2 de febrero de 2022

KINTSUGI PRÁCTICO Y FÁCIL

¿A quién no se le ha partido una maceta de bonsai en alguna ocasión? Siempre es posible pegarla con cualquier tipo de pegamento y a correr, pero si de verdad queremos hacer un trabajo más aparente y que de paso otorgue un toque especial a nuestra maceta deberemos recurrir a la milenaria técnica del Kintsugi.

Kintsugi es un arte japonés que consiste en reparar cerámica utilizando oro. La técnica original se basa en el uso de polvo de oro y una laca llamada Urushi, pero además de caro es un trabajo muy técnico y difícil de realizar, aunque sus resultados son espectaculares. 

Yo no aspiro (de momento) a tanto, ni siquiera puede que me interese el trasfondo filosófico que tiene el Kintsugi por eso os propongo un método fácil, rápido y muy aparente para reparar nuestras macetas rotas.

Esta manera de reparación tiene dos estilos básicos:
 
1.- Consiste en una reparación con oro a ras de la maceta, nuestra maceta quedará marcada con una fina línea dorada cuyo grosor dependerá del ancho de la fractura, a veces cuando son limpias será casi imperceptible. Es muy elegante.
 
2.- Es el conocido como "kintsugi con textura", que es el que os voy a mostrar hoy y personalmente más me gusta.

Materiales que necesitaremos:

1.- Un bote de polvo de oro.
2.- Pegamento bicomponente de secado rápido (5 min).
3.- Cazoletas desechables para hacer las mezclas.
4.- Palos de madera para mezclar y aplicar.
5.- Un cúter o bisturí desechable.
6.- Pincel de punta fina.
7.- Alcohol.
9.- Bastoncillos para los oídos.

Y por supuesto, el elemento fundamental: Una maceta rota.

Previamente al trabajo, la maceta deberá ser limpiada profundamente, eliminando todas aquellas incrustaciones y restos de sales que puedan tener adheridos y estar bien seca. Introducirlas durante unos minutos en salfumán es una solución rápida y fácil.

Con la maceta bien limpia y seca, procederemos a ir casando cada trozo y marcándolas con el orden en que serán pegadas, es importante seguir un orden ya que a veces, algunas piezas deben ser pegadas antes que otras y si lo alteramos podemos encontrarnos con el problema de que sea imposible colocar una de ellas.

Con un bastoncillo de oídos impregnado en alcohol repasaremos todas las zonas externas que quedarán cubiertas por el cordón dorado, cuidando de que no queden pelillos de algodón enganchados en los lugares de pegado.

Una vez tenemos claro el orden pues empezaremos a pegar, preparamos un poco de pegamento bicomponente en el cacito y mezclamos hasta obtener una pasta de color uniforme, entonces añadimos un poco de polvo dorado.
 
Y volvemos a mezclar hasta conseguir nuevamente, una mezcla homogénea.
 
Iremos aplicando en una de las zonas a pegar procurando no manchar demasiado la cerámica. Se trata de poner un cordón a toda la zona del primer trozo que vamos a pegar, si el cordón es demasiado grueso el epoxy dorado que rebosará será demasiado grande y parecerá un poco basto, si por contra es demasiado fino pues puede que no cubra suficientemente y la textura formada sea demasiado fina incluso inexistente.
 
Desde ya y también muy importante, es tener en cuenta no tocar con los dedos la zona de pegamento fresco, ya que además de manchar todo lo que toquemos, se perderá la fineza de la textura exterior.

Ahora nos tocará unir ambas partes intentando que casen perfectamente sin darles mucho movimiento y mantendremos la presión durante al menos cinco minutos, tiempo que según el fabricante es lo que tarda el bicomponente en pegar. Insisto, hay que evitar tocar con los dedos las zonas con pegamento.

Si queremos que las zonas de unión queden más brillantes, y tras dejar secar esos cinco minutos, impregnaremos la brocha seca en el polvo de oro, aplicando con cuidado sobre el cordón exterior que aunque bastante seco, aún estará pegajoso.


Es conveniente dejar un tiempo prudencial entre cada pegado de forma que una vez aplicado el oro con la brocha, dé tiempo a su perfecta adhesión, con unos 15 minutos llega. Pasado este tiempo ya podremos hacer una limpieza en bruto del polvo de oro excedente que ha manchado la zona.

