11 de febrero de 2022

KINTSUGI PRÁCTICO Y FÁCIL.- TERCER MÉTODO

Los trabajos y técnicas visto hasta ahora han sido realizados sobre macetas pequeñas pero ahora vamos a restaurar una maceta grande y esto presenta un problema, que es el consumo de material, poner un cordón en una cerámica de dos o tres milímetros de gruesa no reviste problemas pero en cambio, si el cordón es sobre un tiesto que, según zonas, tiene entre seis y diez milímetros pues ya supone un reto y sobre todo un gasto de material excesivo. Con esta técnica que os voy a mostar, además de tiempo, ahorraremos material que que evitaremos el consumo del caro polvo de oro en partes interiores de las zonas pegadas.
 
Es un trabajo a mano, sin usar ningún tipo de aplicador consiguiéndose un cordón irregular, yo diría que incluso anárquico de auténtica belleza y es algo que me entusiasma, tiene el inconveniente de que gana mucho protagonismo y en algunos casos puede llegar a distraer de lo realmente importante, que es el ejemplar plantado.

El primer paso consiste en pegar nuestra maceta de una forma convencional, vamos, nuestro pegamento preferido procurando que no rebose hacia afuera de los filos de rotura, todo lo que rebose tendremos que eliminarlo después con el conseguimiento aumento de trabajo y tiempo empleado. Aquí tenemos nuestra maceta ya pegada. Y por supuesto, bien limpia y libre de restos salinos y otras incrustaciones.
 
Para este trabajo utilizaremos el material siguiente: cacito para mezclas, palillos de madera, polvo de oro y pegamento bicomponente, aunque en este caso, en vez de usar el de fraguado rápido usaremos el normal, esto nos permitirá hacer más cantidad de mezcla y trabajar tranquilamente sin temor a que se endurezca antes de lo previsto.

Y para rematar el trabajo, también necesitaremos un cúter, alcohol, acetona y bastoncillos de los oídos.

Antes de nada debemos repasar nuestra maceta y eliminar con el cúter cualquier resto de pegamento que haya podido aflorar al exterior.

 A continuación limpiaremos bien todos los bordes de pegado usando los bastoncillos de oídos impregnados en alcohol.
 
Con nuestra maceta perfectamente limpiz de restos de pegamento, prepararemos la mezclando el bicomponente y el polvo dorado, hasta obtener una pasta homogénea.

Con la ayuda de uno de los palitos comenzaremos a ir aplicando nuestro cordón dorado por todas las uniones, intentaremos no manchar demasiado (algo imposible de conseguir totalmente), ya que luego nos tocará limpiarlo. Una vez finalizado este paso, dejaremos fraguar el pegamento durante 24 horas.

Han pasado las 24 horas, ahora con la ayuda del cúter, iremos repasando todas las zonas por las que hemos aplicado el cordón dorado, eliminando hilillos y posibles gotas que se salgan del perfil del cordón dorado, refinándolo completamente. Este paso es un poco tedioso pero de la escrupulosidad con que lo realicemos dependerá el mejor acabado.

Tras el trabajo con el cúter sólo nos queda limpiar profundamente todos los márgenes del cordón, frotando enérgicamente un bastoncillo de los oídos impregnados en acetona. Interesa hacer un pase generoso con acetona para conseguir un reblandecimiento de los posibles restos a eliminar y un segundo pase frotando enérgicamente que será el definitivo.

Para rematar el trabajo procederemos al hidratado de la maceta y pase por la sesión de fotos. Así fue el resultado final.


 
Ya tiene inquilino, un Acer palmatum Red Wine (lo primero que cayó en mis manos para trasplantar). Una pena que la rotura de la cara trasera sea tan simétrica.

Para terminar os dejo un video de todo el proceso.

 

9 de febrero de 2022

ACER PALMATUM DISSECTUM "SEIRYU".- LAS CUATRO ESTACIONES

Sigo con otro de mis palmatums más jóvenes, plantón también comprado en 2017, se trata de un Acer palmatum "Seiryu", una variedad muy resistente al sol a pesar de sus delicadas hojas.


6 de febrero de 2022

KINTSUGI PRÁCTICO Y FÁCIL.- 2ª PARTE.- REPARACIÓN DE ZONAS ROTAS

En la anterior entrada procedimos a la colocación de un cordón dorado a todas las zonas de grietas rotas y pegadas, lo hicimos utilizando la técnica de "Kintsugi con textura", en esta segunda parte vamos a proceder a la restauración de una zona rota de la que fue imposible recuperar fragmentos ya que quedaron pulverizados, pero esta vez lo haremos con la técnica de "Kintsugi con oro al ras".
 
Esta es la esquina de la maceta que vamos a reparar hoy.

