17 de diciembre de 2021

PROYECTO FICUS RETUSA SEMICASCADA CON PEGADO DE TRONCOS.

Es un procedimiento que me permitió conseguir un árbol con un tronco el doble de grueso, ¡EN CINCO MINUTOS!, bueno, tal vez, diez.
 
OCTUBRE 2019. Para ello necesitamos, un par de ejemplares de una especie en la que sea posible esta técnica, en nuestro caso, un par de ficus retusa con algunos años de cultivo y feos de narices.

Tras lavar bien las raíces y recortarlas hago algunas pruebas buscando un "casamiento" con la máxima zona posible de contacto y cuyo resultado permitiese a posteriori un modelado agradable.

Una vez decidido el mejor ángulo para el acople, Y aquí es donde viene la técnica milenaria del taladro y el tornillo. Tras eliminar las raíces que estoban y con una broca algo menor al diámetro del tornillo hago unos agujeros pasantes y fijo ambos troncos con dos tornillos inoxidables con rosca de madera. 

Para dar más rapidez al pegado y cerrado del hueco central, introduzco un par de esquejes pequeños entre ambos troncos, uno por cada lado, apretándolo todo lo posible. Esta especie es de crecimiento rápido por lo es previsible que para el verano próximo, el tronco del esqueje haya crecido lo suficiente para haber tapado la parte baja, una vez pegado a los dos troncos, será eliminada su parte verde. 
 
Planto de forma habitual usando akadama gruesa, lo cual favorecerá el crecimiento de las raíces y por ende, el de la planta en general.

OCTUBRE 2020. Ha pasado un año, ya estamos en octubre de 2020 y nuestro ficus necesita una nueva "vuelta de tuerca". Ha crecido bien y los troncos han engordado mucho en comparación con el crecimiento de la zona verde, o sea, esto va viento en popa, no se puede pedir más. Pero tiene un problema importante, este que vemos en la primera foto en principio sería el frente pero.....la zona del nebari es muy mala, se desaprovecha su mejor ángulo. Si medimos, vemos que tiene 12 centímetros de diámetro, pero si giramos el ejemplar unos 40º podemos ver como el nebari se ve más ancho y sin dudas, es como debería presentarse, así que nos tenemos que plantear empezar a remodelar las ramas para conseguir que el frente del bonsai sea el adecuado. Con este ángulo, además de conseguir más conocidad, tendríamos un nebari de 15 centímetros de diámetro, el gran problema es que esa rama derecha es muy gruesa y no se puede doblar, pero algo tenemos que hacer para ir corrigiendo el problema. Este debe ser el ángulo de presentación, independientemente de que el frente sea éste o la parte trasera, pero hay que aprovechar esta conicidad.

También podemos ver como el agujero provocado para introducir uno de los tornillos de acople, está semicerrado, el fuerte crecimiento del tronco ha conseguido que en apenas un año la herida esté cerrada al 50%. También vemos como la otra herida más a la derecha, procedente del corte de una rama gruesa, también cierra adecuadamente.
 
Y como se dice en peluquería: corte de puntas, lavar y marcar, pues eso, nuevos alambres y recorte de puntas y alguna ramita sobrante. Tras eliminar muchas ramas inservibles y volver a alambrar, he conseguido modificar parcialmente el frente, ahora el nebari consigue su máximo diámetro y la primera rama de la derecha (contrapeso) empieza a cubrir el espacio que debe.

Y casi sin enterarme, llega OCTUBRE DE 2021, toca darle un repasito. Lo primero que veo es que los troncos principales ya se están comiendo a los esquejes de relleno, el de la izquierda ya está prácticamente oculto, el de la derecha y que se mantuvo más tiempo al sol va más retrasado aunque ya se observa el labio que empieza a cubrirlo.
 
 Los tornillos han desaparecido.
 
Hay menos ramas y mejor colocadas y ya existe una clara diferencia de altura entre la rama principal (izquierda) y la de contrapeso (derecha). Por la parte trasera también se mantienen las diferencias.

Para junio del año que viene tocará una selección seria de ramas, acortando las que queden y defoliado total, aunque si quiero controlar el crecimiento y tamaño de las hojas debo ir pensando en una maceta más pequeña, pero eso incidiría negativamente para el brotado de la ramificación secundaria. Tengo que pensarlo.
 
