8 de septiembre de 2019

HISTORIA DE UN FICUS RETUSA

Este es un ficus del que nunca he hablado. Se trata de un Ficus Retusa que fue comprado en un centro comercial en el año 2003, y al que le he ido prestando muy poca atención ya que sólo me interesaba la parte alta que tras engordar bastante fue acodada y separada quedando un tocón que fui manteniendo por algún rincón sin intención de ser aprovechado, la prueba está en que hasta ahora nunca le dediqué ni una sola entrada.

Sin pena ni gloria fue creciendo y así era en 2016. Tenía muchas ramas laterales, pero en lo que debía ser el frente, no tenía ninguna, así que en la siguiente poda conservé varias ramas cortadas al objeto de enraizarlas y cuando llegase el momento, utilizarlas para injertarlas en los lugares necesarios.

Y así llegamos a 2019, en la primera hice dos injertos por el sistema del taladro. Este método es la forma más sencilla en un ficus para conseguir ramas donde no las hay. Después de haber conseguido un volumen de tronco aceptable, toca poner ramas donde hacen falta, ya que como es habitual, las plantas sacarán ramas por mil lugares, pero nunca por donde nos interesa, así que nada más fácil que un injerto con el sistema del taladro. En la primera ya hice dos injertos y ahora en septiembre intentaré culminar el proyecto que comenzó (en mi cabeza) en 2016.

Queremos una rama en esta curva exterior, había una pero se secó, así que después de eliminar los tocones y llegar la zona viva, procederemos a hacer un taladro que atraviese el tronco por dónde queremos tener una rama.

 Para ello utilizaré algunos de los esquejes obtenidos en las podas anteriores.

Con un taladro y una broca de madera de un diámetro algo superior al grosor de la rama que queremos injertar, hacemos un agujero que atraviese el tronco. Pongo un alambre para que podamos apreciar mucho mejor, la dirección del agujero.

Ya solo nos queda eliminar todas las hojas del esqueje e introducir la rama, con mucho cuidado, por el agujero realizado. Una vez pasada, interesa hacer un poco de presión, halando de la punta del esqueje para que adquieran presión las zonas de contacto. Sellamos con un poco de pasta cicatrizante ambos lados y listo. Ya solo nos queda inmovilizar la macetita, lo hacemos con un alambre. Y terminar de orientar la ramita injertada en el ángulo que nos interese.

Un pasito más en el intento de conseguir un bonsai que al menos, disponga de ramas en los lugares adecuados.

Así queda el ejemplar visto desde la parte de atrás. Se obsevan dos injertos más que fueron realizados en la primavera pero que aún no ha llegado el momento de cortar. Hay que recordar que para cortar un injerto realizado con este sistema hay que esperar a que el grosor de la rama en el punto de salida, sea mayor que en el de entrada.
 
Llegó 2023 y la temida pero necesaria reducción ha llegado, las ramas principales habían engordado muchísimo y el verde se había alejado del tronco así que voy a quitar casi todas las ramas y dejarlo en su mínima expresión.
 
Desconozco los motivos pero por primera vez me han fallado unos injertos en un ficus, el caso es que las ramas que intentaba injertar se han ido pudriendo una tras otra. El motivo fue simple, los ficus emiten latex y los cortes interiores mantienen la humedad durante muchísimo tiempo, esto hizo que los injertos se pudriesen, efecto aumentado por haber sellado ambos agujeros con pasta selladora. En nuevos injertos realizados he dejado las zonas de contacto sin sellar y han funcionado perfectamente aunque han tardado más en pegar.
 
La remodelación también conlleva la reducción en la altura del ejemplar para eliminar la zona que había quedado sin ramas, esto me obliga a utilizar una rama ya formada como nuevo ápice, debiendo levantarla unos 90 grados, así que echo mano a los hierros y tras un buen enrafiado, rama "parriba".

Lo peor de todo son las tres ramas que han quedado, si no consigo retroceder la brotación tendré que cortarlas a las bravas y esperar que por azar saque brotes por algún lugar aprovechable. En fin, esto fue la sobra de un acodo y empiezo a cansarme de él.
 

24 de agosto de 2019

DEVENIR DE UNA CAGADA DE PÁJARO.- PEQUEÑA HIGUERA

Pues sí, todo empieza aquí, algún pajarillo de los rondan mi azotea defecó en alguna de mis macetas pero su cagada iba con regalo. Junto a la carga de abono orgánico llegaron algunas semillas de higuera que con el tiempo germinaron y esta es la historia de una de ellas. Es la historia de una cagada.