 
Tras un generoso descanso, limpié "en bruto" las zonas en las que apliqué el polvo dorado en seco, eliminando los restos excedentes. Utilicé una servilleta de papel aunque lo más correcto hubiese sido hacerlo con un trapito que no desprenda partículas.

Este procedimiento debemos repetirlo con todas las partes rotas de la maceta creando trozos más grandes, de esta forma podremos seguir pegando zonas nuevas mientras que las ya pegadas terminan de secar. En mi caso, conseguí crear tres fragmentos diferentes que quedaron en reposo para un perfecto pegado. Aprovechando una vez secos, para dar una limpieza previa eliminando con el cúter aquellas hebras de pegamento que quedaron pegadas involuntariamente.

Para el ensamble final repetí los pasos, pegado entre sí de los fragmentos, aplicación de polvo de oro con la brocha, eliminación del polvo excedente con la servilleta y últimos retoques con el cúter y limpiado final con alcohol.
 
Si os habéis fijado, habréis visto que en una de las esquinas le falta el labio superior, en un próximo trabajo intentaremos rellenar esa zona con un yeso especial y será pintada con oro, dando por finalizado el arreglo de esta maceta, por supuesto, será motivo de un nuevo video y entrada al blog.

Y este fue el resultado final.




En mi canal de Youtube tenéis un video de todo el proceso.

29 de enero de 2022

ACER PALMATUM "BERRY BROOM".- LAS CUATRO ESTACIONES

Con este ejemplar de Acer palmatum comienzo una nueva serie comparativa que he llamado "Las cuatro estaciones", en las que iré poniendo la evolución del ejemplar correspondiente durante el último año con una foto por estación. Empiezo con un Berry Broom adquirido en 2017.




17 de diciembre de 2021

PROYECTO FICUS RETUSA SEMICASCADA CON PEGADO DE TRONCOS.

Es un procedimiento que me permitió conseguir un árbol con un tronco el doble de grueso, ¡EN CINCO MINUTOS!, bueno, tal vez, diez.
 
OCTUBRE 2019. Para ello necesitamos, un par de ejemplares de una especie en la que sea posible esta técnica, en nuestro caso, un par de ficus retusa con algunos años de cultivo y feos de narices.

Tras lavar bien las raíces y recortarlas hago algunas pruebas buscando un "casamiento" con la máxima zona posible de contacto y cuyo resultado permitiese a posteriori un modelado agradable.

Una vez decidido el mejor ángulo para el acople, Y aquí es donde viene la técnica milenaria del taladro y el tornillo. Tras eliminar las raíces que estoban y con una broca algo menor al diámetro del tornillo hago unos agujeros pasantes y fijo ambos troncos con dos tornillos inoxidables con rosca de madera. 

Para dar más rapidez al pegado y cerrado del hueco central, introduzco un par de esquejes pequeños entre ambos troncos, uno por cada lado, apretándolo todo lo posible. Esta especie es de crecimiento rápido por lo es previsible que para el verano próximo, el tronco del esqueje haya crecido lo suficiente para haber tapado la parte baja, una vez pegado a los dos troncos, será eliminada su parte verde. 
 
Planto de forma habitual usando akadama gruesa, lo cual favorecerá el crecimiento de las raíces y por ende, el de la planta en general.

OCTUBRE 2020. Ha pasado un año, ya estamos en octubre de 2020 y nuestro ficus necesita una nueva "vuelta de tuerca". Ha crecido bien y los troncos han engordado mucho en comparación con el crecimiento de la zona verde, o sea, esto va viento en popa, no se puede pedir más. Pero tiene un problema importante, este que vemos en la primera foto en principio sería el frente pero.....la zona del nebari es muy mala, se desaprovecha su mejor ángulo. Si medimos, vemos que tiene 12 centímetros de diámetro, pero si giramos el ejemplar unos 40º podemos ver como el nebari se ve más ancho y sin dudas, es como debería presentarse, así que nos tenemos que plantear empezar a remodelar las ramas para conseguir que el frente del bonsai sea el adecuado. Con este ángulo, además de conseguir más conocidad, tendríamos un nebari de 15 centímetros de diámetro, el gran problema es que esa rama derecha es muy gruesa y no se puede doblar, pero algo tenemos que hacer para ir corrigiendo el problema. Este debe ser el ángulo de presentación, independientemente de que el frente sea éste o la parte trasera, pero hay que aprovechar esta conicidad.