Para este trabajo necesitamos el siguiente material:

1.- Yeso cerámico.
2.- Plastilina, yo usé lo que tenía a mano, pasta cicatrizante sólida y una esponja húmeda para trabajarla.
3.- Polvo dorado.
4.- Barniz incoloro.
5.- Una brocha de punta fina.
6.- Lija.
7.- Palillos de madera.
8.- Un cúter.
9.- Cacitos desechables para mezclas.
10.- Algodón y bastoncillos para los oídos.
11.- Acetona para limpieza.
12.- Una cucharilla de café.

Empezamos el trabajo haciendo con la plastilina una especie de "murete de contención", para que el yeso preparado no desborde.

Tras preparar una mezcla con el yeso cerámico y agua, procederemos a rellenar la zona a reparar ayudados con la cucharilla de café y uno de los palillos de madera.

El yeso cerámico seca en un par de horas pero yo lo dejé descansando hasta el día siguiente.
 
Tras las 24 horas de reposo y con la ayuda del cúter procedí al raspado de todo el sobrante. Esto hay que hacerlo con cuidado ya que corremos el riesgo de partir alguna zona de relleno válido.
 
 Quitado lo más gordo termino el refinado del relleno con la ayuda de una lija de agua.

Ya tenemos nuestra maceta preparada para el pintado.

Aunque antes eliminamos con un trapo el polvo producido y con un bastoncillo impregnado en alcohol limpiamos la zona rellena, para un pintado correcto y homogéneo no deben quedar restos de yeso.

Llega el momento de mezclar un poco de barniz incoloro con el polvo dorado, preparando una mezcla homogénea y lista para aplicar.

Y con máximo cuidado empezamos a pintar toda la zona rellena de yeso, cuidando de no salirmos y manchar la cerámica.
 
Y así quedó la reparación, sin dudas, mucho mejor que si lo hubiésemos dejado con esa esquina rota a la vista.

Para terminar, aquí os dejo un video con todo el desarrollo de la restauración.

2 de febrero de 2022

KINTSUGI PRÁCTICO Y FÁCIL

¿A quién no se le ha partido una maceta de bonsai en alguna ocasión? Siempre es posible pegarla con cualquier tipo de pegamento y a correr, pero si de verdad queremos hacer un trabajo más aparente y que de paso otorgue un toque especial a nuestra maceta deberemos recurrir a la milenaria técnica del Kintsugi.

Kintsugi es un arte japonés que consiste en reparar cerámica utilizando oro. La técnica original se basa en el uso de polvo de oro y una laca llamada Urushi, pero además de caro es un trabajo muy técnico y difícil de realizar, aunque sus resultados son espectaculares. 

Yo no aspiro (de momento) a tanto, ni siquiera puede que me interese el trasfondo filosófico que tiene el Kintsugi por eso os propongo un método fácil, rápido y muy aparente para reparar nuestras macetas rotas.

Esta manera de reparación tiene dos estilos básicos:
 
1.- Consiste en una reparación con oro a ras de la maceta, nuestra maceta quedará marcada con una fina línea dorada cuyo grosor dependerá del ancho de la fractura, a veces cuando son limpias será casi imperceptible. Es muy elegante.
 
2.- Es el conocido como "kintsugi con textura", que es el que os voy a mostrar hoy y personalmente más me gusta.

Materiales que necesitaremos:

1.- Un bote de polvo de oro.
2.- Pegamento bicomponente de secado rápido (5 min).
3.- Cazoletas desechables para hacer las mezclas.
4.- Palos de madera para mezclar y aplicar.
5.- Un cúter o bisturí desechable.
6.- Pincel de punta fina.
7.- Alcohol.
9.- Bastoncillos para los oídos.

Y por supuesto, el elemento fundamental: Una maceta rota.

Previamente al trabajo, la maceta deberá ser limpiada profundamente, eliminando todas aquellas incrustaciones y restos de sales que puedan tener adheridos y estar bien seca. Introducirlas durante unos minutos en salfumán es una solución rápida y fácil.

Con la maceta bien limpia y seca, procederemos a ir casando cada trozo y marcándolas con el orden en que serán pegadas, es importante seguir un orden ya que a veces, algunas piezas deben ser pegadas antes que otras y si lo alteramos podemos encontrarnos con el problema de que sea imposible colocar una de ellas.

Con un bastoncillo de oídos impregnado en alcohol repasaremos todas las zonas externas que quedarán cubiertas por el cordón dorado, cuidando de que no queden pelillos de algodón enganchados en los lugares de pegado.

Una vez tenemos claro el orden pues empezaremos a pegar, preparamos un poco de pegamento bicomponente en el cacito y mezclamos hasta obtener una pasta de color uniforme, entonces añadimos un poco de polvo dorado.
 