Después de un año de haber sido plantadas en macetas independientes y haber torsionado el tronco con alambre, tenía dos opciones: esperar un montón de años para intentar hacer algo con ella o intentar algo que nunca hice y es mantener un bonsai tamaño "shito".

Los que conocen mi colección saben que allí, con la honrosa excepción de algunos shohin, todo es grande. Por otra parte, cultivar un bonsai shito es todo un desafío por la dificultad que conlleva su conservación en los meses de verano, pero algún día tenía que ser.
Pues sí, todo empieza ahí, algún pajarillo de los que rondan mi azotea defecó en una maceta pero su cagada iba con regalo. Junto a la carga de abono orgánico cayeron al sustrato algunas semillas de higuera que con el tiempo germinaron. Esto pasó con ella de ellas.

Después de un año de haber sido trasplantada a una maceta individual y haber sido torsionado el tronco con alambre pues estaba en un punto que o esperaba muchos años para hacer algo o hacía algo que nunca hice, intentar
Pues sí, todo empieza ahí, algún pajarillo de los que rondan mi azotea defecó en una maceta pero su cagada iba con regalo. Junto a la carga de abono orgánico cayeron al sustrato algunas semillas de higuera que con el tiempo germinaron. Esto pasó con ella de ellas.

Después de un año de haber sido trasplantada a una maceta individual y haber sido torsionado el tronco con alambre pues estaba en un punto que o esperaba muchos años para hacer algo o hacía algo que nunca hice, intentar
Pues sí, todo empieza ahí, algún pajarillo de los que rondan mi azotea defecó en una maceta pero su cagada iba con regalo. Junto a la carga de abono orgánico cayeron al sustrato algunas semillas de higuera que con el tiempo germinaron. Esto pasó con ella de ellas.

Después de un año de haber sido trasplantada a una maceta individual y haber sido torsionado el tronco con alambre pues estaba en un punto que o esperaba muchos años para hacer algo o hacía algo que nunca hice, intentar
Pues sí, todo empieza ahí, algún pajarillo de los que rondan mi azotea defecó en una maceta pero su cagada iba con regalo. Junto a la carga de abono orgánico cayeron al sustrato algunas semillas de higuera que con el tiempo germinaron. Esto pasó con ella de ellas.

Después de un año de haber sido trasplantada a una maceta individual y haber sido torsionado el tronco con alambre pues estaba en un punto que o esperaba muchos años para hacer algo o hacía algo que nunca hice, intentar

Pues sí, todo empieza ahí, algún pajarillo de los que rondan mi azotea defecó en una maceta pero su cagada iba con regalo. Junto a la carga de abono orgánico cayeron al sustrato algunas semillas de higuera que con el tiempo germinaron. Esto pasó con ella de ellas.

Después de un año de haber sido trasplantada a una maceta individual y haber sido torsionado el tronco con alambre pues estaba en un punto que o esperaba muchos años para hacer algo o hacía algo que nunca hice, intentar
Pues sí, todo empieza ahí, algún pajarillo de los que rondan mi azotea defecó en una maceta pero su cagada iba con regalo. Junto a la carga de abono orgánico cayeron al sustrato algunas semillas de higuera que con el tiempo germinaron. Esto pasó con ella de ellas.

Después de un año de haber sido trasplantada a una maceta individual y haber sido torsionado el tronco con alambre pues estaba en un punto que o esperaba muchos años para hacer algo o hacía algo que nunca hice, intentar
La higuerilla en cuestión, aunque no se aprecia, tiene el tronco retorcido (a base de alambre, claro).

A pesar de su pequeño tamaño el cepellón de raíces es bestial. Con sólo quitar la hoja reseca superior ya parece otra cosa.

La macetilla a usar es una esmaltada en tonos claros degradados de seis centímetros de altura.

Tras el correspondiente recorte de raíces entra en el tiesto con akadama de grano muy pequeño y con un poco de musgo en la superficie queda lista.

Queda una cucada de plantación de trece centímetros de altura total. Cuando defolie y elimine esta hoja superior la altura total de la planta quedará en unos cinco centímetros. El ápice será ese que marco con el círculo. Un elegante Shito al precio más barato.

Así era y así queda.
MORALEJA: De cualquier cagada puede salir un buen proyecto de futuro.