Junio de 2023.- Tras un año de crecimiento libre las ramas empiezan a estar por dónde deben y el pegado de los troncos ya está consolidado, un recorte y semidefoliado lo dejan preparado para una nueva temporada. Ese ángulo tan recto que ha formado la rama en semicascada me chirría un poco, si no consigo ocultarla con hojas tendré que pensar en como abrirla un poco.

Agosto de 2023.- Creció mucho y después de un recorte de brotes largos así queda. Ahora llega lo más difícil para mí, decidir qué pocas ramas se quedan y qué muchas ramas elimino, tengo tiempo para pensarlo pero cuánto más lo piense, más dudas tendré, sé que hay que hacerlo pero.............


29 de noviembre de 2021

BOSQUE DE MANZANOS (MALUS DOMÉSTICA)

Sigo en mi empeño de conseguir más aire para mis ejemplares y hoy tocó un plantado múltiple de manzanos. que no sirven para nada y que solo ocupaban espacio en mis baldas. Meteré cinco ejemplares en una maceta y será otro empujoncito para poder seguir separando el resto de ejemplares.
 
 Los dos más antiguos proceden de tocones, resto de acodos, que como siempre, me dió pena tirar.
 
Los tres más pequeños proceden de un trabajo que le mandaron a mi hijo en el colegio, terminó el ejercicio y allí me apareció con un algodón húmedo y tres semillas de manzano ya brotadas. En su momento experimenté con ellas aplicando cerradas curvas buscando algo diferente pero realmente fue un fracaso y por aquí andaban, seguiré intentando compactar esos tirabuzones pero por mero entretenimiento. De momento van para el lote.

En su momento y con hojas efectué varios plantados virtuales intentando lo imposible, encontrar un plantado que no repeliese demasiado, pero no fue posible por lo que las expectativas de conseguir algo agradable con este trabajo eran mínimas.
 
Y aquí tenemos a los cinco ejemplares, ya sin hojas, en el corredor de la muerte, preparados para ir siendo desplantados con el correspondiente lavado y corte de raíces gruesas.
 
 Poco a poco empiezo a encajarlos en la maceta.
 
 Los de los tirabuzones están para tirar.......los. Una piedrecita por aquí y musgo por allá.
 
En el rincón delantero de la izquierda, en vez de musgo he plantado unos restos de Pratia pedunculada y Saxífraga stolonifera. Pratia es una planta tapizante que emite gran cantidad de raíces y muy invasiva y pequeñas flores estrelladas más que bonitas. Saxífraga destaca por unos tallos florales de una delicadez y belleza sin igual, también es invasiva aunque bastante menos que la primera.
 
Y así queda el engendro. Como era previsible todo es un pegote de ramas sin sentido. Al menos el fin perseguido está logrado: conseguir espacio libre en las baldas.
 

22 de noviembre de 2021

ACER GINNALA.- LOS CUATRO JINETES DE LA APOCALIPSIS (IV Y ÚLTIMA)

Acer ginnala o Acer tataricum subsp. ginnala, es también conocido como Arce de Manchuria, Arce del Amur, Amur o Arce Ruso, es una subespecie de Acer tataricum perteneciente a la familia de las sapindáceas.

Crece como planta ornamental en regiones norteñas de Europa y de América, donde es la más tolerante al frío de los arces y por contra, pues es la que más sufre con el calor y la sequedad de verano.

Al igual que tantos arces, el Acer tataricum subespecie ginnala (antes Acer ginnala) hace gala de una colorida otoñada, pero además es una de las especies más rústicas y resistentes a la sequía, ideal por lo tanto para cultivar en gran parte de la Península. Se trata de un árbol pequeño o un arbusto grande multitronco, que crece lentamente hasta desarrollar 5-7 metros de altura y una copa redondeada de un tamaño equivalente. Su zona de origen es el largo valle del río Amur, que recorre el extremo sureste de Rusia y el extremo noreste de China. Tolera la contaminación ambiental y las heladas e incluso ofrece buena resistencia al viento.