Y volvemos a mezclar hasta conseguir nuevamente, una mezcla homogénea.
 
Iremos aplicando en una de las zonas a pegar procurando no manchar demasiado la cerámica. Se trata de poner un cordón a toda la zona del primer trozo que vamos a pegar, si el cordón es demasiado grueso el epoxy dorado que rebosará será demasiado grande y parecerá un poco basto, si por contra es demasiado fino pues puede que no cubra suficientemente y la textura formada sea demasiado fina incluso inexistente.
 
Desde ya y también muy importante, es tener en cuenta no tocar con los dedos la zona de pegamento fresco, ya que además de manchar todo lo que toquemos, se perderá la fineza de la textura exterior.

Ahora nos tocará unir ambas partes intentando que casen perfectamente sin darles mucho movimiento y mantendremos la presión durante al menos cinco minutos, tiempo que según el fabricante es lo que tarda el bicomponente en pegar. Insisto, hay que evitar tocar con los dedos las zonas con pegamento.

Si queremos que las zonas de unión queden más brillantes, y tras dejar secar esos cinco minutos, impregnaremos la brocha seca en el polvo de oro, aplicando con cuidado sobre el cordón exterior que aunque bastante seco, aún estará pegajoso.


Es conveniente dejar un tiempo prudencial entre cada pegado de forma que una vez aplicado el oro con la brocha, dé tiempo a su perfecta adhesión, con unos 15 minutos llega. Pasado este tiempo ya podremos hacer una limpieza en bruto del polvo de oro excedente que ha manchado la zona.

 
Tras un generoso descanso, limpié "en bruto" las zonas en las que apliqué el polvo dorado en seco, eliminando los restos excedentes. Utilicé una servilleta de papel aunque lo más correcto hubiese sido hacerlo con un trapito que no desprenda partículas.

Este procedimiento debemos repetirlo con todas las partes rotas de la maceta creando trozos más grandes, de esta forma podremos seguir pegando zonas nuevas mientras que las ya pegadas terminan de secar. En mi caso, conseguí crear tres fragmentos diferentes que quedaron en reposo para un perfecto pegado. Aprovechando una vez secos, para dar una limpieza previa eliminando con el cúter aquellas hebras de pegamento que quedaron pegadas involuntariamente.

Para el ensamble final repetí los pasos, pegado entre sí de los fragmentos, aplicación de polvo de oro con la brocha, eliminación del polvo excedente con la servilleta y últimos retoques con el cúter y limpiado final con alcohol.
 
Si os habéis fijado, habréis visto que en una de las esquinas le falta el labio superior, en un próximo trabajo intentaremos rellenar esa zona con un yeso especial y será pintada con oro, dando por finalizado el arreglo de esta maceta, por supuesto, será motivo de un nuevo video y entrada al blog.

Y este fue el resultado final.




En mi canal de Youtube tenéis un video de todo el proceso.

29 de enero de 2022

ACER PALMATUM "BERRY BROOM".- LAS CUATRO ESTACIONES

Con este ejemplar de Acer palmatum comienzo una nueva serie comparativa que he llamado "Las cuatro estaciones", en las que iré poniendo la evolución del ejemplar correspondiente durante el último año con una foto por estación. Empiezo con un Berry Broom adquirido en 2017.




29 de noviembre de 2021

BOSQUE DE MANZANOS (MALUS DOMÉSTICA)

Sigo en mi empeño de conseguir más aire para mis ejemplares y hoy tocó un plantado múltiple de manzanos. que no sirven para nada y que solo ocupaban espacio en mis baldas. Meteré cinco ejemplares en una maceta y será otro empujoncito para poder seguir separando el resto de ejemplares.
 
 Los dos más antiguos proceden de tocones, resto de acodos, que como siempre, me dió pena tirar.
 
Los tres más pequeños proceden de un trabajo que le mandaron a mi hijo en el colegio, terminó el ejercicio y allí me apareció con un algodón húmedo y tres semillas de manzano ya brotadas. En su momento experimenté con ellas aplicando cerradas curvas buscando algo diferente pero realmente fue un fracaso y por aquí andaban, seguiré intentando compactar esos tirabuzones pero por mero entretenimiento. De momento van para el lote.

En su momento y con hojas efectué varios plantados virtuales intentando lo imposible, encontrar un plantado que no repeliese demasiado, pero no fue posible por lo que las expectativas de conseguir algo agradable con este trabajo eran mínimas.
 
Y aquí tenemos a los cinco ejemplares, ya sin hojas, en el corredor de la muerte, preparados para ir siendo desplantados con el correspondiente lavado y corte de raíces gruesas.
 