3 de mayo de 2019

REMODELACIÓN DE MI AZOTEA.- FASE III

Esta tercera fase afecta a un lateral de la azotea de 8 metros lineales y que hasta ahora sólo había sido utilizada de forma eventual cuándo necesitaba sombra en verano o para poner todas aquellas piltrafillas que no tenían espacio por otra parte. Será la nueva zona dónde ubicaré todos los acers que tengo, o al menos, lo intentaré.

La idea es igualar la altura de ambos tramos de muro, levantar un tabique delantero para ensancharlo y ponerle solería con una leve inclinación que permita la evacuación de aguas hacia mi azotea evitando posibles molestias a los vecinos. También cambiaré de lugar las líneas del riego automático con la intención de ocultarlas y por supuesto, la colocación de un sombreador que cubra bien la zona. Esta pared está orientada hacia el noreste por lo que en verano, dará sol desde su salida hasta prácticamente mediodía y con el sombreador le quitaré la mitad de horas de insolación, así que a partir de las 11 de la mañana, más o menos, ya estarán con sol filtrado en un 50%, tal vez algo más.

Ladrillo aquí, ladrillo allá, el poyete va tomando forma y lo mejor de todo, tomando la forma calculada.

Una vez los ladrillos puestos, toca la solería superior y tirar las maestras, que aunque no tiene mucha importancia, tampoco es que el enfoscado salga hecho un churro.

Al tercer día esto empieza a molar, un poco más de hormigón y listo. Esto avanza de forma totalmente ajustada a los cálculos.

Unas horas más tarde lo más farragoso del asunto queda finiquitado.

De forma excepcional dejo que me pueda la impaciencia y pongo unas macetas para ver como quedan. Realmente está perfecto y clavado a la idea original. Ya puestos también modificaré la línea de pulverizado incluyendo esta zona para que también disfrute de ese refrescado nocturno veraniego.

Tras tres de días dejando secar el hormigón, doy una primera mano de pintura y empiezo con el sombreador.

Wow! ¡Cómo mola! Tanto que hasta los palmatums esperan impacientes en el suelo deseando saltar sobre su nuevo hogar. Los tengo que tranquilizar, aún les queda un ratillo para ubicarlos.

Tras acabar con las líneas de riego, los voy subiendo sin mucho cuidado, antes de nada tengo que valorar cuántos ejemplares caben allí y poder reubicar los de la Fase II.

Tras probar la nueva instalación del riego, les coloco esas cutre mesitas que tan bien les sientan. Y por fin, y tras unos meses de maduración y casi tres semanas de trabajo con los debidos descansos, mi idea hecha realidad. Sin dudas, el esfuerzo ha merecido la pena.
 
Así era la Zona I. Sol total para acebuches, juníperos, prunus y algunos ficus y acacias.

Así queda.

Así era la Zona II. Sol desde que sale hasta las tres o cuatro de la tarde, a partir de ahí, sol tamizado por el sombreador. Pues allí va de todo, juníperos, pinos, otros ficus, olmos, zelkova, piracantas, higueras, más frutales y algunas coníferas más.

Y así queda.

Y la Zona III, exclusiva para palmatums. Así era.

Y así queda.

17 de abril de 2019

REMODELACIÓN DE MI AZOTEA.- FASE II

Esta segunda parte afecta a una L de unos 19 metros lineales por 2,30 metros, dónde la exposicón al sol también es total, con la diferencia de que dispone de sombreador que evita el sol directo en las horas centrales del día, salvo en la parte corta de esa L, que es pleno sol total.

Así era en 2007, el día de la colocación de las baldas de madera.

Así en 2016 después de eliminar la mitad de los estantes de madera, dejando sólo una altura en el 50% de la longitud y usando escuadras metálicas y solería. Un montaje muy resistente pero más bien feo.

Así el día del desmontaje.

 Una vez tirados los niveles y tomadas las distancias, comienza la ardua labor de poner ladrillos.

Para la esquina, corto un par de rasillones a 45º.

El día D+4 queda lista la albañilería y el colocado de rasillones, ya en espera de recibir las plantas.


Y comienza el colocado de ejemplares, no le doy mucha importancia a la situación, de momento lo único que me preocupa es ocupar espacio y poder valorar los ejemplares que no tendrán cabida. Además amenaza lluvia y quiero dejar vacío el espacio que ocupan las plantas para unos ajustes pendientes en la Fase I.

