18 de marzo de 2022

BOSQUE DE FICUS BENJAMINA

Este es el único ejemplar que he comprado hecho bonsai, aunque para ser sincero lo que más me atrajo de este bosque fue su maceta, una kurama de 120 cms, fabricada ex-profeso para esta composición, es una maceta única e irrepetible.

Corría el verano de 2007 cuando dando un paseo por un vivero allí estaba, fue un flechazo instántaneo, por aquellos entonces estaba acabando la obra de mi nueva casa y rápidamente supe donde lo iba a colocar. Al parecer, un aficionado a los bonsais había dejado su colección al vivero para que fuese vendiéndola toda vez que el ya no podía atenderla, desgraciadamente para mi y ya pasado algo de tiempo desde su compra, volví al vivero para preguntar sobre la historia del ejemplar pero no supieron decirme nada ni siquiera supieron o quisieron darme algún dato de su anterior propietario por lo que desconozco quién fue su dueño,  ni al autor de la bandeja, ni los años que tenía por entonces el ejemplar.

Así estaba el día 30 de agosto de 2007 cuando lo compré, un magnífico bosque de 28 ejemplares de Ficus benjamina de 130 cms de largo, 110 cms de alto y 65 cms de ancho. Desconozco el peso, fueron necesarias cuatro personas fuertotas para colocarlo en su lugar.

Así estuvo hasta 2010, al desconocer cuando fue trasplantado por última vez, caso de que alguna vez lo hicieran, pues me decidí a meterle mano. Debido a la dimensión del trabajo decidí hacer el trasplante en cuatro fases, dividiendo mentalmente el cepellón en cuatro porciones a los que iría eliminando el sustrato viejo y sustityéndolo por akadama, de forma independiente, temía que al levantar todo junto la plantación se deshiciera con la correspondiente complicación del trabajo.
 
 
 Así que poco a poco fui eliminando la tierra de jardín en la que estaba plantando sustituyéndola por akadama.
 
Dispuse una rejilla a modo de muro provisional que tendrían puesto hasta que se compactara y la Soleirola hiciese su trabajo.
 
 Dos días de trabajo  y siete sacos de akadama lo dejaron así, una vez retirados las rejillas.
 
 Así lucía dos años más tarde.






Para 2012 había crecido con fuerza así que ahora tocaría un alambrado, muchas ramas crecían de forma incorrecta, así que antes de nada, me tocó defoliar.

Tras cuatro horas de defoliación mi bosque quedó preparado para empezar el alambrado.

Si temía la defoliación, a lo siguiente ya era pánico. A poner alambre. Por la mañana el sol era agradable, después de la comida empieza a calentar demasiado, pero ya no hay marcha atrás. La tarde se echa encima, y al menos quiero acabar el alambrado grueso.

Tras catorce horas de trabajo el puñetero bosque está listo. Gracias a Dios no creo que vuelva a alambrarlo nunca más, a partir de ahora modelaré a base de podas, al menos eso es lo que quiero hacer. Tengo los brazos llenos de arañones y sarpullido del látex de la defoliación.
Nunca me había gustado ese espacio que señalo, totalmente desprovisto de ramas, sobre todo después de haber quitado algunas plantas de acompañamiento que ocupaban el espacio.

Así que ya en 2017 llegó el momento de hacerle algo, estaba cansado de verlo siempre igual., así que aprovechando algunos ficus más pequeños que tenía por mi azotea pues se me ocurrió la idea de utilizar algunos de ellos para intentar ocupar ese espacio sin interés. Y este trío fue el elegido. Desde el año de la foto había desarrollado un aceptable nebari habiéndose fusionado sus tres troncos y hoy, después de meditarlo bastante, he procedido a su integración dentro del bosque.

Después de cavar un hueco adecuado al pan de raíces, he procedido a su plantado.

Sin dudas el objetivo está conseguido, se trataba de cubrir esa zona vacía. Cúando pasen un par de semanas empezaré a arreglar el verde, el abandono que ha sufrido lo ha desmelenado totalmente y tendré que comenzar desde cero, eso sí, ahora son tres troncos más.

