Probablemente el arce palmatum sea de las especies que más frecuentemente necesitan alteraciones importantes en su estructura antes de plantearnos su cultivo como bonsai. Afortunadamente para nosotros, es una especie agradecida que soporta muy bien todos los trabajos traumáticos, siendo uno de ellos el acodo.
Existen dos motivos fundamentales por los que acodar un arce, el primero y del que vamos a hablar es para ocultar la línea de injerto, el segundo para conseguir una distribución radial de raíces.
Es una especie particular que se escapa de las líneas generales de modelado, magníficos coloridos en sus brotaciones y unas otoñadas espectaculares, pero tienen un gran problema, en su inmesa mayoría de variedades son ejemplares injertados y lo que es peor, los injertos suelen ser perrunos, a veces parecen realizados a mala leche para evitar su cultivo como bonsai, pero casi todo tiene solución.
Aquí veremos algunos casos en los que habría que acodar. Otro dato importante que debemos tener en cuenta es que los productores suelen tener un sólo procedimiento de injerto preferido y conocer como injerta cada uno nos puede ser de gran ayuda a la hora de decidirmos a quién comprar, desgraciadamente son pocos los afortunados que pueden comprar en directo y elegir el más adecuado, los demás nos tenemos que acostumbrar a jugar con la suerte, comprar online y esperar a ver que te toca, por eso, conocer como injerta cada productor nos será de gran ayuda a la hora de elegir o desechar tienda, hándicap al que hay que añadir, que los de mayor reputación están en el extranjero (Holanda o Francia).
Antes de decidirnos al acodo, debemos analizar bien el ejemplar, partiendo de la base de que el mejor acodo es el que no se realiza, acodar un ejemplar nos supondrá que pasarán entre tres y cuatro años hasta que podamos empezar a diseñar, por eso es tan importante que antes de nada, veamos las posibilidades del ejemplar y si es imprescindible acodar. Detalles a observar:
1.- La altura a la que se encuentra el injerto. Un injerto visible a medio tronco exige acodar, salvo en el caso de que esté muy disimulado y tanto el patrón como la variedad tengan un color parecido que con el paso de tiempo, dismule la unión.
2.- Un injerto dónde la unión está muy cerca de la superficie del sustrato, nos puede evitar el acodo, siempre y cuándo las distribución de raíces nos permitan un desarrollo radial de las mismas, a veces sucede aunque no es habitual.
3.- Una unión que ha provocado un ensanchamiento irregular de la zona de injerto es difícil de corregir, por lo que si nos encontramos un caso así, acodaremos sin tardanza.
4.- Un ejemplar de unos tres años será el más adecuado, ya viene algo crecidito pero no lo suficiente como para tener ramas gruesas que si las cortamos dejarán grandes cicatrices. Podremos elegir frente y rehacer la ramificación en función del injerto.
5.- Nunca, repito, nunca, comprar ejemplares recién injertados, vamos, con menos de un año pegados ya que vienen muy débiles y no podremos ni mirarlos en al menos dos años más, ya que si hacemos algo, aunque sea un ligero corte de raíces, las probabilidades de supervivencia son muy bajas.
6.- Después de varios años aficionado a los arces, he optado por comprar en pleno invierno, esto me permite un transplante inmediato, hay que tener en cuenta que vivo en la provincia de Cádiz y aquí tenemos un clima más que benigno y raramente bajamos de cero grados. Aprovecho este transplante para cortar la ráiz pivotante y todas aquellas que siendo gruesas, crecen hacia abajo, lo hago sin remordimientos, si algún ejemplar no lo resiste, pues sólo habremos perdido dinero, prefiero esto a tenerlo sobreviviendo en sus condiciones originales y que se muera algunos años después, perdiendo dinero y tiempo. Generalmente, vienen de lugares dónde las heladas y nevadas son cotidianas por lo que el cambio a mi localidad, con una media de temperaturas 15 grados más alta, los estimulará para empezar a crecer en poco tiempo, por eso el gran interés en que estén en el nuevo sustrato, cuánto antes.
7.- Como norma general, decir que cuánto más cercano sea el acodo a la zona de injerto, mejor, ya que podremos esconder la unión bajo el sustrato o al menos, tenerlo muy cerca de él, lo cual lo disimulará totalmente. Pero, siempre asegurándonos de que las raíces salgan del patrón. Si la porción de patrón es muy pequeña, se puede malograr el injerto y todo se irá al traste.