Aunque los palmatums tendrán su lugar específico, de momento los coloco aquí, llevan unos días metidos en rincones y no se lo merecen. Comienza a llover y de momento tengo que parar.

Una vista conjunta de la Fase I y la Fase II.

Escampa y aprovecho para terminar el movimiento de macetas.

Es sorprendente la cantidad de resíduos que ha generado esta pequeña remodelación, sobre todo, teniendo en cuenta que todas las estanterías antiguas ya fueron llevadas al punto limpio.

9 de abril de 2019

REMODELACIÓN DE MI AZOTEA.- FASE I

Pues llegó el momento de realizar algunas actuaciones en mi azotea, la cantidad de ejemplares ha disminuido y algunas escuadras de hierro con el paso del tiempo están resentidas y oxidadas, sobre todo oxidadas, así que después de meditar algunas opciones, pongo manos a la obra.
Serán tres fases que abarcarán los tres espacios en los que mantengo bonsais, y cada una de ellas, con sus características ambientales diferenciadas. Esta que os enseño es la Zona I, el lugar dónde tengo acebuches, prunus, acacias, manzanos, juníperos y boungavillas. Es la zona de "sol total" y máxima desprotección antes las inclemencias del tiempo y dónde el viento más se hace notar.

Las baldas de madera quedaban bonitas y aunque después de doce años han aguantado bien, las escuadras metálicas que las sostenían estaban muy deterioradas así que decido hacer algo de albañilería buscando un montaje definitivo.

Esto es lo que tenía en 2007 antes de colocar los listones de madera de pino.

Las baldas de pino quedaban así, y aunque en la foto no lo parece, ciertamente quedaban bonitas.

Pero la humedad, el sol y resto de condiciones climáticas lo deterioran todo, y esto no fue la excepción, además el peso de las macetas y su número aumentó y empezaron a deformarse, así que en 2016 puse más listones en cada tramo y cambié las escuadras por otras más grandes y resistentes.

No obstante y al haber aprovechado los listones viejos pues, aunque fuertes, no quedó bonito. Este aspecto deplorable presentaban una vez iniciada la reforma, sin dudas, había que cambiarlas ya.

Hago acopio de material, aunque en la imagen no se ve, las columnas con las que pretendo sostener los rasillones son de ladrillo con cara vista, estos ladrillos de la foto, son para la fase III, de la que ya hablaré. Para esta fase, además de los ladrillos con cara vista, utilizaré rasillones de 120 cms y cemento cola. Señalar que en mi vida puse un ladrillo y que mis conocimientos de albañilería son nulos, nunca hice nada parecido, por no hacer, no hice ni mortero para arreglar agujeros, siempre usé los servicios de los profesionales que para eso están, pasa que en este caso y al ser el bonsai un hobby, pues sus arreglos son parte del hobby.

Este es el módulo básico, una columna de ladrillos de cara vista y rasillones a modo de baldas. El día D me dedico a pintar, ahora con todo el espacio libre es mucho más fácil.

El día D+1 lo dediqué a poner una línea de ladrillos a nivel y tirar dos columnas maestras (que al final sólo me complicaron la vida) en la zona más alta, señalar que mi azotea tiene el suelo desigual, y las paredes de los muros ni están a nivel ni son rectas ni "ná de ná" que me pudiese facilitar la vida, así que tendré que jugar, además de con los niveles, con esas correcciones manuales que mejoren el aspecto visual de la línea.

El día D+2 y ya pillándole el truquito a la densidad del cemento cola que lo preparaba demasiado líquido y se iba por los agujeros del ladrillo, el pegado de ladrillos progresa adecuadamente.

El día D+3 las columnas están prácticamente acabadas, a falta de los últimos ajustes para nivelar los rasillones.

El día D+4 empieza el nivelado, sabiendo perfectamente que la línea del muro trasero no me sirve de guía.

 Bueno, aunque me falta ajustar una de las columnas, el resto está aceptable, así que no lo toco más.

Tras dejar en reposo 48 horas, coloco las macetas, aún no tengo claro si mantendré esas mesitas de madera. Probablemente no, pero de momento las dejo, ya pensaré más adelante.

Y Fase I finalizada, a falta de una limpieza intensiva de los ladrillos, sin dudas, la mejoría es notable. Lo peor de todo, cargar con los ladrillos hasta la azotea, una vez allí, todo fue más fluido.