Una malla protegerá el talud y evitará que la akadama caiga con el riego, ya más al invierno y compactado el sustrato pondré musgo, tal vez soleirola que me gusta mucho más y permite un mejor control de la humedad.

De igual forma integro otro ficus justo por la parte trasera izquierda.  El año pasado estaba plantado en una laja y quedaba molón, pero me venía perfecto para cubrir el espacio de la izquierda del bosque y de paso hacer más sitio en la azotea, así que ¿quién dijo miedo?

El procedimiento fue el mismo, aunque con la diferencia de que en esta zona no existían raíces gruesas y abrir el hueco fue mucho más fácil. Esta zona estaba cubierta de musgo por lo que procedí a su apartado para su posterior uso.

 Alguna prueba antes de la fijación.

Al final tuve que plantar un poco más profundo de lo que quería, pero quedaban demasiados raíces expuestas. El mismo musgo que acababa de quitar me sirvió para cubrir la zona y evitar tener que poner una rejilla "antiderrumbes".

Pasados unos días desde la incorporación del triple tronco también procedí al quitado de la rejilla protectora, pudiendo comprobar el perfecto compactado de la zona, y la cubrí aprovechando el musgo sobrante de la plantación en la laja.

Al tener que plantar más bajo de lo estimado deberé esperar el tiempo adecuado para que su copa crezca y que cubra el espacio deseado.

Ahora sí que tiene el aspecto de un denso bosque tropical.

Han pasado cinco años desde entonces, ya estamos en 2022 y los nuevos inquilinos se adaptaron perfectamente y todo el conjunto ha crecido mucho por lo que necesita un "recorte de puntas", así estaba antes del pasado por la peluquería.

Y así queda. De forma accidental algunos hijuelos de una maceta de Saxífraga stolonifera que tenía de adorno, colonizaron la zona de musgo y me gustó como quedó así que he aprovechado y he terminado de plantar directamente algunos hijuelos más.

14 de marzo de 2022

REPARACIÓN DE GRIETAS EN MADERA MUERTA DE FORMA RÁPIDA Y FÁCIL

Es frecuente que con el paso del tiempo algunas maderas muertas de nuestros bonsais se agrieten, el calor o el secado excesivamente rápido ayudan a ello, para ocultar esas antiestéticas grietas lo habitual es usar alguna pasta bicomponente, son duras, resistentes y baratas pero tienen un problema y es que en grietas pequeñas no penetran por lo que su ocultación es superficial. Aquí os dejo un sistema alternativo que tiene la ventaja de penetrar bastante más en la grieta.
 
Aquí tenemos nuestra grieta.
 
Aplicamos cola blanca de carpintero en toda la zona que queramos tapar y dejamos un par minutos, es necesario tumbar nuestro bonsai de manera que la gravedad ayude a que la cola penetre en la grieta.
 
Antes de que seque pasaremos un trapo a todo lo largo de la zona encolada, retirando el sobrante, no debemos apretar casi nada para no retirar más cola de la necesaria. Al secar disminuirá su volúmen y si quitamos más de la cuenta la grieta tapada puede quedar más evidente y tendremos que repetir el proceso.

Dejamos secar 24 horas. Pasado este tiempo vemos como la grieta que la cabeza de nuestro dragón está totalmente oculta, la zona baja la hemos dejado con menos cola porque quiero que siga manteniendo la textura.

Una vez aplicado el líquido de jin, así queda.

10 de marzo de 2022

ACEBUCHE SHOHIN 3.- PRESENTACIÓN EN SOCIEDAD

Como he dicho en bastantes ocasiones por mi azotea tengo infinidad de plantas con algunos años a las que nunca les dediqué una entrada del blog, recolectadas en una época febril en la que me valía todo y este acebuche es una de ellas.
 
Corría febrero de 2003 cuándo este espantapájaros cayó en mis manos. Le tengo especial cariño.
  
Aunque no le hice ninguna más hata 2007. El tachigiari era interesante aunque el resto del tronco aún con relativa conocidad, era totalmente rectilíneo y muy largo.
 
 Por otra parte, ramificaba muy bien. Para 2008 ya parecía un abeto de Navidad.
 