8.- Y por último, el detalle más importante, nunca debemos acodar por encima del patrón, algunas plantas se injertan por algo y si viene injertada es por que la variedad lo necesita para su supervivencia.
Aquí tenemos un primer ejemplo en el que es necesario acodar. Es importante señalar que según sea el injerto y el nivel de ramificación tendremos más o menos opciones a elegir. De aquí el gran interés que tenemos en comprar ejemplares relativamente jóvenes, nos llegarán con poca ramificación gruesa lo que nos permitirá elegir el frente más acorde al movimiento del tronco, y que mejor oculte el injerto, pero que al menos lleven dos años con el injerto establecido.
En este primer caso, vemos a favor que la coloración del patrón como la
de la variedad no desentonan excesivamente y que con el envejecimiento
podrían igualarse así como que forman un poco de ángulo, lo cual dará
movimiento al tronco, pero tiene un gran problema, el injerto es
patético, muy visible y con una porción de patrón muy alta y recta. En
este caso y como el acodo se hace inevitable, tenía un buen para de raíces y no las he tocados,
limitándome a transplantarlo a akadama con un 30 por ciento de sustrato
orgánico .En unos meses será acodado.
En este segundo caso, y a pesar de que el injerto es muy evidente nos
encontramos que tanto patrón como variedad, tienen la misma coloración
por lo que es presumible que cuándo envejezcan y cuartee algo el tronco,
ese injerto tiene grandes perspectivas de quedar oculto a la vista,
también a favor es que la porción de patrón no es muy grande y con algo
de movimiento y que además de no existir abultamiento, es algo más
grueso por lo que favorecerá la conicidad. Aquí en principio no habría
que acodar, dejaremos que pase el tiempo y veremos como evoluciona.
Otra posibilidad que podemos encontrarnos es que a pesar de existir un
injerto totalmente profesional y dónde casi es imposible determinar la
zona de unión, existe un pequeño engrosamiento que la delata. Aquí
tenemos dos alternativas, ir directamente al acodo (después de dejarlo
establecerse y tomar fuerzas, o sea, dos añitos como dos soles) o
esperar que la zona baja engrose de forma natural o induciéndola con la
técnica del ahorcamiento, todo dependerá del estado de las raíces, si
vemos claro que no existe posibilidad de conseguir raíces radiales pues
el acodo se hace inevitable, en este caso, disponía de un buen pan de
raíces finas y bastante radiales por lo que, en principio, intentaré el
engrosamiento de la zona baja ayudándome del alambre. Si no funciona,
pues para acodar siempre hay tiempo.
Por regla general, los mejores injertos son los realizados con la tijera
de injertar, aquí vemos un ejemplo en el que se aprecia claramente los
labios de unión, y aunque existe un relativo engrosamiento en la zona de
unión, será fácil de corregir con el crecimiento natural de la planta,
nuevamente los colores de patrón y variedad son ideales, pero tiene el
inconveniente que ser un tramo sin conocidad, largo y recto. Podríamos
evitar el acodo si el pan de raíces es bueno, pero habría que tumbar un
poco el tronco en busca de algo de movimiento y confiar en el
nacimiento de ramas bajas que nos permita jugar con la altura total del
ejemplar. Este también está en observación pero es un candidato firme al
acodo, a pesar de lo bien realizado del injerto.
Otra posibilidad la encontramos en este ejemplar, a pesar de estar realizado con la tijera el injerto es algo tosco, el patrón es algo más grueso y da una relativa conocidad, y está realizado muy cerca de la superficie del sustrato, así que con un recorte adecuado de las raíces, casi podremos ocultarlo o dejarlo justo al nivel del sustrato. Aquí no acodaré, la rectitud del tronco tendré que compensarla con un modelado utilizando ramas muy bajas y plantando con un poco de inclinación.
Aquí abajo unos ejemplos de lo que nunca deberíamos comprar, son ejemplares en
primer año de acodo y en patrón pues probablemente también de un año, y
lo que es peor, unos injertos perrunos, y realizados de una forma
chapucera incluso con falta de sensibilidad por la planta. Harían falta
muchos años para saber si podríamos obtener algo medio decente.
