5 de enero de 2019

MYRTUS COMMUNIS

El mirto es una planta llena de simbología: En la Grecia Clásica, el mirto o arrayán, estaba asociado a la diosa Venus o Afrodita y simbolizaba tanto la fecundidad como la fidelidad. Plinio el Viejo describe, en su Historia Natura ritos nupciales en los que los esposos iban coronados con mirto durante el banquete. En época romana la planta no pierde su significado erótico, pues se utilizaban ramilletes de mirto para azotar a las mujeres durante las festividades de la Bona Dea, con el fin de aumentar su fertilidad, tal y como describe Ovidio en sus Fastos.
Otra historia del mundo clásico relaciona el mirto con significados funerarios: la de Baco o Dionisioo bajando al Hades a rescatar a su madre, muerta por los rayos de Júpiter. La tradición cuenta que tuvo que dejar un arbusto de mirto en el inframundo para poder sacar a su progenitora.
El cristianismo continúa utilizando el mirto, esta vez con su sentido de pureza y fidelidad, para coronar a los nuevos cristianos en épocas tempranas o representando a la Virgen con una rama en señal de virginidad.

Este mirto que presento fue adquirido a finales de  2008 y fue sometido a un intenso aclarado, eliminando muchas ramas y recortándolo en altura.

Estuvo creciendo líbremente durante varios años.

Y cuatro años después, ya en 2012,  recibió su primera formación como bonsai, adquiriendo la forma pretendida para su modelado. Un dato importante para esta planta es que le gusta la humedad pero necesita un sustrato muy drenante pero a la vez con una parte importante de orgánico, pero tanto el exceso de humedad como la falta de nutrientes lo hace resentirse seriamente. Esto es un binomio que para mi tierra es difícil de conseguir y no podemos perderlo de vista, pero es preferible que pase sed a que pudra las raíces por exceso de humedad con el consiguiente perjuicio para la planta.

Fue trasplantado cada tres años por lo que el siguiente trasplante le tocaría para finales de 2019, pero la maceta estaba muy sucia y necesitaba un limpiadito, así de paso, también efectúo un cepillado del nebari, bastante cubierto de musgo y una reposición de la capa superficial del sustrato, algo saturada de restos de abono.

La maceta es sumergida en salfumán lo que en unos minutos la deja totalmente limpia de restos salinos y otras incrustaciones.

Una vez bien enjuagada la maceta, replantamos reponiendo el sustrato eliminado.

Diez años separan ambas imágenes. Esta planta florece de brotes nuevos por lo que si queremos floración y posterior fructificación, no debemos pinzar ninguna de los brotes nuevos, por lo que si queremos mantener la forma, perderemos la floración. Este año lo dejaré sin pinzar para que recobre vitalidad y de paso, disfrutar de la floración que en buenas condiciones de cultivo, es espectacular.

4 de enero de 2019

FICUS RETUSA

Proviene de esqueje sacado en 2003 aunque no tengo fotos del momento. Empecé a fijarme en él en 2007, había desarrollado un sistema radial de raíces que me dió buenas esperanzas, y de ahí su primera foto. Debido a la resistencia y facilidad de mantenimiento, ficus bonsai los hay a cientos de millones, pero a poco que os hayáis fijado no son muchos los que muestra un nebari radial, y este es uno de ellos.

En 2011 empezó a definirse su estructura primaria y el nebari progresaba adecuadamente.

En 2016 ese incipiente nebari había tomado cuerpo y hace que este ejemplar ocupe un espacio adecuado en mis estanterías. Y empezó el momento de prestarle toda la atención a la ramificación secundaria.

Y una vista general. Cada vez que alambro un ficus casi tiemblo, no son demasiado amigos de los hierros y secan las ramas alambradas con demasiada facilidad, sobretodo cuándo no son demasiado gruesas, en prevención dejo algunas hojas como tirasabias, si no hubiese alambre el defoliado hubiese sido integral. Nuevamente me fijo en como incomoda esa raíz, ahora en el centro bajo de la foto.
Espero que con el tiempo las raices terminen fusionándose unas con otras. A partir de ahora le prestaré más atención y empezaré a crear la ramificación que secundaria que hasta estos momentos estuvo olvidada. Sólo han sido trece años desde que  era una ramita procedente de una poda y hoy se merecía una entrada.

