevaba alguno. Larguiruchos y feos, pero bueno, con experiencia cero en junis pues seguro que para algo me servirían, aunque sólo fuese como conejillos de indias. Esta es la evolución de uno de ellos.

Debí trasplantar al instante pero un exceso de precaución me llevó a perder un año plantado en ese sustrato perruno del vivero. Así estaba en 2010, cuándo llevaba un año en akadama.

Cuánto más lo miraba, más feo era y fue entonces cuándo recordé haber leído unos doblados traumáticos en juníperos, dicho y hecho. Dremmel en mano y primer paso, vaciado de un canal longitudinal en las zonas por las que pretendía doblar, parece mejor que la acanalura quede en la parte interna.

Una vez vaciado procurando no tocar la capa superficial, introduje dos alambres de 4mm a modo de nervios, para reforzar la zona vacía. Tal vez me pasé, el junípero es bastante noble y con un alambre de 5mm hubiese sobrado.

Una vez fijado el alambre, procedí a un enrafiado generoso, desconocía hasta dónde podría llegar y quería apurar al máximo.
 Una vez enrafiado y alambrado pues a doblar toca. Este procedimiento tiene grandes ventajas, una de ellas es que podemos convertir una vara larga en una planta llena de sinuosidades a la que podremos sacar más provecho, la otra gran ventaja es que conseguimos acercar el verde a la parte baja, dándole a la planta un aspecto más compacto y tupido.

En octubre de 2011 y pasado un tiempo prudencial, me decido a quitar las vendas a los conejillos de indias, la verdad es que tengo que reconocer que la buena fama de los juníperos no es gratuíta, son duros de verdad, no sólo soportaron  las judiadas que les hice, sino que además tienen hasta buen color. Por cosas de la vida, el ejemplar de esta entrada, fue el que peor reaccionó.

En junio de 2018 y una vez pasado un tiempo más que prudencial, varios transplantes y dedicados exclusivamente al cultivo, llega el momento dar un pasito más en su evolución hacia un posible y futuro bonsai. Así que herramientas en mano procedo a la eliminación de varias ramas, dejando por supuesto, un tramo largo para intentar trabajarlos como jin.

 Con la situación algo más despejada, vemos sus posibilidades. 

Un cambio en el ángulo de plantado nos lleva a un ejemplar aparentemente más equilibrado, así que decidido, a la hora de transplantar tener en cuenta este cambio.

Poco a poco elimino alguna rama más, así como descortezo aquellas que, al menos de momento, se convertirán en jin, es importante alambrarlas ahora que están vivas, cuándo se sequen sería más difícil darles formas.
También aprovecho para limpiar la corteza de escamas viejas, es la primera vez que realizo esta labor, pero se le pilla el truco rápido. También hago un primer esbozo de shari en el tronco.

Una vez transplantado y bastante acercado a su ángulo definitivo. El verde está sin ordenar, pero aunque quedaría una foto más bonita, sería un trabajo inútil, ahora de nuevo empieza la fase cultivo. También aprovecho para poner un poco de pasta selladora a lo largo de los labios recién formados, esto ayudará a una correcta cicatrización evitando en lo posible, el secado por la línea de corte.

A principios de este año y en un centro que estaba en liquidación encontré esta maceta, al módico precio de 9,50 euros. Algunos ya se habrán dado cuenta de la predilección que tengo por buscar materiales asequibles y escapar de la tiranía de los precios habituales en bonsai. Las macetas erán magníficas y me llevé las dos que quedaban. Conforme las ví, pensé en este junípero y que tal vez le quedaría muy bien, así que hoy, 18 de diciembre de 2018, llegó el gran día. ¿Entraría este patito feo en una maceta para cisnes?

Mi experiencia alambrando juníperos es cero, aunque parezca mentira y después de tantos años, nunca he alambrado las ramas verdes de un junípero, así que espero seáis indulgentes. Así que como primera actuación pretransplante, un alambrado de ramas verdes.

Luego vino el limpiado de corteza muerta, eliminado de alambres de los jines y aplicación de sulfocácico, trasplante y sembrado de musgo.

Y así es como quedó. El alambrado del verde es muy mejorable y debo mejorarlo, la próxima ya no será la primera vez, pero la estructura del junípero ya está hecha, sólo me queda pensar en la zona viva y meditar sobre el acortado de algún jin. Después de tanto tiempo, prácticamente diez años desde su compra como planta de jardín, esto empieza a tener color.

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