 Poco a poco empiezo a encajarlos en la maceta.
 
 Los de los tirabuzones están para tirar.......los. Una piedrecita por aquí y musgo por allá.
 
En el rincón delantero de la izquierda, en vez de musgo he plantado unos restos de Pratia pedunculada y Saxífraga stolonifera. Pratia es una planta tapizante que emite gran cantidad de raíces y muy invasiva y pequeñas flores estrelladas más que bonitas. Saxífraga destaca por unos tallos florales de una delicadez y belleza sin igual, también es invasiva aunque bastante menos que la primera.
 
Y así queda el engendro. Como era previsible todo es un pegote de ramas sin sentido. Al menos el fin perseguido está logrado: conseguir espacio libre en las baldas.
 

22 de noviembre de 2021

ACER GINNALA.- LOS CUATRO JINETES DE LA APOCALIPSIS (IV Y ÚLTIMA)

Acer ginnala o Acer tataricum subsp. ginnala, es también conocido como Arce de Manchuria, Arce del Amur, Amur o Arce Ruso, es una subespecie de Acer tataricum perteneciente a la familia de las sapindáceas.

Crece como planta ornamental en regiones norteñas de Europa y de América, donde es la más tolerante al frío de los arces y por contra, pues es la que más sufre con el calor y la sequedad de verano.

Al igual que tantos arces, el Acer tataricum subespecie ginnala (antes Acer ginnala) hace gala de una colorida otoñada, pero además es una de las especies más rústicas y resistentes a la sequía, ideal por lo tanto para cultivar en gran parte de la Península. Se trata de un árbol pequeño o un arbusto grande multitronco, que crece lentamente hasta desarrollar 5-7 metros de altura y una copa redondeada de un tamaño equivalente. Su zona de origen es el largo valle del río Amur, que recorre el extremo sureste de Rusia y el extremo noreste de China. Tolera la contaminación ambiental y las heladas e incluso ofrece buena resistencia al viento.

Es un árbol de fácil cultivo. Lo ideal es plantarlo en un lugar bien soleado, aunque admite también la sombra parcial. Acepta cualquier tipo de suelo, incluso seco o arcilloso. Solo necesita riego durante el primer año, hasta enraizar; luego puede soportar la falta de agua. No suele presentar problemas serios de plagas o enfermedades. Es suficiente una poda de limpieza para eliminar las ramas secas. Admite los trasplantes dado su sistema radicular superficial y extendido.

Hasta aquí la teoría de la que discrepo totalmente, insisto en que todos mis comentarios se refieren a mi zona de cultivo, Cádiz marítimo.
 
Si las otras tres especies anteriores fueron pésimas ya me quedé sin adjetivos para el Ginnala, que además fue el más caro de todos. Tan mal llegó que en el primer año de mimos y abono no sacó ni una ramita nueva. Y comprobé esa leyenda urbana de árbol fuerte y rústico que aguantaba la sequía y el sol. También estuvo afectado por la clorosis, síntoma de que tampoco era muy amigo del agua dura.

No fue hasta cuatro años después cuando pareció que se animaba a crecer, fue el momento de meterle esos monstruosos doblados que a veces realizo, sin dudas es más fácil "desdoblar un tronco grueso" que doblarlo.
 
Rápidamente me di cuenta del error, al quitar el amarre, no me gustó como quedó, así que a "destorsionar" un poco. El ejemplar seguía brotando bien, sin demasiada fuerza pero de forma aceptable, pero era llegar el calor del verano y el viento de levante y se churruscaba totalmente.

En 2018 lo estuve protegiendo todo lo que pude del sol, utilicé una mezcla con alto porcentaje de pómice que dicen retiene más humedad que la akadama, sin descuidar el riego, sin dudas de algo sirvió, aguantó bien el verano y tuvo una aceptable otoñada, pero el pómice es muy ligero y cada vez que soplaba el fuerte viento de levante, me llenaba el suelo de gránulos, hoy día sigo quitando pómice del suelo cada vez que sopla el viento y eso que el saco de 25 kilos que compré, lo gasté hace tiempo.

En los dos años siguientes también aguantó relativamente bien, había decidido deshacerme del ejemplar pero quise darle una quinta oportunidad, que por falta de ganas no sea.

A finales de 2020 eliminé la malla de sombreo que tenía para intentar sustituirla por plantas naturales, el caso es que he plantado varios ejemplares de glicinias con la intención de conseguir una capa sombreadora con esta especie trepadora y de fuerte crecimiento, y como son ejemplares jóvenes pues no hubo prácticamente sombra para ninguna planta, excepto palmatums que están en su lugar específico, así que el resultado es el que os imagináis, hojas churruscadas desde principios del verano, así que ni pongo fotos, da pena.