Es un árbol de fácil cultivo. Lo ideal es plantarlo en un lugar bien soleado, aunque admite también la sombra parcial. Acepta cualquier tipo de suelo, incluso seco o arcilloso. Solo necesita riego durante el primer año, hasta enraizar; luego puede soportar la falta de agua. No suele presentar problemas serios de plagas o enfermedades. Es suficiente una poda de limpieza para eliminar las ramas secas. Admite los trasplantes dado su sistema radicular superficial y extendido.

Hasta aquí la teoría de la que discrepo totalmente, insisto en que todos mis comentarios se refieren a mi zona de cultivo, Cádiz marítimo.
 
Si las otras tres especies anteriores fueron pésimas ya me quedé sin adjetivos para el Ginnala, que además fue el más caro de todos. Tan mal llegó que en el primer año de mimos y abono no sacó ni una ramita nueva. Y comprobé esa leyenda urbana de árbol fuerte y rústico que aguantaba la sequía y el sol. También estuvo afectado por la clorosis, síntoma de que tampoco era muy amigo del agua dura.

No fue hasta cuatro años después cuando pareció que se animaba a crecer, fue el momento de meterle esos monstruosos doblados que a veces realizo, sin dudas es más fácil "desdoblar un tronco grueso" que doblarlo.
 
Rápidamente me di cuenta del error, al quitar el amarre, no me gustó como quedó, así que a "destorsionar" un poco. El ejemplar seguía brotando bien, sin demasiada fuerza pero de forma aceptable, pero era llegar el calor del verano y el viento de levante y se churruscaba totalmente.

En 2018 lo estuve protegiendo todo lo que pude del sol, utilicé una mezcla con alto porcentaje de pómice que dicen retiene más humedad que la akadama, sin descuidar el riego, sin dudas de algo sirvió, aguantó bien el verano y tuvo una aceptable otoñada, pero el pómice es muy ligero y cada vez que soplaba el fuerte viento de levante, me llenaba el suelo de gránulos, hoy día sigo quitando pómice del suelo cada vez que sopla el viento y eso que el saco de 25 kilos que compré, lo gasté hace tiempo.

En los dos años siguientes también aguantó relativamente bien, había decidido deshacerme del ejemplar pero quise darle una quinta oportunidad, que por falta de ganas no sea.

A finales de 2020 eliminé la malla de sombreo que tenía para intentar sustituirla por plantas naturales, el caso es que he plantado varios ejemplares de glicinias con la intención de conseguir una capa sombreadora con esta especie trepadora y de fuerte crecimiento, y como son ejemplares jóvenes pues no hubo prácticamente sombra para ninguna planta, excepto palmatums que están en su lugar específico, así que el resultado es el que os imagináis, hojas churruscadas desde principios del verano, así que ni pongo fotos, da pena.

8 de noviembre de 2021

EVOLUCIÓN DE UN ACER MONSPESSULANUM (ARCE DE MONTPELLIER)

Este que os presento es el tercer ejemplar de la compra maldita y probablemente la especie que mejor se ha recuperado y adaptado a mis posibilidades. Se trata de Acer monspessulanum, también conocido como Arce de Montpellier.
 
Aparece en buena parte de las áreas montañosas de la Península, con más abundancia en la mitad oriental. Ampliamente distribuida por toda la región mediterránea, más escasa hacia el centro de Europa.
 
Tolera un cierto grado de aridez, pero necesita suelos relativamente frescos y preferentemente calizos. Soporta bien los fríos invernales y las altas temperaturas estivales. Habita igualmente en suelos calizos o silíceos, con frecuencia muy pedregosos. Prefiere los lugares soleados, desde el nivel del mar hasta los 1600 m., aunque en honor a la verdad y en mi caso, los mejores crecimientos y colores los he obtenido cuando han estado sombreados.
 
 Curiosamente no es muy difundido en bonsai y es algo incomprensible, su rusticidad, resistencia a las enfermedades y descuidos, aceptable crecimiento, totalmente adaptado al clima mediterráneo, resistente a todas las labores habituales en bonsai, delicadeza de sus ramas y aceptable ramificación y pinzados, si a esto le añadimos su facilidad para florecer y sacar semillas y su espectacular otoñada pues lo hacen una especie ideal para bonsai.