También podemos ver como el agujero provocado para introducir uno de los tornillos de acople, está semicerrado, el fuerte crecimiento del tronco ha conseguido que en apenas un año la herida esté cerrada al 50%. También vemos como la otra herida más a la derecha, procedente del corte de una rama gruesa, también cierra adecuadamente.
 
Y como se dice en peluquería: corte de puntas, lavar y marcar, pues eso, nuevos alambres y recorte de puntas y alguna ramita sobrante. Tras eliminar muchas ramas inservibles y volver a alambrar, he conseguido modificar parcialmente el frente, ahora el nebari consigue su máximo diámetro y la primera rama de la derecha (contrapeso) empieza a cubrir el espacio que debe.

Y casi sin enterarme, llega OCTUBRE DE 2021, toca darle un repasito. Lo primero que veo es que los troncos principales ya se están comiendo a los esquejes de relleno, el de la izquierda ya está prácticamente oculto, el de la derecha y que se mantuvo más tiempo al sol va más retrasado aunque ya se observa el labio que empieza a cubrirlo.
 
 Los tornillos han desaparecido.
 
Hay menos ramas y mejor colocadas y ya existe una clara diferencia de altura entre la rama principal (izquierda) y la de contrapeso (derecha). Por la parte trasera también se mantienen las diferencias.

Para junio del año que viene tocará una selección seria de ramas, acortando las que queden y defoliado total, aunque si quiero controlar el crecimiento y tamaño de las hojas debo ir pensando en una maceta más pequeña, pero eso incidiría negativamente para el brotado de la ramificación secundaria. Tengo que pensarlo.
 
Junio de 2023.- Tras un año de crecimiento libre las ramas empiezan a estar por dónde deben y el pegado de los troncos ya está consolidado, un recorte y semidefoliado lo dejan preparado para una nueva temporada. Ese ángulo tan recto que ha formado la rama en semicascada me chirría un poco, si no consigo ocultarla con hojas tendré que pensar en como abrirla un poco.

Agosto de 2023.- Creció mucho y después de un recorte de brotes largos así queda. Ahora llega lo más difícil para mí, decidir qué pocas ramas se quedan y qué muchas ramas elimino, tengo tiempo para pensarlo pero cuánto más lo piense, más dudas tendré, sé que hay que hacerlo pero.............


29 de noviembre de 2021

BOSQUE DE MANZANOS (MALUS DOMÉSTICA)

Sigo en mi empeño de conseguir más aire para mis ejemplares y hoy tocó un plantado múltiple de manzanos. que no sirven para nada y que solo ocupaban espacio en mis baldas. Meteré cinco ejemplares en una maceta y será otro empujoncito para poder seguir separando el resto de ejemplares.
 
 Los dos más antiguos proceden de tocones, resto de acodos, que como siempre, me dió pena tirar.
 
Los tres más pequeños proceden de un trabajo que le mandaron a mi hijo en el colegio, terminó el ejercicio y allí me apareció con un algodón húmedo y tres semillas de manzano ya brotadas. En su momento experimenté con ellas aplicando cerradas curvas buscando algo diferente pero realmente fue un fracaso y por aquí andaban, seguiré intentando compactar esos tirabuzones pero por mero entretenimiento. De momento van para el lote.

En su momento y con hojas efectué varios plantados virtuales intentando lo imposible, encontrar un plantado que no repeliese demasiado, pero no fue posible por lo que las expectativas de conseguir algo agradable con este trabajo eran mínimas.
 
Y aquí tenemos a los cinco ejemplares, ya sin hojas, en el corredor de la muerte, preparados para ir siendo desplantados con el correspondiente lavado y corte de raíces gruesas.
 
 Poco a poco empiezo a encajarlos en la maceta.
 
 Los de los tirabuzones están para tirar.......los. Una piedrecita por aquí y musgo por allá.
 
En el rincón delantero de la izquierda, en vez de musgo he plantado unos restos de Pratia pedunculada y Saxífraga stolonifera. Pratia es una planta tapizante que emite gran cantidad de raíces y muy invasiva y pequeñas flores estrelladas más que bonitas. Saxífraga destaca por unos tallos florales de una delicadez y belleza sin igual, también es invasiva aunque bastante menos que la primera.
 