Tampoco deberíamos comprar ejemplares de cinco o más años, sólo sirven para jardín, suelen tener ramas muy gruesas, muy largas y desprovistas de ramificación fina. Este ejemplar me lo mandaron como compensación por no tenerlo en el tamaño que yo quería, bastante más pequeño, me cobraron como el más pequeño y me mandaron uno grande con toda la buena intención, realmente me hicieron la puñeta.
Aunque no se aprecia bien, tiene un abultamiento exagerado y el patrón es más delgado que el de la variedad, para sembrarlo en un jardín podría pasar, pero para bonsai pues es prácticamente inviable.
Dolía la vista con sólo mirarlo, hasta tal punto que pasó directamente al acodo, pero las grandes heridas dejadas por las ramas cortadas y el tronco tan feo pues hacen que tenga pocas esperanzas, si prospera lo mismo lo uso como donante en algún futuro injerto que tengo pensado realizar.
Y unos ejemplos de como puede quedar la planta una vez acodada. En el círculo rojo la única porción de la línea del injerto que queda visible, si no se sabe dónde mirar, el injerto es imperceptible.
Y en este segundo ejemplo vemos un injerto realmente penoso y que invalidaría para bonsai, pero que tras el acodo se convierte en algo bastante más aceptable.
Nuevamente en rojo, la única porción de injerto que queda visible. Fue comprado en diciembre de 2012, acodado en 2015. Este año podría haber sido transplando y empezado su periplo como bonsai, pero se me pasó el arroz, casi todas las ramas del primer tercio de tronco están mal situadas, pero las dejé para que creciera más fuerte, hasta ahora lo importante era el desarrollo del nuevo pan de raíces.
Y para terminar, una comparativa de mis últimas compras, como véis, todos van muy parecidos de precio, pero con una notable diferencia en tamaños y diferentes tipos de injerto.
1.- Uno de los acers de Lotta Plants. Altura 30 cms, grosor del patrón 5
mm. Precio con iva 13,25 euros. Envío mínimo 20 euros. Injertos
canallas. Plantas de un año. Nada recomendable.
2.- Acer de Braña. Altura 80 cms. Grosor del patrón 15 mm. Precio con iva 18 euros. Envío 8 euros. Injertos discretos. Tamaño ideal para trabajarlos como bonsai.
3.- Acer de Inverflor.- Altura 70 cms. Doble tronco de 7 mm. Precio con iva 15,50 euros. Envío 9 euros. Injerto muy visible. Troncos muy delgados. No recomendable.
4.- Acer también de Inverflor. Por lo visto no tenian existencias del
Berry Broom en el tamaño que pedí y me mandaron el tamaño superior al
precio del anterior. 15,50 euros. Grosor del tronco 22 mm. Altura 110
cms. Injerto canalla. No sirve.
Resumiendo: Lotta Plants es una tomadura de pelo, plantas minúsculas y
precio desorbitado para el envío. Encima te engañan en el volumen de la
maceta y en el peso, de hecho cada planta que compré ellos le
adjudicaban un peso de 1,250 kilos, y si pesan 200 gramos cada una, ya
es un milagro. Nunca más compraré aquí.
Inverflor: No puedo sacar conclusiones al recibir sólo una planta
conforme al pedido, escasa de grosor y casi todas las hojas quemadas que
no secas por el otoño. La otra planta al ser de superior precio pues
compensó las expectativas. Ejemplar inviable para bonsai, demasiado grande y tosco. Puede que vuelva a comprar pero tiene que ser
alguna variedad que no encuentre en otro lugar.
Viveros Braña: Tamaño acorde a lo publicitado, fueron tres acers, dos
ellos en perfectas condiciones y abundantes ramas y hojas, y al caerle
algo de agua de lluvia estando ya en casa, se han puesto muy bonitos. El
tercer ejemplar con pocas hojas y ramas y con hongos. El envío
rapidísimo, en 24 horas en casa. Sin lugar a dudas, el mejor de los tres
y al que volvería a comprar.
Pero si queréis una recomendación de un buen productor de arces y que injerta con tijera, sin lugar a dudas el premio se lo llevan los holandeses de Esveld, pero debéis comprar ejemplares en maceta de tres litros, que tienen el tamaño adecuado, injertos bien hechos, plantas sanas y fuertes, pero algo más caras, lo peor de todo son los gastos de envío, que te cobran un mínimo de 30 euros, da igual una planta que tres. Tienen una variedad impresionante.