Hoy 4 de enero de 2019 tocó un nuevo arreglado del conjunto, limpieza integral de la superficie del sustrato, maceta y una disminución de la altura del ejemplar, he remodelado el ápice y bajado unos diez centímetros su altura. Empiezo a pensar que debo controlar el engorde del nebari, está alcanzando unas dimensiones bestiales.

Y como viene siendo habitual, pues una comparativa de como empezó y como está tras quince años desde que saqué el esqueje.

28 de diciembre de 2018

REDUCCIÓN EN PINO PIÑONERO

Este pino piñonero procede de semilla, sembrada por mi hace chiquicientos años, casi cuándo empecé con la afición, el caso es que ya había llegado a su máximo, llevaba cinco años en esa maceta y a pesar de haber disminuido el verde, había engordado notablemente, pero ya no daba más de sí, así que hoy tocó la reforma total del mismo, eliminación de todas las ramas excepto una, con la que pretendo rehacer y continuar su formación.

Mis intenciones son dejar sólo la primera rama de la izquierda y rehacer desde ahí. El primer problema consiste en que la rama es muy gruesa y forma un ángulo de noventa grados con el tronco y debo levantarla todo lo posible.

Para facilitar la torsión, con el serrucho abro un hueco en forma de cuña, lo que facilitará el movimiento de la rama. Es importante calcular el ángulo de la cuña ya que intentamos que las zonas cortadas queden en perfecta unión, ya que intentaremos que se autoinjerten, algo que no es necesario, pero que si se consigue pues parecerería mucho más natural.

Enrafiamos poniendo especial atención y fuerza, en la zona dónde pensamos que sufrirá mayor tensión.

También reforzamos esa misma zona con un par de alambres a modo de collarín. Si se parte esta zona, todo el trabajo se irá al traste.

  Y bajo la rama a subir fijamos la barra de hierro que nos servirá de palanca.


Con todo preparado y muy lentamente, comienzo a elevar la rama hasta un ángulo tal que me permita colocar el jack, aparatito que sin dudas, facilita mucho el trabajo y nos permitirá subir la rama con mucho más control y comodidad-

Una vez llevada a la posición deseada, ponemos un tensor provisional de alambre en la parte alta del tronco principal, que aunque lo vamos a eliminar, de momento nos servirá de soporte.

Con la rama ya aproximada, procedo a la eliminación de las demás ramas, de momento dejo la que sale por la derecha, es el plan B, por si por un casual, la rama que estamos doblando se parte, al menos tendríamos una rama verde para intentar hacer algo.

Estas son las paradojas del bonsai, la rama que salía horizontal al suelo pues tenemos que levantarla y ahora las que se quedan levantadas, pues tenemos que llevarlas hacia la horizontal, Para asegurarnos pues enrafiamos por los lugares dónde se producirán las torsiones. El tocón central también será reducido, pero de momento lo dejo porque me sirve de soporte para tensor que mantiene la rama con la que reharé el diseño, en su posición.

Alambro las ramas y empiezo a aproximarlas a su nuevo lugar. Lo que eran subramas de la rama principal, ahora se convertirán en rama principal, contrapeso, trasera y ápice.

Como podemos ver, la unión entre ambas partes es casi perfecta, realmente que se autoinjerten no es demasiado importante, pero si lo hacen, mejor que mejor. Por eso es conveniente cortar la cuña pensando en la unión de ambas partes una vez movida la rama. Caso de ser posible, un poco de pasta selladora en los bordes de unión vendría bien.

Para ayudar a la recuperación, trasplanto a una maceta de cultivo. Y así de feo queda el pobre pino, en espera de que la nueva brotación vaya cubriendo las zonas, pero el objetivo está conseguido, tengo una rama principal, una rama de contrapeso, una trasera y un ápice, así que de nuevo empieza el cultivo. Altura original antes del trabajo, 50 centímetros desde la superficie del sustrato, altura después de la reducción, 30 centímetros.