Y así queda el engendro. Como era previsible todo es un pegote de ramas sin sentido. Al menos el fin perseguido está logrado: conseguir espacio libre en las baldas.
 

22 de noviembre de 2021

ACER GINNALA.- LOS CUATRO JINETES DE LA APOCALIPSIS (IV Y ÚLTIMA)

Acer ginnala o Acer tataricum subsp. ginnala, es también conocido como Arce de Manchuria, Arce del Amur, Amur o Arce Ruso, es una subespecie de Acer tataricum perteneciente a la familia de las sapindáceas.

Crece como planta ornamental en regiones norteñas de Europa y de América, donde es la más tolerante al frío de los arces y por contra, pues es la que más sufre con el calor y la sequedad de verano.

Al igual que tantos arces, el Acer tataricum subespecie ginnala (antes Acer ginnala) hace gala de una colorida otoñada, pero además es una de las especies más rústicas y resistentes a la sequía, ideal por lo tanto para cultivar en gran parte de la Península. Se trata de un árbol pequeño o un arbusto grande multitronco, que crece lentamente hasta desarrollar 5-7 metros de altura y una copa redondeada de un tamaño equivalente. Su zona de origen es el largo valle del río Amur, que recorre el extremo sureste de Rusia y el extremo noreste de China. Tolera la contaminación ambiental y las heladas e incluso ofrece buena resistencia al viento.

Es un árbol de fácil cultivo. Lo ideal es plantarlo en un lugar bien soleado, aunque admite también la sombra parcial. Acepta cualquier tipo de suelo, incluso seco o arcilloso. Solo necesita riego durante el primer año, hasta enraizar; luego puede soportar la falta de agua. No suele presentar problemas serios de plagas o enfermedades. Es suficiente una poda de limpieza para eliminar las ramas secas. Admite los trasplantes dado su sistema radicular superficial y extendido.

Hasta aquí la teoría de la que discrepo totalmente, insisto en que todos mis comentarios se refieren a mi zona de cultivo, Cádiz marítimo.
 
Si las otras tres especies anteriores fueron pésimas ya me quedé sin adjetivos para el Ginnala, que además fue el más caro de todos. Tan mal llegó que en el primer año de mimos y abono no sacó ni una ramita nueva. Y comprobé esa leyenda urbana de árbol fuerte y rústico que aguantaba la sequía y el sol. También estuvo afectado por la clorosis, síntoma de que tampoco era muy amigo del agua dura.

No fue hasta cuatro años después cuando pareció que se animaba a crecer, fue el momento de meterle esos monstruosos doblados que a veces realizo, sin dudas es más fácil "desdoblar un tronco grueso" que doblarlo.
 
Rápidamente me di cuenta del error, al quitar el amarre, no me gustó como quedó, así que a "destorsionar" un poco. El ejemplar seguía brotando bien, sin demasiada fuerza pero de forma aceptable, pero era llegar el calor del verano y el viento de levante y se churruscaba totalmente.

En 2018 lo estuve protegiendo todo lo que pude del sol, utilicé una mezcla con alto porcentaje de pómice que dicen retiene más humedad que la akadama, sin descuidar el riego, sin dudas de algo sirvió, aguantó bien el verano y tuvo una aceptable otoñada, pero el pómice es muy ligero y cada vez que soplaba el fuerte viento de levante, me llenaba el suelo de gránulos, hoy día sigo quitando pómice del suelo cada vez que sopla el viento y eso que el saco de 25 kilos que compré, lo gasté hace tiempo.

En los dos años siguientes también aguantó relativamente bien, había decidido deshacerme del ejemplar pero quise darle una quinta oportunidad, que por falta de ganas no sea.

A finales de 2020 eliminé la malla de sombreo que tenía para intentar sustituirla por plantas naturales, el caso es que he plantado varios ejemplares de glicinias con la intención de conseguir una capa sombreadora con esta especie trepadora y de fuerte crecimiento, y como son ejemplares jóvenes pues no hubo prácticamente sombra para ninguna planta, excepto palmatums que están en su lugar específico, así que el resultado es el que os imagináis, hojas churruscadas desde principios del verano, así que ni pongo fotos, da pena.