En la foto de 2007 vemos como llegó a casa, un palito delgado, totalmente recto y con algo de verde en la parte alta, vamos, lo que viene a ser un plumero. Tras un año de adaptación llegó lo primero que tenía que arreglar que no era otra cosa que intentar dar un poco de movimiento al tronco, esto es fundamental, cuanto más grueso y lignificado, más difícil.
 
El primer tensor con el tope no sirvió de mucho, así que tiré de fuerza bruta, el ejemplar brotaba bien y el tronco había engordado aceptablemente pero al efectuar esta nueva curvatura pues me pasó como al campestre, necesitaba una rama en la parte exterior de la misma, así que recurrí a los viejos trucos de esperar una brotación espontánea, hacer pequeños cortes que provocaran la brotación, etc... pero no funcionó.
 
Así que aprovechando una rama que había que eliminar sí o sí pues en 2017 realicé un injerto por el sistema del taladro que no prosperó, por lo que en 2018 lo volví a realizar, esta ver por aproximación. En esta ocasión fui más paciente y estuvo unido a la rama madre más de un año.

Una de las características de esta especie es que en otoño y si el cultivo es correcto, podemos verlo tricolor. Por un lado las hojas verdes habituales que aún no han empezado a otoñar, luego en tonos amarillos del otoñado y para acabar y justo antes de su caída, un rojo sangre espectacular. Sin dudas, estos inicios de la otoñada son los más bonitos. Pero tenía dos grandes problemas.

Mirándolo desde el frente no era demasiado evidente, pero si le daba la vuelta parecía como si al ejemplar le hubiesen pegado un par de bocados, el marcado con la letra A era un espacio en vías de solución, aunque la rama injertada había pegado correctamente, tenía poca vitalidad, pero al menos iba brotando. En cambio en la zona B no había ninguna rama que pudiese servir para cubrirlo, nuevamente empecé a pensar en otro injerto.

El segundo problema (ver segunda foto), era la que supuestamente tiene que ser la rama principal, por un lado está algo baja y lo peor es que era totalmente rectilínea, aún no sé que haré, de momento sirve para ir engordando el tachiagari, pero si la quiero conservar pues tengo dos opciones para acortarla, en fin, lo mismo si corto pues consigo que la rama injertada por encima tenga más fuerza, así que con la duda sigo.
 
Una labor fundamental para la buena remificación del Acer es el pinzado de yemas anuales. Aquí tenemos casi toda la casuística posible con las yemas, algunas de ellas sólo nacen por pares y que salvo que alarguen demasiado la rama, no las tocaremos (1), otras ramillas con tres yemas o más, de las que dejaremos sólo las laterales (2), otra dónde una de las yemas está muy fuerte (marcada con el círculo azul) y que eliminaremos en favor de la débil (3) y en la parte baja, una rama con varias yemas contínuas, pero en una rama que nos interesa que crezca, así que las dejaremos todas, salvo la central, que será eliminada (4).

Es un trabajo algo laborioso, sobre todo si tenemos muchos ejemplares en los que hay que hacer estas labores, pero nos aseguran un buen desarrollo primaveral y poco a poco nos encontraremos con un montón de ramas bien estructuradas que nos permitirá una mayor diversidad en las posibilidades de modelado.
 
En 2020 hubo suerte y en el hueco superior brotó una ramita ideal que será la que cubrirá el bocado, en cambio la rama injertada sigue sin tomar protagonismo a pesar de que en 2021 ya corté un tramo de la rama fuerte inmediatamente inferior.

Y aquí una comparativa del cambio sufrido desde 2007, fecha en la que llegó a casa, hasta la primavera de 2021. Altura 42 centímetros, anchura 35 centímetros, nebari 8 centímetros. En 14 años  la altura se ha casi duplicado, la anchura cuatriplicado y el nebari se ha multiplicado pr 16.

