14 de febrero de 2025

EVOLUCIÓN DE UN BOSQUE DE MEMBRILLOS (CYDONIA OBLONGA)

Este proyecto comienza en 2010.
 
Un día dando un paseo en bici pasé por una antigua finca abandonada en la que, entre otras especies, habia un montón de membrillos comunes (Cydonia oblonga),  se habían asilvestrado y colonizado parte de la finca y durante un par de años pasé por allí para darles algunas podas e ir preparando un par de ellos que pretendía llevarme a casa.

Probablemente 2010 fue el año más prolífico en mi corto curriculum de recolecciones, y fue en ese año cuando fui a recolectarlos, aprovechando el momento para volver a podar todos los que me llamaron la atención, quién sabe si algún día volvería a por alguno más.
 
El caso es que los ejemplares estuvieron deambulando por mi azotea sin pena ni gloria, no florecían por lo que apenas les he prestado atención. Como principales defectos pues que tenía pocas ramas y todas largas y eran demasiado altos para el grueso de su tronco y encima tenían muy pocas y gruesas raíces.
 
Fueron pasando los años y realmente el resultado no me satisfacía, el hecho de haberse "asilvestrado" parece que influyó en la no floración y esto hizo que al segundo ejemplar ni le sacara fotos. Por otra parte, el asunto de la ramificación iba lento, no emitían demasiadas ramas nuevas y todas crecían hacia arriba y debía ir bajándolas poco a poco lo que unido la fuerza apical de los brotes y el poco interés que despertaba en mi pues hicieron el resto. En los cuatro primeros años no era mucho lo que habían mejorado aunque el aumento del grosor del tronco sí era evidente.

Para 2017 el ejemplar 1 empezaba a gustarme, ya tenía algo de subramificación, pero en el tronco padre la primera rama salía casi a la mitad de la longitud total del mismo. En la foto de 2020 vemos el gran vacío y lo que es peor, el último tercio del tronco no tenía conocidad, era recto y demasiado largo.
 
Pasó el tiempo y me llegó la necesidad de hacer espacio en mis estanterías así que mis dos membrillos, que en estos momentos ya eran tres ya que el segundo ejemplar fue dividido, tenían que irse a "vivir" a la misma maceta. Los ejemplares de partida tenían una altura sin maceta de 43, 40 y 24 cms.
 
Antes de entrar de lleno en el trasplante elaboro varias plantaciones virtuales, siendo ésta la que más me gustaba y que intentaré replicar. De hecho no tenía otra forma de acoplarlos, así que o los regalaba o me conformaba con este barullo.
 
Ya en 2021 y tras la limpieza y lavado de cepellones empiezo a ajustar los plantados.
 
Con más facilidad de la esperada los ejemplares van entrando en los lugares elegidos. Me encanta el color rojo que adquiere el tronco cuando está húmedo.
 
Vista frontal y trasera del nuevo plantado. Objetivo conseguido, el frente se parece bastante a lo deseado aunque el tronco derecho trasero queda un poco tapado pero el objetivo era liberar dos espacios para otras macetas y además dispongo de dos nuevos espacios libres. Me autoanimo ya que no soy capaz de sacar nada mejor de estos ejemplares, realmente no me gustan pero es lo que hay.
 
Estábamos en 2023 y seguía viendo que colocación de los troncos era demasiado monótona y no decía nada cuando tenía hojas, sin hojas era algo diferente pero es evidente que seguía sin gustarme nada, por contra, hacía bonitas otoñadas y el colorido me daba algo de esperanza.
 
El ejemplar no había sido trasplantado desde 2021 y ya tocaba, pero quería cambiarle la vista, el plantado era demasiado anodido, sin gracia ni movimiento así que aprovechando el trasplante de 2025 cambié la colocación del ejemplar pequeño, lo quitaría de su situación central y lo desplazaría hacia la derecha. Hasta que no brote no sabré si ha merecido la pena el trabajo de cambio en un ejemplar del que sigo pensando que no merece la pena, pero aquí estamos. Así quedó tras el cambio, ahora se aprecian mejor todos los troncos. Si al menos florecieran.

PD. Hacía unos ocho años que no volvía por la finca, así que un día de 2022 me acordé y con mi podadora volví por el lugar para hacer algún nuevo recorte, la sorpresa fué mayúscula, no quedaba ni un sólo ejemplar, se los habían llevado todos, incluso los que claramente serían totalmente inservibles para bonsai. En fin, cosas de la vida, ahora entiendo a esos que cuando encuentran algún lugar bueno de recolección se llevan el secreto a la tumba.

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