8 de noviembre de 2021

EVOLUCIÓN DE UN ACER MONSPESSULANUM (ARCE DE MONTPELLIER)

Este que os presento es el tercer ejemplar de la compra maldita y probablemente la especie que mejor se ha recuperado y adaptado a mis posibilidades. Se trata de Acer monspessulanum, también conocido como Arce de Montpellier.
 
Aparece en buena parte de las áreas montañosas de la Península, con más abundancia en la mitad oriental. Ampliamente distribuida por toda la región mediterránea, más escasa hacia el centro de Europa.
 
Tolera un cierto grado de aridez, pero necesita suelos relativamente frescos y preferentemente calizos. Soporta bien los fríos invernales y las altas temperaturas estivales. Habita igualmente en suelos calizos o silíceos, con frecuencia muy pedregosos. Prefiere los lugares soleados, desde el nivel del mar hasta los 1600 m., aunque en honor a la verdad y en mi caso, los mejores crecimientos y colores los he obtenido cuando han estado sombreados.
 
 Curiosamente no es muy difundido en bonsai y es algo incomprensible, su rusticidad, resistencia a las enfermedades y descuidos, aceptable crecimiento, totalmente adaptado al clima mediterráneo, resistente a todas las labores habituales en bonsai, delicadeza de sus ramas y aceptable ramificación y pinzados, si a esto le añadimos su facilidad para florecer y sacar semillas y su espectacular otoñada pues lo hacen una especie ideal para bonsai.

En la foto de 2007 vemos como llegó a casa, un palito delgado, totalmente recto y con algo de verde en la parte alta, vamos, lo que viene a ser un plumero. Tras un año de adaptación llegó lo primero que tenía que arreglar que no era otra cosa que intentar dar un poco de movimiento al tronco, esto es fundamental, cuanto más grueso y lignificado, más difícil.
 
El primer tensor con el tope no sirvió de mucho, así que tiré de fuerza bruta, el ejemplar brotaba bien y el tronco había engordado aceptablemente pero al efectuar esta nueva curvatura pues me pasó como al campestre, necesitaba una rama en la parte exterior de la misma, así que recurrí a los viejos trucos de esperar una brotación espontánea, hacer pequeños cortes que provocaran la brotación, etc... pero no funcionó.
 
Así que aprovechando una rama que había que eliminar sí o sí pues en 2017 realicé un injerto por el sistema del taladro que no prosperó, por lo que en 2018 lo volví a realizar, esta ver por aproximación. En esta ocasión fui más paciente y estuvo unido a la rama madre más de un año.

Una de las características de esta especie es que en otoño y si el cultivo es correcto, podemos verlo tricolor. Por un lado las hojas verdes habituales que aún no han empezado a otoñar, luego en tonos amarillos del otoñado y para acabar y justo antes de su caída, un rojo sangre espectacular. Sin dudas, estos inicios de la otoñada son los más bonitos. Pero tenía dos grandes problemas.

Mirándolo desde el frente no era demasiado evidente, pero si le daba la vuelta parecía como si al ejemplar le hubiesen pegado un par de bocados, el marcado con la letra A era un espacio en vías de solución, aunque la rama injertada había pegado correctamente, tenía poca vitalidad, pero al menos iba brotando. En cambio en la zona B no había ninguna rama que pudiese servir para cubrirlo, nuevamente empecé a pensar en otro injerto.

El segundo problema (ver segunda foto), era la que supuestamente tiene que ser la rama principal, por un lado está algo baja y lo peor es que era totalmente rectilínea, aún no sé que haré, de momento sirve para ir engordando el tachiagari, pero si la quiero conservar pues tengo dos opciones para acortarla, en fin, lo mismo si corto pues consigo que la rama injertada por encima tenga más fuerza, así que con la duda sigo.
 
Una labor fundamental para la buena remificación del Acer es el pinzado de yemas anuales. Aquí tenemos casi toda la casuística posible con las yemas, algunas de ellas sólo nacen por pares y que salvo que alarguen demasiado la rama, no las tocaremos (1), otras ramillas con tres yemas o más, de las que dejaremos sólo las laterales (2), otra dónde una de las yemas está muy fuerte (marcada con el círculo azul) y que eliminaremos en favor de la débil (3) y en la parte baja, una rama con varias yemas contínuas, pero en una rama que nos interesa que crezca, así que las dejaremos todas, salvo la central, que será eliminada (4).