CONCLUSIONES:
Planta resistente y con fuerte crecimiento pero sin dispararse. Soporta diferentes tipos de sustrato aunque los prefiere ligeramente calizos.
Cultivado en akadama con un 20% de sustrato orgánico.
Algo durilla para los injertos.
Se puede formar a base de pinzados y podas.
Forma nebaris aceptables con relativa facilidad.
Si queremos un otoñado espectacular hay que sombrearla todo lo posible en verano.

4 de noviembre de 2021

ACER CAMPESTRE.- LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS (II).

El Acer campestre, conocido con los nombres comunes de Arce campestre, Alciro, Bordo común, Arce común o Arce menor, es un árbol caducifolio originario de Europa, Argelia, Asia Menor y Persia. En España podemos encontrarlo en la mitad norte, en las sierras; también puede verse alguno en Extremadura y en Andalucía.
 
Se caracteriza por ser un árbol de copa densa y redondeada, con hojas estrelladas de color verde por ambas caras y con un tronco tortuoso. Las flores son hermafroditas y aparecen agrupadas en racimos erectos ramificados.

Es un árbol de pleno sol poco exigente con la calidad del sustrato aunque los prefiere algo calizos y riegos moderados, vamos, que en principio no debería tener problemas para hacerlo crecer a las mil maravillas pero no ha sido así.
 
Al ejemplar le pasaba igual que a los otros tres, un palito raquítico y totalmente recto, así que lo único que pude hacerle en los primeros años fue cultivarlo y hacerle ligeros arreglos a las raíces y corte de ramas que nacían del mismo lugar, poco más.
 
Para 2010 las brotaciones eran adecuadas pero no le había puesto solución al tronco totalmente recto, así que no podía esperar más, en la primavera siguiente, rafia, alambres gruesos y tensores. Doblé más de lo necesario pensando en que siempre recuperan un poco y que con los nuevos crecimientos tendería a enderezar un poco.

Predicción errónea, al quitar el "entablillado" se quedó tal cual, feo como pegarle a un padre con un calcetín sudado, así que tuve que enderezar de forma artesanal y surgió otro problema, por el lado exterior de la curva ni tenía ramas ni era previsible que las sacase, así que injerto al canto que aunque despacio, pegó perfectamente. Ya en 2018 me obsequió con lo más bonito que tiene la especie y es la otoñada en amarillo intenso que realmente me sorprendió, a pesar de saberlo no esperaba esa intensidad de color.
 
La última foto que tengo es de la primavera de 2020. La rama injertada crece fuerte y la estructura primaria ya está formada, ahora toca lo más fácil, esperar y cultivar, esperar y cultivar. Yo no tengo recursos para sembrar en el suelo, así que no me queda otra que tener paciencia. Altura 49 centímetros, anchura 38 centímetros y nebari 3 centímetros.
 
CONCLUSIONES:
Planta resistente a las enfermedades y de crecimiento lento en maceta.
Admite muy bien los injertos.
Se puede formar a base de podas y pinzados.
Gusta de terrenos frescos y algo calizos.
A pesar de la bibliografía, para un desarrollo aceptable debe estar sombreada. Insisto en lo mismo, todas estas referencias se refieren a su cultivo en Cádiz y a pleno sol y en un lugar donde el viento seco de levante le pega de lleno.
Se la puede abonar de forma ligera durante todo el año.

9 de octubre de 2021

ACER PALMATUM "SHINDESHOJO" DESDE CERO.- PRESENTACIÓN EN SOCIEDAD.

Shindeshojo es una variedad de palmatum extremadamente buscada y famosa por su espectacular brotación en color rojo sangre y sus naranjas, rojos y bronces otoñales. Conforme avanza el verano las hojas más viejas viran al verde pero las más jóvenes mantienen un color rojo bruñido. Es una variedad de crecimiento fuerte y compacto y como planta de jardín no supera los 2,5 metros de altura.

Soporta muy bien la exposición solar pero mantendrá más tiempo el color rojo si la situamos en semisombra.

El tamaño de la hoja es pequeña siendo una variedad muy similar al acer palmatum deshojo pero más resistente, y con hojas más pequeñas y bien cultivado pues de colores más intenso .
 
Así era en 2017 y así quedó en la primavera de 2018.
 
El mayor problema que tenía era el gran tramo recto desprovisto de hojas o yemas, la mitad correspondía al patrón y la otra mitad a la variedad injertada. Había que acodar sí o sí.