 Este ejemplar destacaba también por su facilidad para emitir raíces, tengo bastantes acebuches y no puedo decir que sean plantas que las desarrollen excesivamente, viven muy bien con relativas pocas raíces, en cambio éste, tenía que recortarlas en cada trasplante.

Y así fueron pasando los años, este acebuche no daba más de sí y estaba cansado de verlo igual, así que tras bastante tiempo, decidí convertirlo en un pequeño Shohin.

No me gustan los shohin, lo reconozco, pero hay que tener un poquito de todo, así que con serrucho en mano, en un minuto el ejemplar se queda a un tercio de su altura original y reconozco que ha mejorado mucho, me encanta como quedó a pesar de que tengo que reestructurar todas las ramas y refinar el ápice.

Llegado finales del invierno le ha tocado trasplante utilizando una macetita roja atrevida que tenía sin usar. Creo que el color azul le sienta mejor así que probablemente le busque una en dicho color. Conforme tenga ganas le tengo que poner alambre en el desordenado ápice y cortarle alguna ramita sobrante y más adelante, defoliación en busca de ramificación secundaria. No estaba convencido del resultado pero nuevamente se demuestra que en bonsai "Menos es más".




 
 
 
 

7 de marzo de 2022

BOSQUE DE CHAENOMELES SPECIOSA.

Influido por algunas imágenes que había visto de membrilleros japones cultivados como bonsai y en uno de mis paseos por viveros, en 2008 compré una macetilla de la especie en cuestión, curiosamente dentro de la misma maceta venían dos variedades, una de hoja blanca y otra de rojas, era un mazacote de raíces enrolladas sin ninguna utilidad, así que visto el éxito de la compra y su inviabilidad para cultivarla como bonsai, troceé el cepellón y los planté individualmente. Así pasó el tiempo y mis ejemplares de Chaenomeles no engordaban, daban  bastantes flores pero ya está, así que como necesitaba espacio estuve a punto de darles salida, pero llegado el momento me dieron pena y aprovechando que tenía una bandeja disponible pues los volví a juntar. Era un material y un resultado totalmente humilde y barato, pero sólo por el hecho de ver la floración ya merecía la pena. Estaba seguro que en algunos añitos, cuándo ramificaran un poco, incluso daría el pego. Así estaban en 2008 tras la separación.
 
Dos ejemplares de color rojo.
 
 Y dos ejemplares de color blanco.
 
Llegó 2010 y fue cuando volví a reunirlos, en estos dos años había sacado chupones que había dejado en la planta y parecen más ejemplares, aunque realmente fueron plantados los cuatro anteriores.
 
En enero de 2011 sólo florecieron los ejemplares de flor blanca.
 
En mayo de 2011 los ejemplares blancos seguían floreciendo, en cambio los rojos solo dieron una flor, esta que vemos en la foto, parece como si la flor blanca fuese dominante y estuviesen retrayendo la floración de los rojos.

A partir de 2018 las tornas cambiaron, desaparecieron todas las flores blancas y solo salían de color rojo. ¡Cosas más raras!

Desde 2010 no había sido trasplantado, más que nada por que me había convencido de que como bonsai no tenía ningún futuro salvo el disfrute de su floración que comienza a finales del invierno y se alarga hasta el verano, así que tras once años de abandono, lo que en principio fue una plantación ordenada se había convertido en un maremagnum de ramas.

Al final lo acabo de trasplantar y rompiendo la dinámica autoimpuesta de reducir número de macetas, he separado todo ese embrollo en dos embrollos más pequeños. No sé si me quedaré con ellos o les buscaré una salida o volveré a plantarlos todos juntos nuevamente, ni idea.

5 de marzo de 2022

ACER PALMATUM RED WINE.- CASI LAS CUATRO ESTACIONES.

Este es uno de los que se quedó a medias, Acer palmatum Red Wine y con el que acabo esta serie de Las Cuatro Estaciones. Ya no tuve oportunidad de fotografíar ninguna otoñada más.😅😅😅😅😅


27 de febrero de 2022

ACER PALMATUM YAMAMOMIJI.- LAS CUATRO ESTACIONES

Y este es el último "cuatro estaciones" completo, tenía más a medio preparar pero el accidente hizo que me perdiera la otoñada de la mayoría de mis ejemplares.


23 de febrero de 2022