Es un trabajo algo laborioso, sobre todo si tenemos muchos ejemplares en los que hay que hacer estas labores, pero nos aseguran un buen desarrollo primaveral y poco a poco nos encontraremos con un montón de ramas bien estructuradas que nos permitirá una mayor diversidad en las posibilidades de modelado.
 
En 2020 hubo suerte y en el hueco superior brotó una ramita ideal que será la que cubrirá el bocado, en cambio la rama injertada sigue sin tomar protagonismo a pesar de que en 2021 ya corté un tramo de la rama fuerte inmediatamente inferior.

Y aquí una comparativa del cambio sufrido desde 2007, fecha en la que llegó a casa, hasta la primavera de 2021. Altura 42 centímetros, anchura 35 centímetros, nebari 8 centímetros. En 14 años  la altura se ha casi duplicado, la anchura cuatriplicado y el nebari se ha multiplicado pr 16.

CONCLUSIONES:
Planta resistente y con fuerte crecimiento pero sin dispararse. Soporta diferentes tipos de sustrato aunque los prefiere ligeramente calizos.
Cultivado en akadama con un 20% de sustrato orgánico.
Algo durilla para los injertos.
Se puede formar a base de pinzados y podas.
Forma nebaris aceptables con relativa facilidad.
Si queremos un otoñado espectacular hay que sombrearla todo lo posible en verano.

4 de noviembre de 2021

ACER CAMPESTRE.- LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS (II).

El Acer campestre, conocido con los nombres comunes de Arce campestre, Alciro, Bordo común, Arce común o Arce menor, es un árbol caducifolio originario de Europa, Argelia, Asia Menor y Persia. En España podemos encontrarlo en la mitad norte, en las sierras; también puede verse alguno en Extremadura y en Andalucía.
 
Se caracteriza por ser un árbol de copa densa y redondeada, con hojas estrelladas de color verde por ambas caras y con un tronco tortuoso. Las flores son hermafroditas y aparecen agrupadas en racimos erectos ramificados.

Es un árbol de pleno sol poco exigente con la calidad del sustrato aunque los prefiere algo calizos y riegos moderados, vamos, que en principio no debería tener problemas para hacerlo crecer a las mil maravillas pero no ha sido así.
 
Al ejemplar le pasaba igual que a los otros tres, un palito raquítico y totalmente recto, así que lo único que pude hacerle en los primeros años fue cultivarlo y hacerle ligeros arreglos a las raíces y corte de ramas que nacían del mismo lugar, poco más.
 
Para 2010 las brotaciones eran adecuadas pero no le había puesto solución al tronco totalmente recto, así que no podía esperar más, en la primavera siguiente, rafia, alambres gruesos y tensores. Doblé más de lo necesario pensando en que siempre recuperan un poco y que con los nuevos crecimientos tendería a enderezar un poco.

Predicción errónea, al quitar el "entablillado" se quedó tal cual, feo como pegarle a un padre con un calcetín sudado, así que tuve que enderezar de forma artesanal y surgió otro problema, por el lado exterior de la curva ni tenía ramas ni era previsible que las sacase, así que injerto al canto que aunque despacio, pegó perfectamente. Ya en 2018 me obsequió con lo más bonito que tiene la especie y es la otoñada en amarillo intenso que realmente me sorprendió, a pesar de saberlo no esperaba esa intensidad de color.
 
La última foto que tengo es de la primavera de 2020. La rama injertada crece fuerte y la estructura primaria ya está formada, ahora toca lo más fácil, esperar y cultivar, esperar y cultivar. Yo no tengo recursos para sembrar en el suelo, así que no me queda otra que tener paciencia. Altura 49 centímetros, anchura 38 centímetros y nebari 3 centímetros.
 
CONCLUSIONES:
Planta resistente a las enfermedades y de crecimiento lento en maceta.
Admite muy bien los injertos.
Se puede formar a base de podas y pinzados.
Gusta de terrenos frescos y algo calizos.
A pesar de la bibliografía, para un desarrollo aceptable debe estar sombreada. Insisto en lo mismo, todas estas referencias se refieren a su cultivo en Cádiz y a pleno sol y en un lugar donde el viento seco de levante le pega de lleno.
Se la puede abonar de forma ligera durante todo el año.