La parte buena, pues salta a la vista, la magnífica e intensa coloración de sus hojas hace, sin dudas, que merezca la pena intentarlo.
 
Tras un año de descanso, en 2019 acodo al canto, y aquí cometí una gran equivocación, lo único que me preocupó fue buscar raíces radiales, tras separar el acodo me percaté de que no había solucionado el segundo gran tramo recto y sin posibilidad de ramas que había dejado, a pesar de haber llevado la zona de injerto a ras de sustrato, había perdido el tiempo, ese tramo soso y recto no me gustaba.
 
Así que al año siguiente, ya en 2020 volví a acodarlo y esta vez haciendo algo que nunca hice y fue acodar por encima de la zona del injerto, a partir de ahora sería un ejemplar que no contaría con la ventaja de tener un pie de injerto de una variedad fuerte y resistente, no tenía claro que fuese buena idea pero no había otra. Si nos fijamos, podemos ver en la foto de la izquierda y a ras de sustrato, la línea del injerto original que se va atpc y dos grandes incógnitas ¿soportará dos acodos seguidos? ¿Resistirá quedarse sin patrón?

Pues sorprendentemente la primavera de 2021 brotó con una fuerza inusitada y ese color rojo sangre tan cautivador y a pesar de tener pocas raíces pues a principios de otoño (foto de la derecha) ni ha secado ni una punta de una hoja. Realmente espectacular esta variedad. Ya para finales del invierno tendré que efectuar un primer aclarado de ramas y empezar a buscarle un diseño, pero estoy seguro de que este Shindeshojo me ayudará a saber qué quiere ser de mayor. Probablemente irá directamente a una bandeja de bonsai que es el mejor sistema para asegurarse un nacimiento plano de raíces que permita la formación de un buen nebari, la radialidad ya la tiene.

Y aquí un Shindeshojo maduro, probablemente uno de los pocos ejemplares ya desarrollados que podemos ver, toda vez que esta variedad es relativamente nueva.

7 de octubre de 2021

ACER PALMATUM "CORALLINUM".- EVOLUCIÓN DESDE CERO.

Pertenece al grupo de Palmatums Verdes. El follaje primaveral de color rosa profundo es muy distinto y sorprendente. En verano se vuelve verde, algunas hojas tienen motas diminutas de tonos claros. El nuevo crecimiento del verano es escarlata. Las hojas pequeñas están divididas en cinco a siete lóbulos, ahusados y ligeramente dentados. Los delgados tallos de las hojas son de color rosa rojizo. De crecimiento lento, este cultivar produce una planta densa y compacta que no supera plantado en el suelo los 3 metros de alto, siendo ideal para cultivar como bonsai aunque aún es poco cultivado como tal.
 
Este ejemplar que os presento fue comprado a finales de 2017, siendo tan feo y raquítico que ni siquiera me molesté en tomarle la foto de bienvenida. Lo peor de todo era el injerto perruno que tenía, mal hecho y muy alto, siendo un candidato firme al acodo. Así era en marzo de 2018.

Por lo que tras unos meses cogiendo fuerza fue acodado siguiendo mi sistema de doble corona.

El acodo fue realizado a finales de junio de 2018 y después de algo más de tres meses, estas fueron las raíces emitidas una vez quitada la primera malla siendo defoliado y plantado inmediatamente.

En 2019 y ya asentado el sistema radicular empezó a mostrar qué se podría esperar de él. La gama tonal exhibida fue más que esperanzadora.

En 2021 el crecimiento ha sido más que aceptable, sobre todo sabiendo que esta variedad es de crecimiento lento, la primera foto es de la primavera y la segunda de principios del otoño de 2021, las hojas están aceptables así que espero ansioso que empiece a otoñar..

Así está en la primavera de 2024, no puedo decir que haya crecido mucho, aunque el tronco sí que lo hizo. Es flipante la variedad tonal que adquiere hasta su completo virado al verde.
 
PD, Olvidé decir que esta variedad es la más parecida al codiciado Acer palmatum Beni Chidori, y os aseguro que no tiene nada que envidiarle, tengo ambos.