26 de diciembre de 2018

MANTENIMIENTOS INTERTRANSPLANTES.- ROSMARINUS OFFICINALIS

Este romero fue transplantado en enero de 2018 y después de un año en una maceta más bien ajustada y la maceta está sucia y presenta restos de depósitos de sales que la afean enormemente, por lo que necesita un buen limpiadito.

En primer lugar, sacamos el cepellón de la maceta procurando que no se deshaga, ya que no vamos a transplantar, limpiamos todo su contorno y cortamos levemente todas las raices que queden al aire.

Una vez limpia de tierra la maceta, la introducimos en una mezcla de agua y ácido clorhídrico (agua fuerte, salfumán). Como sabemos, además de su gran acción desincrustante, este ácido reacciona con las sales y las descompone, siendo una solución ideal para la limpieza integral de macetas.
AVISO: EL ÁCIDO CLORHÍDRICO ES ALTAMENTE TÓXICO Y PELIGROSO PARA LOS SERES VIVOS, MANIPULAR SIEMPRE CON GUANTES Y GAFAS DE PROTECCIÓN, EVITANDO SALPICADURAS Y CUALQUIER CONTACTO CON LA PIEL O MUCOSAS. LEER ATENTAMENTE LA ETIQUETA Y RECOMENDACIONES DEL PRODUCTO ANTES DE SU USO. POR INGESTIÓN, ES MORTAL.

Bastan pocos minutos para que la maceta quede como nueva y liberada de manchas blanquecinas y restos de sales. Una vez fuera del ácido las lavamos enérgicamente con agua a presión para eliminar cualquier resto de ácido que pudiese quedar.

Una vez seca, hidratamos la maceta con algún producto específico, en mi caso, utilizo aceite infantil, muy barato y con grandes resultados y totalmente inócuo para las plantas.

Introducimos el cepellón en la maceta. Como podemos ver, al llevar un año plantado, ya eliminé el musgo protector, lo que permite una mejor oxigenación del sustrato y rellenamos con nuestra mezcla habitual.

Ya sólo nos queda hacer una limpienza intensiva de la zona verde con agua a presión, que elimina suciedades y algún bichejo que pueda andar por sus ramas, terminando con un buen regado.

Y ya lo tenemos listo para una nueva temporada. Podríamos cepillar ese verdín que se ve por la parte baja del jin, pero a mi me gusta así, da un aspecto más natural. Caso de que las maderas muertas necesitaran una aplicación de líquido sulfocálcico, este sería un momento ideal para aplicarlo.

22 de diciembre de 2018

EVOLUCIÓN DE UN TOCÓN DE PIRACANTA

Después de un acodo separado en 2011 me quedó un tocón de piracanta que después de estar varios días en el cubo de la basura terminó plantado en una maceta.
Al año siguiente estaba así:

Desde entonces no había sido tocada, salvo intentar disimular el corte en la madera muerta. En 2016 y después de haberme encontrado una laja de arenisca que podría servir para plantar algo, me acordé del tarugo éste y decidido: plantación en laja. Las ramas no fueron sido trabajadas en absoluto y sólo podadas aquellas que iban saliendo hacia arriba salvo la de derecha baja que le puse un tensor.


La evolución de la planta había hecho que hubiese quedado descentrado su plantado con el movimiento del verde. Así que tocaba una pequeña modificación para corregir el plantado.

Y hoy día 22 de diciembre de 2018 aproveché para mover el cepellón hacia la derecha, consiguiendo que el movimiento de la copa quedase más armónico con la laja.

18 de diciembre de 2018

JUNÍPERO PHOENICEA.- EL HERMANO POBRE DEL BONSAI.

Corría 2008 cuándo dando un paseo por un vivero me encontré varios juníperos a la venta, no eran gran cosa pero por el precio que tenían, quién no se llevaba alguno. Larguiruchos y feos, pero bueno, con experiencia cero en junis pues seguro que para algo me servirían, aunque sólo fuese como conejillos de indias. Esta es la evolución de uno de ellos.

Debí trasplantar al instante pero un exceso de precaución me llevó a perder un año plantado en ese sustrato perruno del vivero. Así estaba en 2010, cuándo llevaba un año en akadama.

Cuánto más lo miraba, más feo era y fue entonces cuándo recordé haber leído unos doblados traumáticos en juníperos, dicho y hecho. Dremmel en mano y primer paso, vaciado de un canal longitudinal en las zonas por las que pretendía doblar, parece mejor que la acanalura quede en la parte interna.

Una vez vaciado procurando no tocar la capa superficial, introduje dos alambres de 4mm a modo de nervios, para reforzar la zona vacía. Tal vez me pasé, el junípero es bastante noble y con un alambre de 5mm hubiese sobrado.

Una vez fijado el alambre, procedí a un enrafiado generoso, desconocía hasta dónde podría llegar y quería apurar al máximo.
 Una vez enrafiado y alambrado pues a doblar toca. Este procedimiento tiene grandes ventajas, una de ellas es que podemos convertir una vara larga en una planta llena de sinuosidades a la que podremos sacar más provecho, la otra gran ventaja es que conseguimos acercar el verde a la parte baja, dándole a la planta un aspecto más compacto y tupido.

En octubre de 2011 y pasado un tiempo prudencial, me decido a quitar las vendas a los conejillos de indias, la verdad es que tengo que reconocer que la buena fama de los juníperos no es gratuíta, son duros de verdad, no sólo soportaron  las judiadas que les hice, sino que además tienen hasta buen color. Por cosas de la vida, el ejemplar de esta entrada, fue el que peor reaccionó.

En junio de 2018 y una vez pasado un tiempo más que prudencial, varios transplantes y dedicados exclusivamente al cultivo, llega el momento dar un pasito más en su evolución hacia un posible y futuro bonsai. Así que herramientas en mano procedo a la eliminación de varias ramas, dejando por supuesto, un tramo largo para intentar trabajarlos como jin.

 Con la situación algo más despejada, vemos sus posibilidades. 

Un cambio en el ángulo de plantado nos lleva a un ejemplar aparentemente más equilibrado, así que decidido, a la hora de transplantar tener en cuenta este cambio.

Poco a poco elimino alguna rama más, así como descortezo aquellas que, al menos de momento, se convertirán en jin, es importante alambrarlas ahora que están vivas, cuándo se sequen sería más difícil darles formas.
También aprovecho para limpiar la corteza de escamas viejas, es la primera vez que realizo esta labor, pero se le pilla el truco rápido. También hago un primer esbozo de shari en el tronco.

Una vez transplantado y bastante acercado a su ángulo definitivo. El verde está sin ordenar, pero aunque quedaría una foto más bonita, sería un trabajo inútil, ahora de nuevo empieza la fase cultivo. También aprovecho para poner un poco de pasta selladora a lo largo de los labios recién formados, esto ayudará a una correcta cicatrización evitando en lo posible, el secado por la línea de corte.

A principios de este año y en un centro que estaba en liquidación encontré esta maceta, al módico precio de 9,50 euros. Algunos ya se habrán dado cuenta de la predilección que tengo por buscar materiales asequibles y escapar de la tiranía de los precios habituales en bonsai. Las macetas erán magníficas y me llevé las dos que quedaban. Conforme las ví, pensé en este junípero y que tal vez le quedaría muy bien, así que hoy, 18 de diciembre de 2018, llegó el gran día. ¿Entraría este patito feo en una maceta para cisnes?

Mi experiencia alambrando juníperos es cero, aunque parezca mentira y después de tantos años, nunca he alambrado las ramas verdes de un junípero, así que espero seáis indulgentes. Así que como primera actuación pretransplante, un alambrado de ramas verdes.

Luego vino el limpiado de corteza muerta, eliminado de alambres de los jines y aplicación de sulfocácico, trasplante y sembrado de musgo.

Y así es como quedó. El alambrado del verde es muy mejorable y debo mejorarlo, la próxima ya no será la primera vez, pero la estructura del junípero ya está hecha, sólo me queda pensar en la zona viva y meditar sobre el acortado de algún jin. Después de tanto tiempo, prácticamente diez años desde su compra como planta de jardín, esto empieza a tener color.